Hace tres años, los principales actores del mercado de detergentes: entre ellos, P&G, Unilever, Brillex, Ecotec y otras, firmaron ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TLDC) un acuerdo para mejorar sus prácticas comerciales por un plazo de 10 años, favoreciendo así la competencia en el sector.
Pero esa paz se quebró abruptamente esta semana, luego que Maritano, la empresa detrás del histórico Jabón Popeye presentara una denuncia ante la Fiscalía Nacional Económica (FNE), acusando prácticas predatorias y abuso de posición dominante de parte de Unilever, el principal actor de este mercado.
Según la denuncia, a la que tuvo acceso PULSO, Maritano acusa que su rival "ha continuado realizando prácticas abusivas que atentan contra la libre competencia, tanto en el canal moderno (supermercados), como tradicional (mayoristas y almacenes), que infringen el acuerdo conciliatorio".
Entre estas prácticas que, a juicio de Maritano, está realizando Unilever, figuran políticas de acaparamiento de góndolas, cabeceras de góndolas, islas de ofertas en pasillos, muros de oferta y otro, que según esa empresa "obstaculiza a la competencia, al reducir al mínimo los espacios y reales posibilidades de exhibición de sus competidores".
Otro tema que Maritano pide investigar a la FNE es un supuesto llenado de bodegas por parte de Unilever, que impediría que los restantes competidores puedan tener un stock de seguridad en bodega y sala para reponer sus productos en góndola.
En tercer lugar, se denuncia una supuesta presión por mayores espacios centrales de las góndolas de los supermercados; y finalmente, se acusa que Unilever ha realizado en forma constante ofertas agresivas, vendiendo sus productos "a precios predatorios", lo que deja fuera de mercado a sus competidores.
A esto se suman otras prácticas que la familia Maritano afirma estaría realizando su rival en el canal mayorista y de almacenes, como el lanzamiento de nuevas marcas y formatos de bajos precios, lo que frenaría "a pymes que comercializan su producto en ferias y almacenes tradicionales".
"En definitiva, Unilever Chile busca acaparar los espacios y asfixiar a sus competidores", denuncia la empresa en su demanda, recibida el 27 de junio por la FNE.
Denuncias previas. Esta no es la primera vez que Maritano recurre a la autoridad regulatoria en contra de Unilever. Lo hizo en 1997, cuando acusó a la entonces Lever Chile de, entre otras cosas, pagar incentivos a los clientes para que no incluyeran los productos Popeye dentro de su oferta. Si bien la FNE realizó diversas diligencias, desestimó la denuncia al no encontrar indicios de las conductas denunciadas.
Maritano volvería a arremeter una década después, ocasión en que la FNE realizó una extensa investigación, que fue conocida como caso detergentes.
Este finalizaría una vez que los principales actores de la industria firmaron un acuerdo en el cual "Unilever asumió diversas obligaciones que constituyen una modificación de sus prácticas comerciales en la distribución y comercialización de sus productos, todo ello con el fin que terceros actores - fabricantes e importadores de otras marcas de detergentes - cuenten con mayores posibilidades para la distribución y exhibición efectiva de sus productos", señala el texto del pacto, que fue ratificado por el TDLC en 2014 y que regirá hasta 2024.
PULSO contactó a Unilever, pero desde esa empresa señalaron no haber sido notificados.
Fiscalía fija guía para querellas por colusión
La Fiscalía Nacional Económica publicó ayer la "Guía Interna para la Interposición de Querellas por el Delito de Colusión", que define cuáles serán los criterios que usará esa entidad para querellarse contra los responsables de colusión, facultad que le fuera otorgada con la reforma al DL 211.
"Es preferible y prudente hacer esto en frío, sin un caso particular en frente", señaló el titular de la FNE, Felipe Irarrázabal.