El cobre es la principal exportación de Chile. Pero a nivel de productos no cobre, los que aparecen en primer lugar son los envíos de salmones y truchas. De hecho, representan el 16,2% del total de las exportaciones no mineras del país.
No te pierdas en Pulso
De acuerdo al balance que hace el Consejo del Salmón, a través de su reporte de monitoreo de exportaciones, los envíos aumentaron un 3,1% en 2023 respecto al año anterior en volumen, totalizando 774.531 toneladas.
Según este análisis, destaca el crecimiento de las toneladas exportadas de salmón atlántico y coho, del 3,7% y 2,5%, respectivamente, versus 2022.
A su vez, durante los últimos cinco años los envíos de salmón atlántico han subido un 1,8% promedio anual, mientras que el coho lo ha hecho en un 5,6%, lo que refleja el impulso que ha tenido la producción de esta última especie recientemente.
En cuanto a las exportaciones del producto en formato fresco, estas se incrementaron respecto a 2022 en un 8,6%, en tanto que en el formato congelado disminuyeron un 1% en el mismo periodo. “Esto da cuenta de la apertura de nuevos mercados a recibir un producto cuyo formato requiere que las empresas cumplan un mayor número de exigencias”, precisó el gremio.
Sin embargo, también alertaron que si se analizan los últimos cinco años, las toneladas exportadas de salmón y trucha han aumentado solo 2% promedio anual, lo que constituye un estancamiento de la industria.
“El nivel de crecimiento que ha experimentado la industria chilena de salmón se ha mantenido estable, con pequeñas oscilaciones, durante los últimos años. La principal causa de este fenómeno es la estabilización o estancamiento de los niveles productivos, derivados de una regulación que no promueve el crecimiento”, sostiene la directora ejecutiva del Consejo del Salmón, Loreto Seguel.
En ese sentido, añade que “con esta tendencia la competitividad de nuestra industria está comprometida y es algo de lo que como país debemos hacernos cargo. Tenemos la obligación de trabajar en proyectar esta industria en forma sostenible en lo medioambiental, social y económico”.
El año pasado, en términos de toneladas exportadas, los principales compradores de salmón chileno fueron Estados Unidos (32,7%), Japón (17,7%), Brasil (17,6%), Rusia (6,1%) y China (5,6%).
Caída en montos
Pero pese al alza en toneladas, el reporte subraya que las exportaciones de salmón y trucha medidas en millones de dólares retrocedieron en 2023 respecto al año previo en un 2,1%, totalizando US$6.462 millones.
Seguel explica que “el precio de un producto en un sector exportador se encuentra sujeto a múltiples variables propias del comercio exterior, tales como tipo de cambio, inflación, precio de venta, formato de venta, entre otros”. Por ello, afirma que “revisando los dos indicadores principales, como son el tonelaje y los retornos, se observan variaciones menores en el comportamiento del sector el año pasado”.
En el informe se subraya que “se estima (que hubo) una caída anual promedio del 5% en los precios del salmón chileno durante 2023, fuertemente condensado en el segundo semestre del año”. En línea con lo anterior, se enfatiza que en relación a 2022 se observaron caídas en el valor en dólares del salmón y trucha exportados, en particular durante los últimos cuatro meses del año, lo que terminó impactando a nivel general en 2023.
Pese a ello, el salmón volvió a posicionarse como el segundo bien de exportación más importante del país después del cobre en todos sus formatos, superando al litio, que registró envíos por US$ 6.250 millones.
Perspectivas
Las proyecciones que tiene este gremio salmonero apunta a un 2024 estable. “Como todas las industrias exportadoras, el tipo de cambio es una variable importante de monitorear, sobre todo considerando que no solo las ventas quedan indexadas a él, sino también algunos costos”, precisa Seguel.
La representante del gremio integrado por las empresas productoras AquaChile, Australis, Cermaq, Mowi y Salmones Aysén, plantea que “será relevante el monitoreo de los mercados destino de nuestros envíos como son Estados Unidos, China, Japón, Brasil, entre otros”.
Seguel resalta que “es fundamental contar con una nueva legislación moderna, innovadora, flexible, que armonice una mayor producción con el uso de las nuevas tecnologías, el conocimiento y experiencia desarrollados en Chile, con los valores esenciales de la sostenibilidad. Acá nos referimos a los ámbitos medioambiental, social y económico”.
Por lo mismo, manifiesta que “para lo anterior es clave seguir profundizando el trabajo público/privado con la autoridad. Siempre lo decimos: roles distintos y objetivos comunes al servicio de proyectar la segunda industria exportadora más relevante de nuestro país”.