"Chile no esquiva las evaluaciones, sino que las promueve y las utiliza", señaló ayer el presidente del Banco Central, Mario Marcel, en la Conferencia 2018 en Chile de Moody's. Agregó que incluso "en lo personal", pasó años en organismos internacionales que proporcionaban este tipo de evaluaciones y que antes, estando en el gobierno, las buscó activamente "para encontrar nuevas oportunidades para mejorar la gestión de nuestra política fiscal y macroeconómica".
Con estas referencias a su experiencia, la autoridad monetaria abría paso a comentarios referentes a lo que espera de una evaluación, a días de que la agencia anfitriona rebajara la calificación nacional, con un año de retraso en relación al recorte aplicado por sus pares y con un cambio de gobierno entre medio.
Sin hacer referencia directa a Moody's, Marcel aseguró que en Chile "aspiramos a que las evaluaciones tengan la amplitud y profundidad suficiente, que estas evaluaciones identifiquen áreas de complementariedad y coherencia entre los distintos componentes de la política macroeconómica", para que la ponderación se haga "de manera integrada y en su desarrollo a través del tiempo".
Tras una revisión general de la situación del país, el presidente del BC concluyó su exposición precisando que en el país "aspiramos" a que ante un entorno externo más desafiante no se mire solo el nivel de reservas de un país, sino que también su composición, liquidez y cómo esto se complemente o integra con las políticas cambiarias. Asimismo, dijo, que al dar seguimiento a la inflación se miren también las políticas del Banco Central y que al observar el sector corporativo no se revisen únicamente sus indicadores de flujo, considerando otros aspectos como la relación con los activos.
La agencia
A continuación, Ariane Ortiz-Bollin, analista de Moody's a cargo de la nota de Chile, tomó el podio con un tono conciliador, partiendo por señalar que ven "una clara recuperación económica" en Chile, no sólo por los precios del cobre, sino que también por "una mejora de las expectativas de inversión por el cambio de gobierno".
Destacó que la administración Piñera II haya presentado objetivos anuales de déficit fiscal, se comprometa con una mayor transparencia, control y optimización del gasto y que haya formalizado al Consejo Asesor Fiscal, dándole más autonomía.
Aunque posteriormente argumentó la rebaja en la calificación - indicando que "la fortaleza fiscal de Chile sigue siendo fuerte, pero ya no es excepcional" por lo que ya no logra compensar vulnerabilidades como la falta de diversificación de la economía Ortiz-Bollin reconoció que "hay un nuevo enfoque fiscal de esta administración y una nueva manera de abordar las finanzas públicas".
Por otra parte, en conferencia de prensa, también dio por cerrada la polémica que la enfrentó con el gobierno, asegurando que el deterioro fiscal si bien partió en 2010, empeoró en 2014, año al que apuntaba Hacienda.
La tregua fue acogida en esa cartera, donde Andrés Pérez, Coordinador de Finanzas Internacionales, indicó que la visión de Moody's era "una opinión relevante" para el ministerio, resaltando que la propia agencia "refleja en su análisis una estabilización de la deuda bruta", lo que da una "señal de credibilidad" de las políticas del gobierno".
Fitch mantiene calificación de Chile con perspectiva estable
"Las calificaciones de Chile cuentan con el respaldo de un marco de políticas creíble centrado en un régimen de metas de inflación, tipos de cambio flexibles y un balance soberano relativamente sólido, y se proyecta que las medidas de deuda pública se estabilizarán en niveles moderados", señaló ayer Fitch, en el comunicado donde informó que mantiene la calificación de riesgo para Chile en "A", con perspectiva "estable".
Por otra parte, la agencia sostuvo que dichas fortalezas se contrarrestan con un ingreso per cápita relativamente bajo, una gran dependencia de los commodities, un apalancamiento externo y mediciones de liquidez más débiles. No obstante, el equipo liderado por Todd Martínez destacó que el marco de política flexible ha servido como un amortiguador eficaz de los shocks de la relación de intercambio y el financiamiento.
Sobre el déficit fiscal, Fitch dijo que mejoró un poco con el alza del cobre, pese a lo cual proyecta que cerrará el año en 2,1%, por encima de la proyección oficial de 1,7%.