Ambiente previo al primer consejo

"Críticas implacables y generalizadas de la Concertación"

"La autonomía del BC se consagró en la Constitución de 1980. Sin embargo, pasaron ocho años hasta que, en noviembre de 1988, pocas semanas después del Plebiscito, la autoridad envío un proyecto a la Junta de Gobierno. En agosto de 1989 se aprobó y ahí se incorporan algunos de los planteamientos formulados por la Concertación cuando se dio a conocer la iniciativa, que habían sido críticas implacables y generalizadas. Se decía que el proyecto era una maniobra para dificultar la gestión del futuro gobierno democrático. Que las atribuciones y la autonomía eran excesivas. Que se crearían dos centros de dirección y regulación de la economía. Además, se criticó el status jurídico excepcional de los consejeros: no estarían sometidos a la fiscalización del gobierno, ni el Presidente podría removerlos fácilmente. Hubo críticas de Andrés Zaldívar, Carlos Massad, Roberto Zahler, Ricardo Ffrench-Davis, Alejandro Foxley, Carlos Ominami, Joaquín Vial, José Pablo Arellano y otros. El 10 de octubre de 1989 se publica la Ley Orgánica".

Negociación Cáceres-Foxley

"Que Bianchi no cometa la locura de meterse en esto"

"Mi primera conversación fue con Carlos Cáceres en su casa el 13 de octubre de 1989. Me planteó que Pinochet habría aceptado mi nombre como posible integrante del consejo, en pleno conocimiento de que yo había votado por el No. Pregunté por los otros integrantes. Los considerados eran Jorge Cauas y Sergio de la Cuadra, pero estaban dubitativos, más el presidente y el vicepresidente del BC en ejercicio: el general Concha y Alfonso Serrano. Le agradecí, pero le indiqué que esa composición era poco equilibrada y nociva para la autonomía del organismo. A mediados de noviembre pedí una entrevista con Alejandro Foxley. Me dijo que la posición negociadora de la Concertación era: dos del gobierno y tres de la Concertación. En el límite, me señaló, 'estaríamos dispuestos a un dos, uno, dos'. En este último caso, aceptarían que yo fuera el Presidente y añadió: 'Estoy consciente que hemos tenido diferencias respecto a las políticas económicas aplicadas, pero sé que no nos vas a jugar chueco'. El 28 de noviembre Cáceres me llamó diciendo que Pinochet había aceptado el esquema dos, uno, dos, que los designados del gobierno serían Enrique Seguel y Alfonso Serrano, y que le había comunicado la noticia a Foxley. Ese mismo día tuve una conversación con mi jefe en la Cepal, Gert Rosenthal, el secretario ejecutivo. Me dijo: 'Estás cometiendo un error y haz caído en una trampa' y me dio un recado de Sergio Bitar, de la noche anterior. Este era: 'Que Bianchi no cometa la locura de meterse en esto'. Esto ilustra lo complejo que era el asunto. El día siguiente fue el decisivo (29 de noviembre). A las 10 de la noche me llamó Cáceres y me dijo que Aylwin había pedido poder nombrar al (siguiente) presidente del BC durante su eventual período como Presidente, para lo cual proponía que yo fuese nombrado solo por dos años. Le respondí que aceptaba la propuesta de Aylwin. Así, el martes 4 de diciembre se anunció el acuerdo sobre la integración del consejo del BC".

Por qué su nombre

"Porque era una persona independiente políticamente y libre en mi manera de actuar"

