Expresidente del Banco Central: “Lo que estamos viviendo es una etapa de lento retorno, pero con mucha incertidumbre”
José de Gregorio afirma que si bien la caída de la actividad tocó fondo en el segundo trimestre, ve una salida lenta y condicionada a la evolución de la pandemia y de las medidas de desconfinamiento. Lo que sí, reconoce el aporte al consumo del retiro del 10% y dice que este tiene “efectos multiplicadores y su impacto se va a sentir en todo 2020 y 2021”. Con todo, cree que recién a comienzos del próximo año habrá Imacec positivos en 12 meses. Por lo mismo, plantea congelar toda discusión tributaria por el siguiente año y medio.
Varios webinar son los que ha debido moderar y en otros participar José De Gregorio, en su calidad de decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. El último fue este jueves. La temática: el mercado laboral, quizás la variable que más se ha dañado con la crisis sanitaria y económica que ha provocado el Covid-19. El también expresidente del Banco Central afirma que no tiene una mirada pesimista, pero en su argumentación deja entrever que el escenario de salida de la actual coyuntura, incluido el plebiscito, no será fácil. “Veo riesgos”, dice. Y esos riesgos tienen que ver principalmente con la institucionalidad política y con lo que está en juego en los próximos dos años.
¿La economía chilena tocó fondo en el segundo trimestre con la caída del 14,1% del PIB (Producto Interno Bruto) que se registró, según las Cuentas Nacionales conocidas esta semana?
-Abril a junio fueron meses muy malos y parte importante fue porque estuvimos en confinamiento. Ahora, durante este trimestre ya empezaremos a recuperarnos, volver un poco a una economía en la cual no hay tantas actividades cerradas.
¿Se puede decir que hay un punto de inflexión?
-La recuperación depende básicamente del factor sanitario. La recuperación naturalmente tiene que ocurrir, producto de que empezamos gradualmente a desconfinarnos, pero eso dependerá de cómo evolucione la situación sanitaria.
El retiro del 10% de los fondos de pensiones le está dando un impulso al consumo, y en ese sentido, usted dijo que podría aportar entre 3 a 5 puntos al crecimiento. ¿En qué período?
-Efectivamente. Si bien tenemos mucha incertidumbre respecto de cuánto es el multiplicador, sí nos va a permitir amortiguar un par de puntos de decrecimiento del PIB, producto del impulso de la mayor demanda que significa el retiro del 10% de las AFP. Esto es algo que debiera continuar el próximo año, porque no sólo tiene el impacto directo de que se está gastando más, sino que tiene efectos multiplicadores, y por eso el impacto se va a sentir en todo 2020 y 2021. Podrían ser 3 o 4 puntos perfectamente que nos reducen la caída del PIB. Es muy difícil estimar cuánto será la caída del PIB, debido a que no sabemos qué va a pasar con la evolución del virus.
¿Pero se puede asumir que lo peor ya pasó y que no volveremos a tener un trimestre tan malo como el segundo?
-Así espero. Es muy difícil que volvamos a tener una situación de restricciones como la que tuvimos entre abril y junio. Es difícil volver a tener una caída de esa magnitud.
Su mirada es bastante cauta respecto a la recuperación.
-Mi sensación es que la paralización de la actividad ha sido mayor de la que esperábamos hace unos meses, entonces la caída del PIB estará entre el 5% y el 10%. Tratar de afinar números con mucha precisión requiere muchos supuestos de los cuales no estamos muy seguros. Lo que estamos viviendo ahora es una etapa de lento retorno, pero con mucha incertidumbre.
Sin embargo, el mercado se ve algo más optimista, porque varios agentes ajustaron sus proyecciones a niveles más cercanos a -5%.
-Podría ser -5% perfectamente, y ojalá la contracción no sea tan severa. Yo no sé cuándo nuestro país puede desconfinarse de manera importante, entonces no se puede hacer una proyección con demasiada precisión.
¿Ve en ese lento retorno cifras ya positivas en el último trimestre, como lo espera Hacienda?
-En el último trimestre deberíamos estar en una situación en que el retorno habrá tomado más fuerza. Se podrían ver crecimientos mensuales positivos, pero en doce meses será algo más difícil. Un Imacec positivo en doce meses significaría que ya habríamos recuperado los niveles de actividad de hace un año, y eso ocurriría en 2021.
