Ex NotCo Pablo Zamora aterriza en 10 empresas y relata sus desafíos como nuevo director de Fundación Chile

Pablo Zamora confiesa que la disrupción, el optimismo y la incontinencia intelectual forman parte de su vida diaria como científico. El exsocio de NotCo, la firma que revolucionó la industria de los alimentos y que hoy vale US$ 1.500 millones, transita con frecuencia desde su natal Melipilla a ciudades como Boston en Estados Unidos y capitales de América Latina en su calidad de emprendedor y doctor en biotecnología.

Zamora está hoy con su agenda a tope. No solo por haber sido designado hace poco más de una semana por el Presidente Boric como uno de los directores de la Fundación Chile, organización público- privada que busca promover la innovación y el desarrollo sostenible, sino también por completar su décima empresa tecnológica a la que asesora, dirige o financia en Chile y el extranjero.

En una especie de declaración de principios, Pablo Zamora dice que su gran motivación para estar en una empresa es sentirse alegre y cómodo. “Hay gente que opta por sufrir y hay gente que opta por no sufrir. Yo opto por no sufrir”, asegura con rapidez y una leve sonrisa. “Jamás podría manejar una compañía donde el único eje u objetivo sea conseguir rentabilidad y en que ganar más plata sea todo lo que se haga”, añade Zamora, quien cree que las startups son un “instrumento político” que puede aportar mejoras a la sociedad y su ecosistema.

Estima que el mundo de las startups y el emprendimiento tecnológico hoy están en el punto más álgido de su corta historia y reconoce que el trato de los inversores ha cambiado durante los últimos años de la mano del éxito de muchos emprendimientos. “En términos de inyección de recursos, antes los fondos de inversión y los family offices no nos consideraban. Era muy draconiano y unidireccional el trato. Hoy, hay mucho más y mejor relación entre los dos mundos”, afirma con satisfacción.

Durante el año pasado y también luego de separarse legalmente de NotCo, en enero de este año, Zamora comenzó a abultar su cartera de emprendimientos y aceleradoras a las cuales apoya en América Latina y Estados Unidos (ver recuadro).

Una de esas apuestas estrella es la startup tecnológica chilena Spora Biotech, donde es socio y director de Estrategia, y cuyo principal desarrollo es la creación de un “ecocuero” idéntico al de origen animal y que tiene como base al hongo micelio que crece en el Amazonas. “Tiene como propósito erradicar el uso del cuero en la industria textil, automotriz y espacial (...) esta compañía tiene sus bases en el conocimiento ancestral, ligado a comunidades indígenas. De hecho, estamos trabajando un par de chamanes ahí, con lo que la naturaleza nos entrega”, afirma Zamora, quien agrega que este desarrollo también busca una solución para enfrentar el cambio climático, el maltrato animal y la explotación laboral humana.

Basado en la ciudad de San Francisco en Estados Unidos, BioLumen es otro emprendimiento tecnológico en que Zamora ha puesto su energía últimamente. Su mayor desarrollo es la creación de una fibra natural que permite absorber azúcar y grasas. No solo reduce la ingesta de calorías, sino que promueve un intestino saludable y mejora la salud metabólica, afirma el científico. “Es una compañía muy interesante también cuyos fundadores son un profesor de la Universidad de California y un ingeniero italiano que plantean una nueva forma de relacionarse con los alimentos”, explica.

Otra empresa de alcance regional donde Zamora se integró como director es la tecnológica chilena BioElements, que desarrolla bio-resinas para el reemplazo del plástico de un solo uso. “Es una compañía que busca terminar con el uso del plástico, así de simple, y tiene la escala para llegar a todas partes el mundo”, sostiene.

Sin militancia política, Pablo Zamora fue un activo promotor de la candidatura de Gabriel Boric a La Moneda en la campaña presidencial del año pasado. Reconoce que durante el inicio del gobierno ha tenido mucho de “adaptación”, pero apunta que el escenario político está muy crispado y poco tolerante.

