En años de crisis la inversión pública juega un rol importante para apuntalar la economía, pero su magnitud no es suficiente para mantener el dinamismo de la inversión total y por ende, de la actividad.

Por lo mismo, si bien en los debates presidenciales de los precandidatos del pacto Apruebo Dignidad, Daniel Jadue (PC) ha dicho que en su programa se propone elevar la carga tributaria entre 8 y 10 puntos del PIB y que eso no tendrá efectos en la inversión, porque se contrarrestará con el repunte del componente público, las cifras muestran que dicho elemento no alcanza para sostener el crecimiento económico.

De acuerdo a economistas consultados por Pulso, el aporte de la inversión pública fluctúa entre el 17% y 20% del total, por lo que el sector privado, a través de concesiones o proyectos propios, es el que impulsa el desarrollo de esta variable clave para el dinamismo de la economía. Los expertos enfatizan que la inversión privada es la que se lleva la mayor carga.

Valentina Cortés, investigadora de Clapes-UC, afirma que “el mayor dinamismo en la inversión pública ayudará a impulsar la actividad económica y la creación de empleo, pero es la inversión privada la que representa más del 80% de la inversión en Chile”. Por esta razón, argumenta que “el rol más importante por parte del gobierno pasa por generar un ambiente propicio para la inversión en el país, contribuyendo a agilizar la concreción de proyectos a través de la simplificación de procesos y reducción de plazos, así como también despejando incertidumbres políticas y legislativas”.

Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, subraya que “si bien contribuye, es fundamental entregar señales para que la inversión privada repunte. Para esos efectos, la institucionalidad, el clima político y la confianza es un requisito esencial para que la inversión total se recupere de forma potente y sostenible hacia adelante”.

Por su parte, el economista y asesor del candidato presidencial Joaquín Lavín, Tomás Flores, pone más números sobre la mesa: “En 2019 la inversión del gobierno central más las empresas públicas fue de 4,2% del PIB. La inversión total ese año fue de 22,9% del PIB, por lo cual el porcentaje de inversión pública en el total de inversión total es de 18% aproximadamente. La inversión de concesiones es inversión privada”, comenta.

En ese sentido, reconoce que “la aceleración de la inversión pública logra amortizar el shock recesivo, pero no es capaz por sí sola de reactivar la economía completa. Es necesario que la inversión privada también logre acelerar su puesta en marcha, lo que es sustancialmente difícil en tiempos de alta incertidumbre”.

Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados y que también colabora con la precandidatura de Sebastián Sichel, se suma al análisis y junto con señalar que la inversión pública es un 20% del total, sostiene que su aporte dependerá de la magnitud de los recursos que el fisco destine para acelerarla. “Por ejemplo, si se concreta el presupuesto contemplado para la inversión pública en 2021, del 10% proyectado para el crecimiento de esta variable, la mitad es por inversión pública”, detalla. Rojas añade que en épocas de recesión este componente pasa a ser clave para la recuperación, sin embargo, realza que el impulsar la inversión tiene un costo “muy alto”, por lo que ese gasto público es preferible que se destine a las demandas sociales y darle espacio a los privados para la construcción de infraestructura mayor como carreteras.

“La propuesta de reemplazar la inversión privada con inversión pública no es muy realista, porque si la inversión privada es el 80%, pensar que con el 20% se pueda complementar y suplir no alcanza, porque además no hay recursos suficientes, los que deben destinarse a políticas sociales”, comenta Rojas.

En tanto, Hernán Frigolett, académico de la Universidad de Los Lagos e integrante del equipo económico de la precandidata presidencial del PS, Paula Narváez, coincide en las cifras del peso de la inversión pública y menciona que “para tener un efecto contundente tendría que hacerse un aumento del 50% del gasto en inversión. Puede ser en un plazo de dos años a tres años, enfocado en estimular la construcción en viviendas”.

Perspectivas

Para este año, el Banco Central proyecta que la inversión total subirá 11,4%, mientras que Clapes UC tiene una visión levemente más optimista, puesto que espera un alza de 12%. ¿A qué lo atribuye?: “Al dinamismo de las importaciones de bienes de capital, cuyo volumen aumentó en un 33% en el primer trimestre, y al 15 de junio su valor registra un incremento acumulado de 34%. Si de aquí en lo que queda del año estas se mantuvieran en el nivel mensual promedio de 2019 (US$ 1.256 millones), que es menor al nivel promedio alcanzado entre enero y mayo de este año (US$ 1.390 millones), se explicaría un crecimiento del orden de 7,3% en la inversión total este año”, explica Cortés.

A esos elementos, la economista le suma las condiciones de otorgamiento crediticio que gradualmente se han vuelto menos estrictas, una incipiente recuperación en los indicadores de confianza y un fuerte crecimiento en la inversión pública presupuestado para este año. Respecto a este último, alerta que “se observa una ejecución más lenta que en años anteriores si consideramos el plan de inversión pública para este año (US$ 13.000 millones)”. De todas formas, indica que la inversión pública acumulada a abril de este año registra un crecimiento de 7,9% respecto al mismo periodo de 2020.