Para el próximo año, ¿qué tan condicionado está el crecimiento a los resultados del plan de reactivación y a los subsidios al empleo que entregará el gobierno?
-Es muy importante. El impulso de la demanda que podemos tener por el retiro de los fondos de las AFP requiere que vaya acompañado de creación de empleo. Tenemos un problema de empleo bastante grave y no podemos estimar con qué velocidad se recuperará. Las cifras del INE (Instituto Nacional de Estadísticas) dan una tasa de desempleo de 12,2%, pero eso tiene un componente bastante especial y es que la fuerza de trabajo ha caído mucho. Hay 1,8 millones menos de empleos que hace un año y también muchos que están bajo la Ley de Protección al Empleo.
¿El desempleo será el gran problema que dejará esta crisis?
-Si usáramos la fuerza de trabajo de un año atrás, estaríamos con una tasa de desempleo cercana al 23%, porque hay gente que quedó sin trabajo y se fue de la fuerza laboral. La creación de empleo va a ser fundamental en los programas de reactivación, porque no sólo se tiene que poner incentivo a que haya mayor actividad económica, sino también a que se contrate gente, y para eso los subsidios de desempleo son importantes.
Respecto a las medidas para proteger los ingresos de las personas, usted ha sido crítico de que se está llegando tarde. ¿Cómo evalúa que gobierno y oposición sigan entrampados en el proyecto de seguro de desempleo?
-En Chile tenemos un problema político bastante complicado y en parte se generó porque las medidas llegaron tarde. Mientras eso pasaba, subía la creatividad parlamentaria respecto a las medidas, y ahí se ha producido un conflicto político lamentable. Creo que es muy importante llegar a acuerdo en torno a políticas que apuntalen la economía. Ahora, para la reactivación es importante tener propuestas que se puedan ir implementando oportunamente, porque si no, nos va a pasar lo mismo, que empezamos a llegar atrasados, empieza a haber creatividad y se produce una polarización política que hace muy difícil avanzar en una dirección positiva en materia de reactivación.
¿Eso puede pasar con el subsidio al empleo que el gobierno ha venido anunciando, pero aún no presenta?
-No creo que requiera en estos momentos tanta urgencia. Debe estar bien instalado cuando la economía empiece a repuntar y nos quedan un par de meses para tenerlo activado oportunamente.
El gobierno dice que el plazo mínimo de mantención de ese subsidio es de seis meses, ¿lo considera suficiente?
-Eso es algo que hay que ir evaluando, puede ser incluso más prolongado. El problema del empleo incluso nos va a acompañar todo el año 2021.
¿Cuándo cree que podremos volver a un nivel prepandemia en el PIB?
-Más que hablar de nivel, uno tiene que hablar de retomar la tendencia que traíamos prepandemia. Para eso pueden faltar entre 4 a 5 años. El nivel de actividad prepandemia se puede alcanzar en uno o dos años más, pero la pregunta clave es cuándo uno vuelve a la tendencia que traía y se termina de recuperar.
El acuerdo de los US$ 12 mil millones en que usted participó ha avanzado con más de una complicación. Incluso el ministro de Hacienda ha señalado que no se está respetando del todo. ¿Perdió fuerza?
-El problema político surge en cómo se materializa el acuerdo, y hay una discusión de si el Fondo Covid debe ser presupuestario o extrapresupuestario. Lo importante es saber cómo se va evaluando y cuánto efectivamente se va gastando, y eso no está resuelto.
¿Cree que el Fondo debe ser extrapresupuestario?
-El Fondo debe estar por sobre lo que se tenía contemplado gastar en las proyecciones iniciales. Desde el punto de vista de contabilidad fiscal, se puede incorporar al Presupuesto. Lo importante es que se tenga claro que cuando se habló de este Fondo, el propósito no era sólo tener una cantidad adecuada para combatir la pandemia, sino que también tener un impulso fiscal relevante para que contribuya a la recuperación de la economía. Cómo se anota es un problema más bien contable.
Dado el nuevo escenario y considerando que hay un mayor gasto fiscal por el retiro del 10% de los fondos de pensiones, ¿los US$ 12.000 millones serán suficientes?
