Expansión de El Abra: la CEO de Freeport valora “atractivo” del proyecto, pero advierte por el tiempo para aprobar permisos

El Abra
The open pit of the El Abra mine.

Kathleen Quirk, máxima ejecutiva de la minera estadounidense, afirmó que las expansiones de sus operaciones en Arizona, son “posibles” de ser aceleradas, cuestión que descartó para el yacimiento cuprífero en Chile, donde es socia con Codelco. "Lleva mucho tiempo debido a los requisitos de autorización", planteó en una conferencia con analistas.


Freeport McMoRan sigue el camino trazado para la expansión de El Abra, el megaproyecto que anunció a mediados de año, en el que estima se requiere una inversión de US$7.500 millones. Con estas obras el yacimiento, donde tiene el 51% de la participación y Codelco el 49% restante, podría triplicar su producción, a sobre las 340 mil toneladas de cobre. Pero nada de eso ocurrirá en el corto plazo, ya que desde un inicio la minera de capitales estadounidenses planteó que el camino para la iniciativa sería largo.

Los planes de la compañía son presentar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a fines de 2025, a lo que se suman tres años para tramitar los permisos, y otros cuatro años para completar el proceso de construcción. Con ello, el inicio de la operación se estima que recién sería para 2033.

Dicho calendario y los parámetros del proyecto se vieron refrendados este martes, cuando la minera reportó sus resultados financieros al tercer trimestre de 2024. En el período, El Abra alcanzó una producción atribuible de 161 millones de libras de cobre, un alza de 0,6% frente al mismo lapso de 2023. En tanto, las ventas de la operación se empinaron hasta los US$167 millones en los primeros nueve meses del año, mejorando en un 5% el resultado obtenido entre enero y septiembre del ejercicio previo.

En lo que va de 2024, Freeport McMoRan alcanza una producción de 3.173 millones de libras de cobre, y ventas por US$3.074 millones.

Respecto a la expansión de El Abra, en su reporte afirmó que “ha completado importantes perforaciones y evaluaciones para definir un gran recurso de sulfuros que respaldaría un posible proyecto de molienda de gran envergadura similar a la concentradora a gran escala de Cerro Verde”. Ello, en alusión al proyecto que opera en Perú, donde cuenta con el 53,56% de la propiedad, y Sumitomo tiene el 21% y Minera Buenaventura -firma donde Antofagasta Minerals del grupo Luksic tiene el 18,9% de participación- otro 19,58%.

La norteamericana anticipó que “está preparando los datos para una posible presentación de una Declaración de Impacto Ambiental para finales de 2025, sujeta a la participación de las partes interesadas y las evaluaciones económicas en curso”, donde recuerdan que la iniciativa se sustentaría aún considerando un precio del cobre inferior a US$4 por libra.

Corto plazo vs largo plazo

En conferencia con analistas, la CEO de Freeport-McMoRan, Kathleen Quirk, ahondó en los diferentes proyectos que tiene la firma para expandir su presencia en el mercado mundial del cobre. En esa línea, destacó las nuevas tecnologías de lixiviación que está probando en lo que denominan as Américas, con inversiones por cerca de US$1.000 millones, pero sobre todo las expansiones en cuatro operaciones: Bagdad y Lone Star, ambas ubicadas en Arizona, Estados Unidos; Distrito Grasberg, en Indonesia; y El Abra, en Chile.

Pese a que el proyecto donde es socia con Codelco aparece como el de mayor necesidad de inversiones, así como el que mayor producción le significaría (750 millones de libras o poco más de 340 mil toneladas de cobre) a la minera, dicha iniciativa es también la más lejana en el tiempo.

Así, al ser consultada sobre Lone Star -donde recién están comenzando los estudios de prefactibilidad para expandir la operación, y respecto del cual esperan tener más información en 2025-, Quirk aseguró que “una de las cosas que es importante reconocer aquí es que no es como El Abra. El Abra es un proyecto muy atractivo, pero lleva mucho tiempo debido a los requisitos de autorización. No creemos que esto requiera el mismo grado de autorización que El Abra. Así que es posible que se acelere, que entre en funcionamiento sin grandes diferencias con El Abra”.

Luego, hizo el mismo contraste respecto a Bagdad, señalando que “es un proyecto que podemos ejecutar a corto plazo. Queremos hacerlo, y tenemos la información sobre El Abra, así que sabemos la comparación entre El Abra y Bagdad”.

“En el caso de Lone Star, tenemos que hacer esos estudios, y por eso estamos presionando para que se hagan el año que viene. Eso nos ayudará a evaluarlo. Pero Bagdad es algo que puede ejecutarse en un horizonte de tres a cuatro años”, agregó.

Por eso, al responder las dudas de los analistas sobre si el escenario para 2025 de gasto de capital (Capex) por US$4.200 millones permitiría acelerar alguno de los proyectos de expansión, Quirk fue enfática al contrastar los tiempos que requiere cada iniciativa.

“Tenemos algunas inversiones en Bagdad en 2025 para reducir el riesgo del proyecto en su conjunto, pero no veo, basándonos en los proyectos de los que estamos hablando, El Abra, Bagdad y Lone Star, no veo un capex significativo por encima de lo que tenemos en nuestros planes para 2025″, indicó.

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