"Sobre quién propuso mi nombre, no lo sé. Mi interpretación es que, no obstante que no tenía ningún contacto con el régimen militar, fue porque era una persona independiente políticamente y libre en mi manera de actuar. Participaba en instituciones, seminarios y grupos que analizaban las políticas públicas en Chile. Ahí me conocieron personas vinculadas al régimen militar. Era miembro del consejo ampliado de la revista Mensaje de los jesuitas, crítica del régimen, con un consejo pluralista, entre los cuales el único que trataba de explicar que no todas las políticas económicas del gobierno eran malas, era yo, cosa que significaba un costo. También era integrante de un comité asesor de la consultora de Eduardo Aninat y Juan Carlos Méndez, en que había gente de distintos sectores, como Pablo Baraona. Y era partícipe de un grupo que nos reuníamos para analizar lo que pasaba en Chile, cómo podía ser la transición y colaborar en eso. En ese grupo estaban Enrique Barros, Cristián Eyzaguirre, Arturo Fontaine, Efraín Friedmann, David Gallagher, Carlos Hurtado, Felipe Larraín (muy jovencito) y Fernando Léniz (exministro de Pinochet), entre otros. Siempre mantuve una visión objetiva de las políticas económicas impulsadas por Pinochet, especialmente a partir del paso de (Hernán) Büchi por la Superintendencia de Bancos y durante su desempeño como ministro de Hacienda. Además, analizaba estas cosas teniendo en cuenta lo que pasaba en el resto de A. Latina, donde había altísimas inflaciones en Argentina, Brasil y Perú.

Una Anécdota

"(Pinochet) no me conocía físicamente, pero sabía todo de mí"

"Cuando asumí el cargo, Carlos Cáceres me dijo que era importante que visitara a Pinochet. Fuimos a entrevistarnos con él y yo no lo había visto nunca. Él se sentó en la cabecera en una mesa y nosotros cada uno a un lado. Empieza la reunión y me dice: 'Le quiero agradecer que haya aceptado la presidencia del BC'. Le manifiesto que al que le corresponde agradecer es a mí. Me insiste: 'Yo soy el que le tengo que agradecer'. Entonces le digo: 'Es que yo le quiero agradecer especialmente porque usted me ha designado sin conocerme". Me queda mirando y me dice: 'No, no crea que yo no lo conozco". Tenía todo el dossier...no me conocía físicamente, pero sabía todo de mí".

Momento más difícil

"Fue septiembre-octubre de 1990. El BC inició un ajuste monetario muy fuerte"

"El más crítico en mi mandato fue septiembre-octubre de 1990. El BC en enero de ese año inició un proceso de ajuste monetario (donde se subieron las tasas casi 200 puntos base) muy fuerte. Tuvo dos objetivos: reducir el crecimiento del gasto interno, que en 1989 había aumentado a un ritmo insostenible. Pero más importante que eso, era mandar una señal clara y potente de que no íbamos a vacilar en tomar las medidas para controlar la inflación, por duras que fueran. Estaba orientado a cambiar las expectativas de la gente. A decir: 'Esta cosa es en serio'. Sin embargo, ocurrió algo que cambió todo: la invasión de Irak a Kuwait, que hizo que el precio del petróleo más que se duplicara, de US$19 el barril en julio, a US$41 en septiembre. Con eso, el IPC en 12 meses se disparó, sobrepasando de nuevo el 30%. Pero ahí se tomó otra decisión muy relevante: se reafirmó el compromiso con la estabilización y en el primer informe que presentó el BC al Senado, fijó el objetivo de situar la inflación entre 15% y 20% a fines de 1991. Fue una decisión bastante audaz, pero el 91 se cerró con una inflación de 18,7%".

Principal logro del BC en 30 años

"Su autonomía ha sido una de las innovaciones más valiosas del país en lo institucional"

"Los dos grandes logros han sido, controlar la inflación en forma sin precedentes en la historia de Chile y legitimar al BC como entidad autónoma, cosa increíble si se consideran las críticas previas. Su autonomía ha sido una de las innovaciones más valiosas del país en materia institucional. Así, la ilegitimidad de origen del BC, dado su nacimiento en el régimen militar, ha sido reemplazada por una sólida y ampliamente compartida legitimidad de ejercicio. La mejor demostración de ello es que cada vez que se plantea cómo reformar una institución, se diga: 'Por qué no lo hacemos como el consejo del BC'. Ese cambio se debió a dos factores: primero, el éxito alcanzado en el control de la inflación. Lo otro es que a raíz de la composición pluralista y equilibrada del primer consejo, en adelante se mantuvo un sistema en el que se compatibilizan competencias técnicas y representatividad política. En ese contexto, es muy importante que Mario Marcel provenga de un tronco socialista, porque con ello las principales corrientes de opinión política en Chile han tenido acceso a la presidencia del BC. Eso demuestra sabiduría e inteligencia de los gobiernos y del Senado".