-No creo que se esté quedando corto, porque ha habido cosas extras, como el retiro de fondos de pensiones. Eso no estaba contemplado en el Fondo y obviamente agrega más gasto. Tenemos espacio fiscal, pero no ilimitado.
¿Debe darse un nuevo debate sobre cómo financiar esas menores pensiones?
-En un principio será deuda. Chile se va a endeudar bastante. Si bien Chile tiene la capacidad de poder hacerlo, hay que poner mucha atención porque tampoco podemos hipotecar el futuro fiscal.P
Retiro del 10%: “Hay argumentos técnicos que se exageran y al final se pierde credibilidad”
¿Cuánto se tensionó la relación entre técnicos y políticos tras el proyecto del retiro del 10%?
-El rol de los técnicos es proponer, estudiar y analizar la mejor forma de cumplir los objetivos políticos. Ha habido problemas de lado y lado y se han olvidado cosas básicas. El caso más emblemático es que sectores progresistas permitieran un retiro de AFP exento de impuestos, pero, por otra parte, algunos técnicos hicieron muchas declaraciones catastrofistas y equivocadas. Eso lo vimos con mucha fuerza con respecto a lo que iba a pasar en el mercado financiero si se retiraba el 10%. Eso no pasó y obviamente se desprestigian quienes las dijeron. Hay argumentos técnicos que se exageran y al final se pierde credibilidad. Pero esto no se puede atribuir a todos los técnicos.
¿Cómo sigue hacia adelante la relación técnica-política considerando que se busca llegar a un acuerdo en un corto plazo en materia de pensiones?
-Desde el Senado han aparecido buenas propuestas y hay posibilidades de acuerdo. El problema es que mientras más se atrasa el acuerdo, más espacio hay para que se prioricen respuestas que no son las mejores para mejorar las pensiones. Y ahí el problema es que se polariza el debate y se empiezan a dar propuestas extremas. El gobierno debe actuar rápido en buscar un acuerdo.
Una de las propuestas que ha surgido, tanto en la oposición como en el oficialismo, es establecer una pensión básica universal financiada con impuestos generales. ¿Es un punto a conversar?
-Es una buena idea, el problema es su financiamiento. Dicho pilar universal no está basado en el sistema contributivo y eso puede poner una presión fiscal excesiva. No sé si está bien estudiado su impacto futuro. Los impuestos generales tienen que financiar muchas cosas. Lo que falte será deuda y eso nos puede llevar a un camino complicado. La idea es buena, pero hay que asegurarse que sea sostenible.
Otro tema relacionado con más gasto es el debate de una reforma tributaria, y eso ya se ha dado con la moción que fija un impuesto a los “súper ricos”. ¿Qué opina de esa propuesta?
-Hoy día no es el momento para estar subiendo impuestos. Los impuestos al patrimonio van en retirada y recaudan muy poco, entonces se debe tener una discusión seria de una reforma tributaria que recaude más, que sea progresiva, y que sea consistente con tener un ambiente favorable para el crecimiento y el desarrollo de la economía.
Como contrapartida, el gobierno está en un proceso de revisar exenciones. ¿Eso también debe postergarse?
-Las exenciones tributarias también tienen que ir dentro de un debate global. Nuestro país necesita mayores ingresos. La discusión tributaria se debería congelar por los próximos 18 meses.
Sobre la realización del plebiscito constitucional, ¿cuál es su expectativa?
-En una economía donde el Estado de derecho está debilitado, será muy difícil tener dinamismo. Eso es algo que tenemos que resolver. Hay muchos riesgos, dada la cantidad de elecciones que tiene el país en los próximos meses. Todo esto propicia que la urgencia política termine en propuestas que no son las mejores para tener un ambiente favorable para el crecimiento y la inclusión social. Independientemente de lo que se resuelva en el plebiscito hay incertidumbre y eso se mantendrá.
¿Cómo y cuándo se puede zanjar la incertidumbre?
-Chile no tiene una salida fácil. Tenemos dos años con bastante incertidumbre. Yo espero que los políticos, los técnicos, y que todo el mundo con algún grado de influencia pueda darse cuenta de que Chile está hoy día en una coyuntura sumamente importante. Y esa coyuntura está en elegir entre irnos por el camino de la mediocridad o retomar el vigor económico. No soy pesimista, pero sí veo riesgos.
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