Expertos anticipan que alza del dólar y mayor riesgo externo pausarán velocidad de baja de tasas del Banco Central
Si en el Informe de Política Monetaria (Ipom) de septiembre el Banco Central delineó que la tasa de interés en diciembre se situaría entre 8% y 7,75%, e incluso algunos economistas esperaban un nivel de 7,5%, ahora el consenso apunta a que no será más allá de 8% como piso, aunque algunos no descartan que sea algo mayor y finalice 2023 en 8,5%. Este miércoles la moneda estadounidense subió otros $5 en el mercado local.
El dólar retomó su racha alcista. En la jornada de este miércoles, el tipo de cambio cerró con un alza de $5,1 respecto al cierre del martes en la Bolsa Electrónica (Bec) y llegó a un valor de $942,50 la unidad. No obstante durante el inicio de la jornada comenzó con una fuerte caída hasta llegar a de $928, para luego recuperar terreno y finalizar bordeando los $943.
Esta misma volatilidad es la que para los economistas llevarían al Banco Central a actuar con una mayor cautela en su política monetaria, tanto en lo que resta del año como en 2024. Esto porque consideran que los riesgos a nivel internacional se han acrecentado y no hay una mayor claridad de cómo evolucionará durante los próximos meses.
Todo esto comenzará a concretarse la próxima semana. El miércoles 26 y jueves 26 el Banco Central tendrá su penúltima Reunión de Política Monetaria (RPM) dónde ya comenzaría a mostrar un menor ritmo en la baja en la tasa de interés.
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Este cambio de escenario se configura, principalmente, por los mayores riesgos externos que han ido tomando fuerza. Entre ellos, los economistas mencionan una mantención en niveles altos de la tasa de interés en Estados Unidos por un mayor tiempo, la caída del precio del cobre por los vaivenes de China y la tensión por la guerra en Israel con Palestina.
Otro de los riesgos presentes en el escenario lo describe un análisis de Valtin Consulting y apunta al “inminente cierre del gobierno en Estados Unidos a mediados de noviembre. Este es un hito que inyectará volatilidad a los mercados en la medida que se acerque la fecha límite. La situación es aún más compleja dado el estado de data dependiente en el que se encuentra la Fed porque precisamente la producción de datos económicos sería una de las actividades afectadas por este eventual cierre”.
“Los riesgos externos son diversos, la mayoría de ellos son negativos, al tiempo que su probabilidad de ocurrencia e impacto esperado han aumentado. Estos riesgos incluyen, por ejemplo, condiciones crediticias más estrictas (tasas altas) por más tiempo en EE.UU., el debilitamiento de la economía china que ha sido empujado por la fragilidad del sector inmobiliario y los riesgos geopolíticos que han aumentado significativamente tras el recrudecimiento del conflicto entre Israel y Hamas”, sostiene el coordinador Macroeconómico de Clapes UC, Hermann González.
Francisca Pérez, economista principal de Bci, argumenta que “los riesgos internacionales ciertamente han aumentado, especialmente aquellos que impactan el precio del petróleo, materia prima de la cual somos 100% importadores. Por lo que eso tendrá un impacto importante en los precios internos”.
Otra mirada entrega Felipe Alarcón, economista asesor de Euroamerica, quien sostiene que “el escenario de riesgo de una recesión global ha ido en aumento, pero aún no se ha transformado en un escenario base el más probable. Lo que no implica que ya haya un cierto daño en términos de proyecciones, lo que podría traducirse que las proyecciones de actividad comiencen a sesgarse hacia la parte baja del rango actual de crecimiento PIB 2024 y 2025″. En ese sentido, puntualiza don dos los grandes riesgos: el destino de la política monetaria de Estados Unidos, por su relevancia global y los dos grandes conflictos geopolíticos que nos azotan en la actualidad: Ucrania y ahora medio oriente, con implicancias de primer orden en precios de commodities y por ende en la inflación”.
¿Cambio de escenario?
Todavía los cambios que prevén los expertos son sutiles, pero no por ello menos importantes. Y que de acorde a cómo se vaya decantando el escenario tendrá mayores o menores implicancias el próximo año. Pero ya en el corto plazo los expertos esperan una ralentización en la magnitud en la baja en la Tasa de Política Monetaria (TPM) debido a las mayores presiones inflacionarias que estarán ya presentes en la economía internacional y que pueden acrecentarse con una mayor repercusión en Chile.
Si en el Informe de Política Monetaria (Ipom) de septiembre el Banco Central delineo que la tasa de interés en diciembre se situaría entre 8% y 7,75%, e incluso algunos esperaban que llegara a 7,5%, ahora el consenso apunta a que no será más allá de 8% como piso, e incluso algunos esperan que sea algo mayor e incluso en 8,5%.