“Soy menos condenatorio de los errores verbales, lo importante son los temas que se quieren impulsar en el programa y las transformaciones sociales del país”, afirma el emprendedor, quien cree que los sobresaltos que ha tenido la Convención Constituyente son los “costos de una participación real”.

La semana pasada el Presidente Boric designó a cuatro integrantes del directorio de la Fundación Chile. Junto a Zamora llegaron a la organización Nolfa Ibáñez, Alan Farcas Guendelman y Leonardo Prieto Williamson, a los que se suma en el directorio el vicepresidente ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente.

Si bien el nuevo presidente de la Fundación Chile debe ser ratificado por el directorio próximamente, el ministro de Economía, Nicolás Grau, adelantó que el deseo del gobierno es que Pablo Zamora asuma el liderazgo de la institución, dada su amplia trayectoria como emprendedor tecnológico.

Zamora cree que el organismo debe potenciar su rol de sofisticar la matriz productiva del país y ser un actor relevante en el quehacer económico. En este sentido, considera necesario incrementar las colaboraciones nacionales e internacionales y mejorar el ecosistema para las startups.

“Uno de los desafíos es que la Fundación sea conocida como un actor relevante para poder resolver brechas tecnológicas que el país necesita. Por ejemplo, en el caso del problema de disponibilidad de recurso hídrico, que la gente entienda que existe una entidad que está pensando, ejecutando y coordinando el esfuerzo para poder sobrellevar esta situación y entregar soluciones a la ciudadanía”, sostiene el nuevo director de Fundación Chile.

Pero Zamora va más allá y estima que la organización también debiera jugar un rol “pivotal” en dinamizar el ecosistema de inversionistas de riesgo para que las nuevas tecnologías se disponibilicen a la sociedad.

“El desafío entonces es más protagonismo, impacto y una permeabilidad a las problemáticas sociales que puedan ser resueltas utilizando tecnología, es decir, un vehículo para la solución de problemáticas”, concluye.

Spora Biotech (Chile): Es una startup de perfil científico enfocada en desarrollar soluciones para mejorar la sociedad a través de la biotecnología y donde Zamora es socio y director de Estrategia. El primer desarrollo sostenible es Sporatex, un cuero a base de hongos, que busca una solución para enfrentar el cambio climático, el maltrato animal y temas humanitarios.

BioLumen (EE.UU.): Es un emprendimiento basado en San Francisco (EE.UU.) y en que Pablo Zamora es asesor. Su mayor desarrollo es la creación de una fibra natural estructurada en 3D que se expande cientos de veces en el estómago, lo que le permite absorber azúcar y grasas. No solo reduce la ingesta de calorías, sino que promueve un intestino saludable y mejora la salud metabólica.

MicroTerra (México): Se trata de una startup que cultiva la planta acuática lemna para reciclar la contaminación y generar diversos alimentos. Lemna utiliza el nitrógeno y el fósforo de los desechos de los peces como fertilizante, evitando que estos nutrientes crezcan hasta alcanzar concentraciones tóxicas. De esta forma, la empresa crea ingredientes nutritivos y funcionales para la industria de alimentos de origen vegetal.

BioElements (Chile): Empresa de alcance regional que desarrolla bio-resinas para el reemplazo del plástico de un solo uso. Basa el negocio en los principios de la economía circular: los productos reducen la generación de material tóxico, se pueden reutilizar y se biodegradan, reduciendo los posibles impactos negativos al medioambiente. Zamora se integró como director a este emprendimiento.

The Ganesha Lab (Chile): Se trata de una aceleradora global de biotecnología para nuevas empresas basadas en ciencia y tecnología en América Latina. La empresa, donde Zamora es director e inversionista, ayuda a emprendimientos a validar sus modelos de negocios y a escalar a mercados internacionales.