Hay un gobierno "con pocas ideas, corriendo detrás de los acontecimientos y sorprendido por la tasa de inflación". Esa es la dura evaluación de Martín Redrado, expresidente del Banco Central de Argentina, sobre la administración de Mauricio Macri, a la que culpa por la incertidumbre actual, tanto o más que al proceso electoral en curso.
En entrevista con PULSO critica el manejo de la inflación, la carencia de un plan procrecimiento y la forma en la que se acudió al FMI. Mientras que el silencio de Cristina Fernández ensombrece más el panorama, considerando el "mal recuerdo" de sus últimos años de gobierno.
¿Se puede atribuir solo a las elecciones la creciente volatilidad?
-Hay una desconfianza sobre el futuro de Argentina, siga o no Macri. La incertidumbre se ha disparado en estas últimas semanas por los resultados muy negativos que está teniendo la política antiinflacionaria o, a mi juicio, la falta de una política integral. El gobierno ha descansado en una visión parcial: en el programa de emisión cero de política monetaria, pero los resultados no están a la vista.
Sin duda, los índices que vimos, tanto en febrero como en marzo, han sorprendido mucho al mercado, el último de 4,6%, de la mano de una devaluación de casi 12% sólo en marzo. A diferencia de otros países de la región, todavía la vinculación entre la evolución del dólar y de los precios internos es muy fuerte. El pass-through, es decir, el efecto devaluación sobre inflación, en los alimentos es de casi 50%. De hecho, en marzo este ítem subió 6%; la mitad de lo que fue la tasa de devaluación.
Todo esto genera desconfianza en la coyuntura, más allá de que ninguno de los candidatos ha expresado con claridad qué es lo que va a hacer después del 10 de diciembre (cambio de mando).
¿Qué le parecen las recientes medidas anunciadas por el Banco Central y el gobierno?
-Desde el punto de vista técnico, su efecto es cero. Yo lo llamo "plan anestesiar", porque si es efectivo simplemente posterga el problema. Este plan se dirigió a dos variables claves. La primera es el tipo de cambio, donde dejaron de subir la banda (en la que se mueve el dólar sin intervención del Central) en 1,75% por mes, fijando la parte alta en 51,50 pesos argentinos, lo que ya tiene un efecto contraproducente, porque ha subido más el dólar. En general, para mí la política cambiaria de bandas es equivocada, porque genera mayores expectativas de devaluación, en lugar de acotarlas.
Lo segundo fue el congelamiento de las tarifas de servicios públicos, lo que simplemente posterga el problema. Quizá en el corto plazo pueden tener una baja en la tasa de inflación, eso si realmente logran mantener el tipo de cambio estable, cosa que pongo en duda. Este plan es una señal política, más que algo que tenga verdadero efecto sobre el bolsillo de los argentinos.
¿Qué debería haber hecho?
-Hace falta un programa macroeconómico integral. Debería haber una coordinación de las principales variables macroeconómicas que maneja el gobierno. Hay que plantear un sendero de convergencia para la evolución del gasto público, recaudación, subsidios y remuneraciones del sector público. Además, se debe hacer una reingeniería del sector público, que está sobredimensionado.
También se requiere de un programa de crecimiento basado en dos ejes centrales. Primero, se necesita una reforma tributaria que baje la carga impositiva, que amplíe la base de tributación y que simplifique el sistema. En segundo lugar, se requiere una verdadera política exportadora, que permita negociar acuerdos comerciales que le abran mercados a la producción argentina en el mundo. Nuestro país depende mucho de dólares financieros y muy poco de los de exportación, por lo tanto tiene mucha más volatilidad que otras países de la región.
¿El programa con el FMI tampoco fijó la ruta correcta?
-Argentina fue a tocar la puerta del Fondo de manera muy apresurada. Ninguno de los otros países que tenían déficit fiscal y de cuenta corriente, como Turquía, Indonesia o Sudáfrica, fueron donde el FMI. A mi juicio, el equipo económico estaba solamente preparado para el ingreso de capitales, mientras que cualquier ministro de Economía o presidente del Banco Central de un país emergente debe tomar medidas para administrar la volatilidad que tienen los flujos de capital en el mundo.
Aquí se tocó la puerta del Fondo de manera inesperada y se terminó haciendo un plan de emergencia. No veo que sea un problema del FMI, sino de Argentina, de cómo se tomaron decisiones en el país y la falta de previsión que tuvieron quienes hacen políticas públicas.
En este punto, ¿ve ánimo de rectificar el rumbo?
-Veo un gobierno con pocas ideas, corriendo detrás de los acontecimientos y sorprendido por la tasa de inflación. Entiende que tiene que hacer algo en materia de inflación y termina con este "plan anestesiar", que es un programa muy pobre desde el punto de vista intelectual. Agregan incertidumbre al plantear simplemente un debate futuro versus pasado, sin darle sustancia. Sería mucho mejor tener una campaña donde se estén discutiendo las soluciones que Argentina necesita.
¿Se profundizará la crisis si gana Cristina Fernández como teme el mercado?
-Lo que sabemos es que el período 2011-2015 fue muy negativo en crecimiento, inflación, pobreza, por lo cual Cristina debería mostrarse de una manera distinta. Hasta ahora se mantiene en silencio, por lo tanto, eso también genera incertidumbre.