La alta volatilidad y los bajos retornos que han mostrado, en general, los mercados accionarios han llevado a los inversionistas a retirar posiciones desde esos instrumentos hacia otros más conservadores. De ese modo, durante el primer trimestre salieron más de US$80 mil millones de acciones globales, mientras ingresaron más de US$97 mil millones a los bonos.
Y también han buscado oportunidades en los denominados activos alternativos. Con ese telón de fondo, la exposición de las AFP a la renta variable llegó a $14.681.666 millones (cerca de US$22.104 millones, según el valor actual del tipo de cambio) al cierre del primer trimestre de 2019. Esto representa un 10,4% del total de activos bajo administración (AuM, por sus siglas en inglés) que tenían las gestoras a esa fecha.
Según datos proporcionados por Tanner Investments, complementados con información de la Superintendencia de Pensiones, es el nivel más bajo desde 2016, cuando el mercado accionario chileno equivalía a 9,5% del total de AuM.
"Si observamos las inversiones de las AFP en renta variable local, es posible apreciar que desde 2010 el porcentaje respecto al total de activos ha presentado una tendencia a la baja, alcanzando un mínimo el año 2015 con un 8,8% del total de activos administrados. Desde entonces, la situación se ha recuperado parcialmente", explica Felipe Valenzuela, economista de Tanner.
Aldo Morales, subgerente de renta variable de BICE Inversiones, por su parte, complementa que "en general la renta variable como un todo ha disminuido dentro del mix de clases de activos, lo que incluye también la renta variable internacional. En tanto, se ha visto un aumento importante en renta fija local, lo que podría estar relacionado a búsqueda de refugio".
Factores y proyecciones
Las razones detrás de esta situación son diversas, según los expertos.
Para Morales, los factores responden a que "los mercados accionarios han estado expuestos a mucha volatilidad provenientes del frente externo (tensiones comerciales, riesgos geopolíticos, etc), a lo que se suma una débil dinámica de resultados y eventos de capital importantes en el corto plazo".
Otro factor, indica Valenzuela, es que "de alguna manera, las AFP han contado con departamentos de inversión más especializados en buscar retornos superiores en otros mercados en base al límite permitido para invertir en el extranjero al menos en renta variable". Ello se suma, dice, a que entre 2010 y 2015 el Ipsa cayó 26%, mientras que la renta fija se hacía más atractiva por medio de mayores ganancias de capital.
Hacia delante, Valenzuela sostiene que en los últimos meses las AFP han vuelto a creer en el mercado local, ya que en marzo mantuvieron la posición compradora de febrero. "De esta manera, vemos que esta tendencia debería continuar ante expectativas de un repunte en la actividad económica local en el segundo semestre del 2019 y un escenario positivo respecto a la evolución de la guerra comercial entre EE.UU. y China", añade.