Desde el lunes 3 de agosto la ley que prohíbe la entrega de bolsas plásticas entra a su fase final: el pequeño comercio (almacenes de barrio, pymes y puestos de ferias libres), solo podrán dar 1 bolsa por cada producto que vendan a granel. Además, deberán dejar de entregarlas para los productos que ya tienen algún tipo de empaque, como es el caso, por ejemplo, de una gran cantidad de abarrotes.
A dos años de entrada en vigencia esta norma, que según el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) ha evitado el consumo de unas 5.000 millones de bolsas plásticas tipo camiseta, bajo una implementación progresiva. Primero permitiendo hasta dos bolsas por compra durante 6 meses. Luego, en febrero del año pasado fue el turno de las grandes empresas del sector retail y ahora va por su tercera etapa. “Si bien en un comienzo fue incómodo para las personas, en 2018 la ciudadanía la eligió como la mejor política pública de ese año y, poco a poco, todos nos acostumbrados a ir de compras con nuestra bolsa reutilizable, mochila o el carro de feria”, comenta Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente.
Pero este último paso se realiza en un momento poco usual, donde la pandemia ha influido de una u otra forma, justamente en los pequeños comercios y ferias. ¿cómo los afecta esa ley bajo dicho contexto?
Desde el punto de vista de la Asociación Gremial de Industriales del Plástico (Asipla), su gerenta general Magdalena Balcells, estima que bajo la situación de covid es más relevante que exista la bolsa plástica primaria, “ya que permite asegurar la inocuidad de los alimentos, al protegerlos. Se han transformado en un elemento clave de protección al retornar a prácticas más seguras que se habían ido perdiendo. Por eso, que en una situación como está, es bueno que la ley tenga estas excepciones”, dice Balcells.
Incluso, la dirigente gremial agrega que la bolsa plástica evita la contaminación cruzada.
Sin embargo, Eliana Moreno, cofundadora de Unibag y representante de la Asociación de Bolsas Reutilizables, opina todo lo contrario. “La bolsa reutilizable sigue siendo la mejor opción, porque cuando llego a la casa la puedo lavar. Pero si la bolsa plástica se contaminó, el coronavirus seguirá circulando en la casa o ser transmitido al reciclador. Claramente puede pasar lo mismo con una reutilizable, pero su manejo e higiene es mucho mayor que las plásticas”, indica Moreno.
De hecho, indica que la próxima semana lanzarán una bolsa reutilizable fabricada a partir de nanopartículas de cobre para mejorar aún más la protección.
Como sea, Froilán Flores, presidente de la Asociación de Ferias Libres comenta han realizado “grandes esfuerzos por poner bolsas biodegradables o biocompostables en las ferias libres y tratamos de educar a nuestros colegas acerca de cómo prevenir contagios, pero también cómo cuidar el medioambiente”, explica Flores.
Fiscalización y críticas
Esta ley es fiscalizada por las municipalidades y aplica multas de hasta 5 UTM por cada bolsa plástica entregada a cualquier título por el comercio. Esta multa va en beneficio de cada comuna. Es importante recordar que esta multa es para el comercio, no para los clientes. “Creemos que, como lo fue en su primera etapa, este nuevo paso en la aplicación de la ley tendrá un alto grado de cumplimiento, porque la ciudadanía optó por tener conductas más sustentables”, estima Schmidt
Pero desde el comercio, ven con preocupación este tema. “Los municipios no tienen la capacidad de fiscalización, por lo que nosotros debemos hacer una labor de capacitación entre nuestros asociados”, indica Flores.
A pesar de que la ley ha sido aplaudida, por ser pionera en América Latina, Moreno estima que no ha sido totalmente positiva al medioambiente. “Ha duplicado la demanda de bolsas de papel, las que también son bolsas de un solo uso y tienen muchas limitaciones. Se humedecen, no resisten mucho peso, no tienen gran capacidad”.
Independientemente del material, desde Asipla explican que, al menos “la mayor cantidad de bolsas plásticas tradiconales de polietileno que existen hoy en día son 100% reciclables. De hecho, muchas de las que recibimos están fabricadas parcial o totalmente a partir de material reciclado”, asegura Balcells.