EN 2005, en el simposio anual de banqueros centrales de Jackson Hole, Raghuram Rajan, entonces economista jefe del Fondo Monetario Internacional, presentó el paper "¿El desarrollo financiero ha hecho al mundo más riesgoso?", en el que respondía afirmativamente a su pregunta. En su trabajo alertaba sobre los incentivos perversos que llevaban a los bancos a tomar riesgos excesivos, lo que a su vez estaba conduciendo -a su juicio- no solo a la destrucción de sus firmas, sino que también del sistema financiero en su totalidad.

Aunque su audiencia de ese momento, entre quienes se contaban los hoy expresidentes de la Reserva Federal (Fed) Alan Greenspan y Ben Bernanke, no le prestó mucha atención a sus catastróficos pronósticos, tres años después los hechos le darían la razón. El ahora académico de la Universidad de Chicago quedó así en el selecto grupo de los que predijeron la crisis financiera global de 2008, lo que catapultó aún más su ya reconocido prestigio.

Esta semana que concluye los mercados mundiales volvieron a agitarse producto de la escalada de la guerra comercial, con los anuncios de nuevos aranceles a China por parte de EEUU y la respuesta del gigante asiático dejando devaluar su moneda. Frente a eso y en entrevista con PULSO Domingo, Rajan pondera el deterioro del escenario externo y la amenaza de una recesión internacional.

Sin casarse con un porcentaje, reconoce que "las probabilidades de malos resultados han aumentado durante los últimos seis meses". En ese marco, dice que le llama la atención la actitud de los mercados, los que al parecer están confiando en el respaldo que la Fed le puede prestar a la economía, ya que en su opinión no será fácil para el banco central norteamericano manejar la tensión en desarrollo entre las dos mayores potencias mundiales. Sobre la labor monetaria sabe bastante, pues Rajan fue gobernador del Banco Central de India entre 2013 y 2016. Ese rol también le dio una visión adicional de la situación de los mercados emergentes, donde plantea dudas de la efectividad del ciclo del recorte de tasas en curso, del que Chile forma parte.

¿Ve elementos para una recesión económica mundial en el corto o mediano plazo?

-Siempre está la posibilidad de una recesión, la duda es cuán probable es. Habiendo aumentado las preocupaciones sobre el comercio durante los últimos meses, lo que ves es que el sector manufacturero alrededor del mundo no está teniendo un buen desempeño. Por supuesto, eso tiene efectos en otros sectores, incluyendo el de servicios. En ese contexto, por ejemplo, en Alemania la manufactura ha estado muy débil y los servicios también muestran señales de aflojamiento.

Hay cierto espacio para preocupaciones, pero el empleo todavía está razonablemente bien, lo que apoya al crecimiento en este momento. Con todo, las probabilidades de malos resultados han aumentado durante los últimos seis meses.

¿Tiene un número para esa probabilidad?

-No creo que alguien tenga un número. Es muy difícil definir algo así.

¿Cuánto tiempo pueden soportar los mercados la guerra comercial y la volatilidad asociada antes de una corrección severa?

-Eso habría que preguntárselo a los que participan del mercado. No sé por qué los mercados han estado tan calmos hasta el momento. La única respuesta es que probablemente están pensando que las cosas se van a estabilizar o que la Fed va a intervenir fuertemente. Pero para la Fed no será fácil dar una solución a la prolongación de la guerra comercial, así que no estoy seguro de la razón por la cual los mercados son tan complacientes.

La más reciente arremetida de Donald Trump contra China tuvo lugar tras la reunión de la Fed, ¿fue un nuevo intento por presionar otra baja de tasas?

-Podría ser. Lo cierto es que es muy difícil decir qué hay en la mente del Presidente Trump. Lo que sí creo es que la Fed está en una difícil posición si las cosas no marchan bien, por ejemplo, si hubiera una recesión. Sería culpada de haber subido las tasas muy temprano.

Hay presión, pero lo cierto es que la Fed no tiene muchas opciones. Si nota que sus políticas están desacelerando la economía, la Fed tiene que responder sin importar si cree que esas políticas son buenas o malas.

Por lo tanto, creo que las autoridades están pensando que tienen un poco más de seguro, porque si las cosas no funcionan, la Fed podrá salir a ayudar. Pero, probablemente, se está esperando demasiado de la Fed.

¿La Fed y otros bancos centrales comparten responsabilidad con Trump en la incertidumbre reinante?

-Los bancos centrales han estado intentando señalar qué es lo que quieren hacer, pero en parte estamos en un territorio económico en el cual no entendemos bastante por qué la inflación todavía está tan baja, aun cuando el empleo es alto.

Se les puede acusar de estar por delante o por detrás de la curva, pero creo que están haciendo el mejor trabajo que pueden, dada la información que manejan. En particular la Fed no está tomando mucho en cuenta la incertidumbre creada por el gobierno y eso hace lucir a la economía más débil de lo que de hecho está. La Fed está en una posición en la que reacciona a las acciones de un gobierno que no es fácil de predecir.

¿Entendió el último mensaje del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell?

-Creo que la Fed intentó tomar distancia del último ciclo de bajas, porque sería mucho para la economía. Pero, al mismo tiempo, estaban tratando de decir que no creen que la economía esté lo suficientemente débil como para recortar tasas de manera significativa.