El expresidente del Banco Central, Vittorio Corbo, señaló este miércoles en entrevista con radio Infinita que “no hay duda que 100 o 125 está totalmente fuera de la ecuación. Va a tener que recalibrar si es 50 o 75, y si es más cerca de 75 va a tener que recalibrar la compra de dólares que ha estado haciendo”.
Respecto al conflicto en Medio Oriente, afirmó que sin duda es otro foco de incertidumbre. “Es una gran incertidumbre que se abre. Hasta ahora el mercado lo ha estado contrarrestando con otras noticias buenas. Ayer (martes) fue inesperado el dato de ventas al detalle en EEUU. Ninguna proyección estaba ni cerca. También ha habido noticias en que el tema en Gaza no escale. Hoy tenemos al presidente Biden en Israel frenando a los israelitas. Hay mucha incertidumbre. Hay que protegerse de los riesgos, y este riesgo puede significar otro shock en los precios del petróleo. Tanta amistad que hay entre Putin y Xi también complica la ecuación. Quién iba a pensar que Biden en medio de este iba a aterrizar en Israel”, dijo Corbo.
Natalia Aránguiz, socia y gerente de estudios en Aurea Group, sostiene que “el alza del dólar ciertamente impacta en el aumento sostenido y generalizado de los precios. Si a esto agregamos el IPC mensual de septiembre en 0,7%, la incertidumbre respecto al proceso constituyente y el escenario bélico internacional, la trayectoria proyectada para la inflación que se verá en la próxima reunión de política monetaria será bastante más árida”. Por ello, sostiene que “moderar la baja de tasas hasta ver cómo se comporta el escenario internacional sería del todo razonable”.
En este escenario, la experta comenta que “si desafortunadamente, la guerra contra el terrorismo de Hamas escala a otras jurisdicciones pertenecientes a la OPEP, el precio del crudo se vería muy afectado. En este escenario, nuestra moneda y, en consecuencia, el nivel de precios en Chile estaría bajo una presión importante. Aquí la moderación de la política monetaria sería crucial, es decir, bajas en torno a los 25 y 50 puntos base. Lo que significa una TPM a diciembre entre 8,5% y 9%”. De hecho, para la reunión de la próxima semana espera una baja de entre 25 a 50 puntos base.
Jorge Hermann, economista de Hermann Consultores comparte la visión de Aránguiz: “el Banco Central debería bajar 25 o 50 puntos base la TPM en octubre y 50 puntos base en diciembre próximo, más lento de los esperado por el mercado con 75 puntos bases en cada reunión que vienen hasta fin de año”.
Un poco más arriba se sitúa Alarcón, quien prevé que el Banco Central tiene que calibrar el riesgo inflacionario. “Si la depreciación del peso empieza a hacerse insostenible podría tener consecuencias al menos en la intensidad del proceso de normalización monetaria actualmente en curso”. No obstante, para el corto plazo prevé que las reducciones sean de 75 puntos base en las reuniones e octubre y diciembre, con lo que la tasa cerraría en 8%.
Misma previsión es la que entrega el González: “Esperamos que los recortes sean de 75 puntos base en cada reunión, cerrando el año en 8%. Es decir, esta depreciación del peso elimina la posibilidad de que la TPM cierre el año en 7,5% o menos como en algún momento parte del mercado y los precios de los activos señalaron”.
¿Y en 2024?
Los economistas coinciden en que los riesgos de materializarse podrían generar cambios en distintas direcciones. Por ello, plantean que el BC deberá monitorar y calibrar de cerca la mejor medida a adoptar. En el escenario actual hay dos riesgos latentes: uno es la mayor inflación que podría generar el precio del petróleo y el dólar y el otro es un enfriamiento mayor de la actividad global. Ambos riesgos van en sentido contrario en el manejo de la política monetaria.
“En el corto plazo, la preocupación mayor es el impacto inflacionario del alza del petróleo y del tipo de cambio. Esto puede incidir en una moderación del ritmo de recortes de tasas de interés en las próximas reuniones”, argumenta González.
Sin embargo, acota que “si el enfriamiento de la economía internacional es mayor de lo previsto y eventualmente pasamos a un escenario de recesión externa, como la de fines de 2008 por ejemplo, la política monetaria deberá reaccionar con recortes agresivos de tasas de interés y esta debería llevarse rápidamente al mínimo técnico de 0,5%. Ese por ahora, es un escenario de riesgo, pero su probabilidad ha aumentado”.
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