El próximo lunes comienzan las negociaciones para acercar posturas entre el gobierno y la oposición respecto del proyecto de Modernización Tributaria. Por ahora, lo que está a firme son los principios que se pretende cautelar: progresividad del sistema, cuidar la recaudación, no desmantelar las atribuciones del SII y generar inversión y crecimiento.

El punto está en cuáles son los instrumentos para poder compensar lo que cuesta la reintegración del sistema, estimada por el Ejecutivo en US$800 millones, dado que, según la oposición, la apuesta a que será la boleta electrónica obligatoria con una recaudación estimada en US$1.181 millones la que lo hará no convence a los partidos de la ex Nueva Mayoría.

En las propuestas de la DC y el PPD, existe coincidencia en aumentar los impuestos personales (o global complementario) a las rentas más altas ya sea aumentando la tasa de 35% a 40% o creando un nuevo segmento sobre el 35%, con una nueva tasa.

¿Es una opción de compensación? Los expertos opinan:

Para Víctor Fenner EY, gerente senior de Consultoría Tributaria de EY Chile, "sería positivo en el sentido de fomentar la progresividad del sistema, y como gesto simbólico de generar mayor tributación". Sin embargo, advierte que "habría que evaluar el impacto efectivo en recaudación para no generar demasiadas expectativas" puesto que a quienes afectaría "suelen no retirar la mayoría de las utilidades generadas por sus empresas".

Una perspectiva diferente plantea Rodrigo Benítez Socio Tax & Legal de BDO. En principio, plantea que "resulta de toda lógica que, si el sistema se vuelve integrar en un 100% la tasa máxima del impuesto global complementario y de segunda categoría también vuelvan al 40%", aunque también sugiere que los tramos superiores de tasas de impuesto se apliquen a contar de ingresos menores. Esto, porque "debiera ampliarse la base de aquellos contribuyentes a los cuales se le aplican las tasas superiores de impuestos personales".

Con una mirada crítica aborda el tema Soledad Recabarren, de Recabarren & Asociados. A su juicio, se trataría de "una medida más bien política, para poder decir que los que ganan más pagan más".

Explica que según las estadísticas de 2016 los contribuyentes del tramo del 40% eran 41.615 y que si se asume que hoy están en 35%, "si se repone el tramo del 40% es de $200 millones, por lo tanto, esta es una medida que no implicará una gran recaudación". Es más, plantea que "si se desea compensar sólo lo que beneficia al tramo de contribuyentes "más ricos", se lograría con una tasa de 44,5%", lo que califica como una tasa "expropiatoria".

Por el contrario, Juan Pablo Cabello, socio principal Cabello & Asociados señala que la eliminación del tramo de 40% para las rentas más altas respondía a la lógica de un sistema "atribuido" único. Al volver a un sistema integrado esa razón ya no existe, por lo que "me parece de toda lógica que se reincorpore".

Agrega que es una medida que "afecta a los sectores de mayores recursos, por lo que ayuda a la progresividad que debe tener el sistema tributario", considerando que "el impuesto a la renta de las personas tiene baja incidencia en la carga tributaria total" comparado con el promedio OCDE.

Ad portas de que inicie el debate, no existe consenso. Pero no cabe duda que será uno de los temas sobre la mesa de negociación.