Evan Bullington, de Endeavor: “La calidad del fundador (de una startup) es posiblemente lo más importante”
Según quien lidera a nivel mundial el área de Endeavor que selecciona a los emprendedores de su red, los latinoamericanos “suelen estar bien adaptados a la montaña rusa que supone crear y ampliar una empresa”.
Una vez al año, la organización global de apoyo al emprendimiento, Endeavor, realiza un encuentro anual en Chile. Esta vez fue entre el 16 y 18 de octubre en el barco Australis, recorriendo la Patagonia chilena. Entre los invitados internacionales estuvieron Juan de Antonio, fundador de Cabify y director de Endeavor España; Germán Buffo, director de Latam Investment Banking de Bank of America; Laura González-Estéfani, fundadora y CEO de TheVentureCity; y Evan Bullington, director de selección y crecimiento de Endeavor Global. Desde Nueva York, Bullington cumple un rol clave en la selección de los fundadores de startups y scaleups (empresas de mayor consolidación y más rápido crecimiento) a nivel mundial, los que reciben una serie de apoyos, mentorías y acceso a red de contactos con los principales inversionistas, fundadores y empresarios globales.
Según Bullington, Endeavor evalúa a los emprendedores en función de tres aspectos: primero, por sus cualidades como fundadores. Luego, por la solidez de su negocio y, en tercer lugar, “la evidencia de un punto de inflexión”, dice y agrega: “Buscamos fundadores que tengan el potencial de crear un efecto multiplicador: crear empresas de referencia en sus ecosistemas, para así inspirar y reinvertir en la próxima generación de emprendedores”.
Por ejemplo, algunos de los emprendedores chilenos de Endeavor son Daniela Lorca (Babytuto), Matías Muchnick (NotCo), Jaime Arrieta (BUK), Benjamín Labra (Houm), Pablo Zamora (ex NotCo), Eduardo della Maggiora, (Betterfly) y Paula Valverde (Limonada), entre otros. Es sabido en esta industria que para los fundadores y empresas que están en Endeavor hay un antes y un después con respecto al acceso a grandes capitales, entre otros beneficios.
Muchos estudios indican que el perfil de los fundadores de una startup es el punto más importante para los capitales de riesgo (VC) a la hora de decidir dónde invertir. ¿Sigue siendo así?
-La calidad del fundador es posiblemente lo más importante dentro de las tres dimensiones, pero visualizamos nuestros criterios como un triángulo con tres lados iguales. Claro, un fundador con una mentalidad cerrada no es el tipo de emprendedor que nos interesa tener en nuestra red. Por lo general, mientras más avanzada sea la fase del inversionista, más peso pondrán en la calidad del negocio, como también en el perfil del fundador. Aplicamos la misma lógica en Endeavor: buscamos la rara combinación de un fundador excepcional que esté al frente de una empresa que encaje producto-mercado y que esté demostrando crecimiento.
¿Cómo han cambiado estos criterios, después de que el panorama de financiación para startups cayera bruscamente en 2022, manteniéndose aún lento?
-El núcleo de los criterios de Endeavor no ha cambiado desde hace más de 25 años. El proceso de selección de un fundador en nuestra cartera seguirá reflejando también las macrotendencias. Por lo tanto, vemos que el crecimiento responsable y un camino claro hacia la rentabilidad es un elemento importante. En 2021, sólo alrededor del 15% de nuestros emprendedores había demostrado rentabilidad en el momento en que fueron seleccionados. Actualmente, esa cifra se acerca al 50%. Lo más importante es que no se trata de fundadores o empresas diferentes, sino de los mismos, que reaccionan frente a las realidades del mercado. En el entorno de financiación actual, el camino hacia la rentabilidad es un factor clave que la mayoría de los inversores toman en cuenta. Hemos visto un crecimiento más prudente y centrado en la creación de operaciones sostenibles en el mercado.
Hoy en día, las empresas incorporan cada vez más el concepto de “propósito” en su modelo de negocio. ¿Es esto es un asunto crítico tanto para Endeavor como para los inversionistas de riesgo?
-Aunque no seleccionamos explícitamente por “impacto social” (preferimos el “alto impacto”, que se concentra en el crecimiento como medio para multiplicar su impacto), hemos observado un aumento del número de emprendedores que crean empresas bajo la premisa de hacer el bien haciendo el bien. Un emprendedor puede tener diferentes tipos de impacto en su ecosistema: servir de modelo, reinvertir su tiempo/capital/experiencia, atraer la atención mundial a su mercado o crear puestos de trabajo de alta calidad.
En la misma línea, ¿cómo visualiza el crecimiento de las startups y scaleups centradas en el cambio climático y medioambiente? ¿Qué nichos clave existen dentro de ese ámbito que estén surgiendo o que aún no se hayan explotado?
-El subsegmento de la sostenibilidad y las empresas centradas en resolver problemas medioambientales cobra cada vez más relevancia para nosotros. Estamos visualizando mucha actividad en energías alternativas (eólica, solar), agrotecnología, acuotecnología, transporte y logística, e incluso materiales de base biológica. Esta tendencia es especialmente clara en Chile, que ha demostrado una increíble capacidad de innovación en estos sectores.
Por otro lado, ¿cuánto de negocio real y cuánto de “burbuja” hay en la industria de la inteligencia artificial (IA) para las startups?
-Como en cualquier industria emergente, siempre habrá un ruido. Y lo que hace que el proceso de selección de Endeavor sea realmente especial es la integración de mentores cuidadosamente seleccionados que se reúnen con cada emprendedor a medida que avanza en nuestro proceso. En el caso de la IA, esto puede significar que un líder mundial en IA nos ayude a profundizar en las capacidades técnicas del producto/servicio.
¿Cómo ve, en términos generales, el panorama de las startups latinoamericanas? ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?
-Los emprendedores latinoamericanos demuestran una tenacidad, pasión y ambición notables. Los fundadores que han vivido las realidades de la incertidumbre geopolítica, importantes fluctuaciones monetarias o la agitación social poseen una profunda resonancia con sus empresas y sus grupos de interés. Además, suelen estar bien adaptados a la montaña rusa que supone crear y ampliar una empresa.
Una de las cosas que más nos llama la atención de los fundadores latinoamericanos es lo comprometidos que están con sus comunidades, con sus clientes y con la creación de empresas significativas y duraderas. Es cada vez más frecuente encontrarse con aquellos que piensan a escala regional desde el primer día. Pero creemos que existe una oportunidad aún mayor y a nivel global: las tecnologías y empresas de los mercados emergentes tienen la capacidad de adelantarse a quienes estén en primera línea y al statu quo de los mercados más desarrollados.
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