Optaron por un mensaje mixto, porque el mercado estaba tendiendo a pensar que la Fed estaba bastante lista para reducir las tasas de manera significativa, mientras que ellos quieren dar cuenta de que la economía de EEUU todavía es bastante fuerte, por lo que realmente no hay necesidad de un masivo corte de tasas.

¿Entonces usted comparte el enfoque actual de la Fed?

-En general, sí. Yo en general soy un poco más hawkish (proclive a una política monetaria restrictiva), pero creo que ellos están haciendo el mejor trabajo que pueden bajo las circunstancias que enfrentan.

¿Dada su visión más hawkish, ve espacio adicional para una baja de tasas?

-Depende de cómo reacciona la economía. Si la economía se desacelera considerablemente, la Fed ya dijo que actuará, pero en este punto todavía hay esperanzas de que la acción preventiva que tomaron dé resultados y las cosas repunten.

¿El reciente recrudecimiento de la guerra comercial no es razón suficiente para un recorte en septiembre?

-Hay que esperar y ver, porque hasta ahora es solo una amenaza para la economía. Por supuesto, las amenazas tienen efectos en la actividad, pero tenemos que ver qué pasa.

Muchos han pronosticado un pronto acuerdo comercial, pero últimamente el conflicto solo ha recrudecido. ¿Cree que el enfrentamiento será de larga data?

-Va a depender de las circunstancias económicas. Las cosas lucen un poco más difíciles en Estados Unidos, por lo tanto habrá presión sobre el gobierno para hacer un acuerdo más temprano que tarde. China también tiene sus problemas económicos y ahora con Hong Kong hay algunos problemas políticos adicionales.

Ellos tienen incentivos para pactar, pero el camino se ha vuelto más complejo, porque ahora hay mayores expectativas de que cuando se logre un acuerdo sea uno significativo. Los estadounidenses se preguntan: "¿Si conseguimos un acuerdo light, por qué gastamos tantos meses presionando a China"; mientras que al otro lado ellos van a preguntar: "¿Si ya rechazamos algo como esto, cómo podemos aceptar algo similar ahora?".

Por lo tanto, que se logre un pacto dependerá de cuán rápido avance el daño económico.

Considerando la devaluación del yuan de esta semana, ¿podría avanzar el conflicto hacia una guerra de divisas?

-EEUU ha estado hablando de depreciar su moneda, el dólar, acusando a China de manipular su propia moneda. La realidad es que el FMI ha dicho durante un tiempo que China no está manipulando su moneda, que el renminbi está a un nivel razonable. De hecho, China ahora está cerca de una cuenta corriente balanceada. Ciertamente el FMI, que es el que monitorea los tipos de cambio, está argumentando que China no se encuentra fuera de línea.

En el lado estadounidense, es bastante difícil que pueda cambiar el nivel del dólar de manera significativa, a no ser que estuviera preparado para hacer masivas compras de monedas extranjeras.

Si quieres cambiar el valor contra monedas altamente transadas, como el euro o el yen japonés, se requiere de una amplia intervención. Creo que se requerirían varios cientos de millones de dólares en la cuenta, los cuales no pueden ser usados para intervención cambiaria. EEUU podría posiblemente intervenir contra monedas más básicas, como el won surcoreano, pero contra el renminbi es muy difícil, porque no es tan manejado fuera de China. Por lo tanto, vender activos estadounidenses y comprar chinos, no es tan fácil como puede parecer.

Hablando en términos generales, creo que es posible un conflicto de divisas, pero no creo que pueda llegar muy lejos.

¿Le preocupa China o cree que todavía tienen las cosas bajo control?

-China enfrenta una situación muy difícil. Ellos obviamente tienen una desaceleración económica. Incluso antes de que eso comenzara tenían un estrés financiero y ambas cosas son difíciles de manejar. Se escuchan cada vez más historias sobre problemas de deuda de empresas chinas, lo que sugiere que el estrés está creciendo.

Ellos han sido muy buenos en el manejo de situaciones económicas complejas en el pasado, pero las cosas para ellos también se han complicado en relación al panorama que se tenía a comienzos de año.

¿Cómo ve a los mercados emergentes como Chile en este escenario? Acá también rebajaron la tasa de interés...

-Es una situación difícil, porque por un lado el comercio está cayendo, lo que incluye a los productores de commodities. El cobre es una importante exportación de Chile y enfrenta una desaceleración de China y de su demanda. Pero, por otra parte, la Fed se ha vuelto más acomodaticia, al igual que el resto de los bancos centrales, y hay cierto espacio para recortar tasas.

Sin embargo, creo que, en general, la habilidad del recorte de tasas para impulsar el crecimiento se ha vuelto menos efectiva en el tiempo, con períodos muy largos de condiciones financieras flexibles. Es más difícil estimular hoy el crecimiento de una manera adecuada con el recorte de tasas de interés. Soy cada vez más escéptico de que la política monetaria sea la respuesta en el futuro. Idealmente lo que todos queremos es que no persista la incertidumbre comercial, porque de no ser así, la política monetaria podría no ser suficiente para prevenirnos de una desaceleración económica importante.