No es un secreto, la partida del 2020 ya está más que jugada y el Covid-19 tuvo mucho que ver con ello. Esa es la conclusión a la que llegan los expertos luego que esta mañana el Banco Central reveló que el Imacec se contrajo 3,5% en marzo como consecuencia de las medidas restrictivas que, desde ese mes, adoptó el país para precisamente evitar la propagación de la pandemia.

Lo anotado en marzo si bien se sitúa en el punto medio del rango que anticipaban los expertos (-3% y -4%), al ser el primer registro contractivo del año, de cierta forma marca un punto de partida para los siguientes meses, que se proyectan muy complejos y justifican en buena medida los cálculos del Banco Central, FMI y la Cepal, entre otros, para el ejercicio en curso.

Y si marzo fue malo, abril será aún peor. Es más, será el peor mes desde que existen registros en el Banco Central.

Para el cuarto mes del año, los economistas Marco Correa, de Bice Inversiones, y Patricio Rojas, de Rojas & Asociados, concuerdan en que la caída debería ser cercana al 8,5% dado que sería justo el momento en el que se internalizaría de forma completa los efectos negativos de las medidas sanitarias, las que en marzo fueron incorporadas de manera parcial.

Para Correa, los sectores más afectados serían los de servicios y el comercio, mientras que el sector industrial o minero mostrarían un ajuste menor, "según lo que muestran por ejemplo la generación de energía.”, dice.

Más pesimista es Bci Estudios. Su economista, Antonio Moncado, no descarta una caída de dos dígitos, cercana al -10%. Y aunque esta cifra parece irreal, el cálculo de Alejandro Fernández, de Gémines, es aún más negativo: estima que la actividad podría derrumbarse hasta en un 12,4%.

De acuerdo a los registros históricos del Banco Central, una cifra tan negativa para un mes en particular sólo podría haberse registrado en 1975, cuando el PIB se desplomó 12,9%, o en 1982, cuando la actividad se contrajo 11%.

Segundo trimestre

Bajo esta lógica, los economistas concuerdan que el segundo semestre sería el periodo más difícil del año, en donde se verían mayores caídas en la actividad. Con todo, cerraría con una contracción entre el 6,8% y 10,5%.

Desde el lado más optimista (-6,8%), Bice señala que la mayor caída en el segundo trimestre, se deberá a los efectos de las medidas restrictivas y que hacia fines de ese periodo, la incertidumbre respecto a la efectividad que tendrán las medidas de normalización gradual jugará un rol importante.

Patricio Rojas, en tanto, creer que el producto se contraerá 8% entre abril y junio, y concuerda con su par de Bice respecto a los factores que incidirán en la caída de la actividad. Y Fernández si bien coincide que serán los efectos de las restricciones los que condicionarán el segundo trimestre, cree que estos serán más profundos y llevarán a que la actividad cierre el segundo trimestre en -10,5%.

Bci Estudios, deja abierta sus proyección para el segundo trimestre del año, justificando que la mayor o menor contracción dependerá de cómo evolucione el virus y en la forma en que se pueda cohabitar con él.