Una evaluación poco auspiciosa en términos de la trayectoria del gasto fiscal realizaron expertos respecto del diseño elegido por el Ejecutivo para financiar el aumento de la cotización en 6%, conocido también como pilar contributivo de la reforma previsional.
El aumento del gasto fiscal, que llegaría a US$1.800 millones en régimen (en 2032), y que hacia el final del horizonte de proyección alcanzaría los US$2.000 millones (en 2050), sumado al préstamo que hará el Fisco al financiamiento del Programa de Ahorro Colectivo Solidario de hasta US$650 millones, genera, a juicio de los expertos, una tensión sobre el gasto que no es sustentable en el mediano plazo.
Según Cecilia Cifuentes, de la Universidad de Los Andes, "aquí hay un desafío significativo de recursos fiscales, solo este proyecto de pensiones, sin incluir los otros aspectos de la agenda social, es bastante más caro que lo que recaudaría la reforma tributaria en régimen", considerando, además, "que estamos partiendo desde una situación deficitaria", dice. Desde esa perspectiva, advirtió que "en la fotografía de hoy de la economía, esto no es sustentable. Y aún más, es preocupante".
Una lectura similar plantea Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, quien además enfatiza "una situación política donde los parlamentarios todavía piden aumentar más el gasto", sobre todo, explica, porque los ingresos dependen de factores como el mayor crecimiento de la economía o la recaudación potencial de la reforma tributaria, "que tiene un grado de incertidumbre bastante alta, frente a gastos que son ciertos y están comprometidos".
Así, recalca, "la posibilidad de que tengamos una situación fiscal que no sea sostenible en el tiempo es relativamente alta y se va a notar en la evaluación que van a hacer los inversionistas y las clasificadoras de riesgo, con déficit más altos de lo previsto y con una deuda pública mayor".
En ese contexto, complementa Macarena García, de LyD, la gran pregunta es "cómo va a ser la autoridad para ordenar las finanzas públicas, porque esto está desbordado" y agrega que "hace rato que no hay una convergencia de las cuentas públicas, y la duda es si esto se va a solucionar con una nueva reforma tributaria con más carga impositiva y más distorsión en la economía, o vamos a seguir echando a perder la capacidad de generar riqueza con una deuda que no va a estar estabilizada y va a superar el 40% (del PIB)".
Las respuestas a esa pregunta son variadas. Para Hernán Frigolett de la Universidad de Los Lagos "si hoy tenemos una gran cantidad de adultos mayores que en el mercado laboral no han logrado acumular ahorro suficiente para autofinanciar sus pensiones y eso justifica un sistema de reparto, estamos hablando de un financiamiento tributario permanente y ahí la receta es una sola: hay que elevar la carga tributaria".
Por el contrario, la propia García señala que el financiamiento "debería venir de eliminar la grasa del gasto público, de una racionalización brutal del gasto público y no el maquillaje de algunos programas. Cifuentes agrega que se debe resaltar la importancia de volver crecer. "Las demandas sociales son solo financiables en un contexto en que el país crece y me parece que eso no está suficientemente claro en el discurso", dice, mientras Rojas también rescata la idea de potenciar el crecimiento, hacer más eficiente el gasto público y evitar una nueva reforma tributaria "que llevaría a la economía a crecer mucho menos y probablemente no recaude lo que se prevé".