Si bien el combate para controlar la inflación va avanzando por un buen camino, los riesgos alcistas se mantienen presentes. El alza de la Tasa de Política Monetaria (TPM) que hizo el Banco Central llevándola hasta 11,25% durante el año pasado permitió que los precios descendieran desde un peak de 14,1% en agosto de 2022 hasta el 5,3% que anotó la economía en agosto del presente ejercicio. Aunque se espera que la reducción siga, la reciente alza del precio del dólar genera una presión adicional que los expertos afirman se debe monitorear.
De hecho, este martes la divisa cerró en $903 siendo mayor en $1,5 en relación a la jornada del lunes. En lo que va del año acumula un alza de $44 y sólo en septiembre registra un incremento de $52,8.
Este aumento del valor del dólar tiene impacto directo en el precio de los combustibles y en los alimentos, ya que ambos están más expuestos a los vaivenes del tipo de cambio. Es por esto que este cambio en las perspectivas ya está siendo recogida por algunas encuestas. Una de ellas es la Encuesta de Operadores Financieros publicada este martes. De acuerdo a este sondeo, la mediana de las proyecciones si bien se mantuvo en 0,5%, la dispersión cambió. Si a principios de este mes, un 28,12% de los encuestados esperaba que el IPC de septiembre sea de 0,6% o más, ahora ese porcentaje subió a 32,19%, lo que da cuenta de un cambio en las perspectivas.
Entre los economistas consultados la mayoría espera un registro de 0,6%, e incluso algunos prevén un alza de 0,7%. Una de ellas es Natalia Aránguiz, socia y gerente de Estudios en Aurea Group, quien tiene como escenario base un IPC de 0,7%. “Nuestra proyección para la inflación de septiembre es de 0,7% mensual, lo que es bastante alto respecto a las variaciones que hemos observado durante los últimos 5 meses. El alza del precio del petróleo, la estacionalidad, el tipo de cambio, algunos alimentos y el impacto que tienen los precios al productor de forma rezagada nos llevan a esa cifra”, sostiene.
La economista enumera los productos que empujarán al alza: “En primer lugar la estacionalidad, por ejemplo, pasajes de buses interurbano; en segundo lugar, por las alzas en los precios del dólar y petróleo. Y, en tercer lugar, por el impacto que tienen los precios al productor de forma rezagada”.
Entre quienes esperan un registro de 0,6% está Miguel Santana, economista de Banco Santander. Y para él uno de los factores detrás es el alza del dólar: “El mayor precio del dólar ya está impactando los precios de los combustibles, particularmente de las bencinas, que recogen más rápido el alza del dólar”, indicó. Asimismo, menciona que “para el resto de productos de la canasta del IPC el alza del dólar puede impactar adicionalmente la inflación del último trimestre en la medida que no ceda de los niveles actuales”. Así, dado este nuevo escenario prevé un cierre de año de 4,3% con un supuesto de dólar que se corrige hasta $ 860 en diciembre.
Felipe Ruiz, economista de Bci también espera un IPC de 0,6%. “Los principales productos al alza en precios son los alimentos y los combustibles. El resto de los componentes, mostrarían más bien alzas contenidas”. A esa previsión se suma Felipe Alarcón, economista asesor de Euroamerica, quien afirma que “ya hemos visto un impacto en el precio de los combustibles y debiésemos verlo en ítems relacionados directamente al tipo de cambio como pasaje aéreo y paquete turístico”.
Valentina Apablaza, economista de OCEC-UDP espera un 0,5%. “Es esperable que las presiones inflacionarias se concentren en productos como alimentos y energía, toda vez que estos componentes del IPC se encuentran más expuestos a un tipo de cambio que sigue depreciándose y a un precio del petróleo Brent que presenta una clara tendencia al alza durante las últimas semanas”.
Dado este escenario, se afianzan las expectativas de que este año la inflación cerrará sobre 4%, e incluso las previsiones de los consultados se ubican entre 4% y 4,5%. “Aun cuando la depreciación del tipo de cambio podría generar aumentos de precios de productos específicos, la proyección para lo que resta de 2023 sigue siendo una inflación que disminuye en términos anuales y que debiera fluctuar en torno a 4% y 4.5% hacia fin del año”, sostiene Apablaza. Mientras que Ruiz tiene como escenario central un 4,1% anual, Alarcón esperan un 4,3%.
¿Convergencia a 3% se retrasaría?
El Banco Central espera que la inflación ya esté más cerca de 3% hacia el segundo semestre del próximo año, no obstante, esta nueva tendencia que ha mostrado el dólar podría retrasar ese camino. “Puede ser un factor relevante si la depreciación persiste en el tiempo. Por ahora, prevemos mayores registros en el corto plazo, pero no como para poner en riesgo la meta de 3%, pues la debilidad de la demanda generaría compensaciones desde otros bienes y servicios que debiesen ajustarse a la baja”, comenta Alarcón.
Ruiz, en tanto, dice que “por ahora no prevemos cambios a la convergencia al 3% en próximo año, pero quizás podría atrasarse algunos meses, pero sin generar cambios marcados sobre el escenario inflacionario”. Y Apablaza añade que “efectivamente, el mayor precio del dólar constituye una amenaza que podría afectar la trayectoria de la inflación durante los próximos meses, sin embargo, todavía no es claro que este nuevo nivel de tipo de cambio pueda cambiar abruptamente la trayectoria de la inflación en términos anuales”.
Hoy la Tasa de Política Monetaria se ubica en 9,5%, y el mercado prevé un recorte de 75 puntos base en la reunión de octubre y otro de 75 puntos en diciembre. Con ello, la tasa de interés se situará en 8% a fines de año.