Los líderes de la Unión Europea acordaron un paquete de estímulo histórico por el que el bloque emitirá una deuda conjunta de 750.000 millones de euros (US$860.000 millones) para ayudar a los estados miembros a hacer frente a la recesión económica.
El acuerdo, alcanzado en las primeras horas del martes después de más de cuatro días de intensas negociaciones en Bruselas, requirió la aprobación unánime de los 27 estados miembros y supone una victoria para la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, que redactaron un primer esbozo de la propuesta en mayo. El fondo de emergencia otorgará 390.000 millones de euros de ayudas y 360.000 millones de euros de préstamos a bajo interés.
Casi una tercera parte de los fondos están destinados a combatir el cambio climático y, junto con el próximo presupuesto de 1 billón de euros del bloque, que cubre un período de siete años, constituirán el mayor paquete de estímulo verde de la historia. Todos los gastos deben estar en consonancia con el objetivo del Acuerdo de París de reducir los gases de efecto invernadero.
Los fondos de emergencia no solo proporcionarán un apoyo financiero vital para las economías del sur de Europa más afectadas por el virus, sino que servirán como validación de que el bloque puede ofrecer una solidaridad significativa a los miembros que lo necesitan. Con más de 100.000 víctimas mortales en Europa por el virus y una economía que reconstruir, los inversores estaban buscando una muestra de unidad para sostener el rally bursátil.
“Estoy muy aliviada”, manifestó Merkel tras conocerse el acuerdo. “Hemos dado respuesta a la mayor crisis a la que se ha enfrentado la UE”.
Conflicto de intereses
Italia, el epicentro europeo inicial de la pandemia, probablemente será el mayor beneficiario del plan y espera recibir unos 82.000 millones de euros en ayudas y unos 127.000 millones de euros en préstamos, según las estimaciones iniciales, dijo un alto cargo italiano. Las disposiciones que exigían el respeto de los estándares democráticos en Europa del Este se suavizaron en el último minuto para que se aprobara el acuerdo.
“Este acuerdo envía una señal concreta de que Europa es una fuerza de acción”, manifestó Charles Michel, presidente del consejo de líderes de la UE, en una rueda de prensa posterior. “Creo que este acuerdo se considerará un momento crucial en la trayectoria de Europa”.
El acuerdo no fue fácil. Las conversaciones estuvieron a punto de fracasar en varios momentos de la cumbre debido a intereses nacionales contrapuestos.
Si bien todos los Gobiernos acordaron que las contracciones económicas de hasta el 10% en algunos países exigían medidas extraordinarias, se negoció durante horas la cifra final de las ayudas, así como sobre el control de desembolsos futuros.
Un punto crucial fue la inclusión en el acuerdo final de reembolsos presupuestarios para cuatro países del norte fiscalmente estrictos, reduciendo sus contribuciones netas anuales. Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Austria y Suecia recibirán descuentos de más de 50.000 millones de euros durante siete años.
Al final, todo se redujo a ofrecer suficientes incentivos para ese grupo, que había estado presionando por un paquete más pequeño. Para ganar su favor, Merkel, Macron y los líderes del sur de Europa acordaron reducir la dotación de subsidios de 500.000 millones de euros como se propuso.
“Somos 27 sentados a la mesa y logramos producir un presupuesto juntos”, dijo Macron en una conferencia de prensa junto a Merkel. “¿En qué otra esfera política del mundo es posible esto, se consigue esto? En ninguna”