Falabella tiene la costumbre de anunciar su plan de inversiones cada año en enero. Tradicionalmente era en los primeros días del año. Ahora se retrasó un poco más, pero cumplió con hacerlo en el primer mes del año. Pero la cifra es significativamente menor a la de la última década y grafica el momento financiero por el que atraviesa. El alto nivel de endeudamiento que enfrenta y que llevó a que recientemente perdiera su grado de inversión, forzó a Falabella a realizar ajustes en su cartera de proyectos.
La compañía, controlada por las familias Solari, Del Río y Cuneo, anunció su plan de inversiones para 2024 el que contempla US$508 millones, cifra inferior en 24% a los US$ 664 millones del 2023 y que se aleja considerablemente del peak de US$1.084 millones que anunció en 2019.
Según una revisión de los comunicados de enero de cada año, y algunas memorias que precisaban los planes cuatrienales y el monto a invertir por cada ejercicio, los recursos que Falabella destinará este año constituyen los menores en al menos una década. En 2021 y 2022 superaron los US$ 700 millones. El año de la pandemia, 2020, había anunciado un programa a cuatro años para invertir US$ 2.900 millones. Y esa cifra, para el período 2020-2023, se cumplió. Desde la compañía precisaron que en 2021 se modificó el reporte de inversiones y a partir de ese año la cifra incluyó no solo el capex (capital expenditures o gastos de capital), sino también el opex (operational expenditures, o gastos operacionales.
El gerente general interino de Falabella, Alejandro González, dijo que el monto para 2024 “es un plan que busca profundizar la interacción omnicanal con nuestros clientes, expandiendo de forma selectiva los formatos de retail. En línea con nuestro objetivo de fortalecer la posición financiera de la compañía, el plan anunciado tiene reducciones respecto al del año anterior (menor en 24% medido en dólares) y una mayor focalización de las inversiones para obtener una mejor rentabilidad”.
Destino de los recursos
Para ampliar y renovar la red de tiendas, la empresa destinará US$270 millones, que corresponden al 53% del total. De este monto, US$113 millones serán para inaugurar tiendas en Chile, Perú, México, y Colombia, lo que incluye dos nuevas ubicaciones de IKEA en ese último país. En tanto, considera US$157 millones a fortalecer la propuesta físico-digital, renovando las tiendas y centros comerciales.
“Con estas inversiones, Falabella apunta a: mejorar la experiencia del cliente, optimizando la exposición de categorías en las tiendas, simplificando y agilizando la compra; profundizar la monetización de los canales físicos; fortalecer la propuesta de los malls como centros urbanos, ampliando los metros destinados a servicios y zona Lifestyle de Mallplaza Vespucio (Chile); y asegurar su compromiso de ser Net Zero en alcances 1 y 2 a 2035″, dijo la compañía en un comunicado de prensa.
El plan también considera US$200 millones destinados a tecnología, para continuar robusteciendo el e-commerce en la región Andina, y potenciando la banca digital, dijo Falabella. Además, busca instalar capacidades transversales al ecosistema de negocios: reforzar la logística a través de sinergias tecnológicas entre distintos formatos, e integrar nuevas funcionalidades para sellers y proveedores, y fortalecer el programa de lealtad, mediante mejoras en la experiencia digital, agregó la empresa.
Por su parte, en logística, la inversión considera US$38 millones con foco en optimizar la capacidad y área disponible para gestión de inventario, con énfasis en Colombia.
Pérdida de grado de inversión
Falabella requiere urgentemente mejorar sus cifras operacionales y financieras. Su alto endeudamiento llegó en septiembre pasado a representar, en términos netos, 8,2 veces el Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) de la compañía, una cifra que hace un año era de 5 veces.
El negativo escenario financiero llevó a que a fines de noviembre la agencia de clasificación de riesgo Fitch Ratings. redujera la nota de la compañía a BB+ desde BBB-. con lo que la empresa perdió su investment grade (o grado de inversión), un indicador para establecer si existe un riesgo bajo de quiebra o insolvencia de pagos a través de la puntuación de activos financieros, empresas o estados en el que las clasificadoras ubican a las empresas desde AAA a BBB-.
Al caer de BBB-, Falabella perdió esa categoría que permite a las empresas conseguir mejores tasas de interés y financiarse más barato que las que no están en esa condición. Al empeoramiento en la nota de riesgo crediticio de Fitch le siguieron otras clasificadoras como Standard & Poor’s.
La empresa está embarcada en un plan para mejorar sus finanzas que incluye un acuerdo anunciado en noviembre para negociar con su filial Mall Plaza el traspaso de dos tercios de su negocio de centros comerciales en Perú.
Además, a inicios de este mes dio a conocer el cierre de su emblemática sucursal de Avenida Providencia y Nueva de Lyon.