Un dólar más alto y las acciones de aquellas compañías con mayor deuda bajo presión, podrían ser los efectos que se sientan luego de que la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. decidiera responder a las expectativas del del mercado y mantener sin cambios las tasas de interés en su reunión de septiembre finalizada este miércoles, pero con un mensaje que anticipa probablemente otra alza de aquí a fin de año y que los niveles se mantendrán altos por más tiempo.

En una decisión unánime, la Reserva Federal conservó las tasas de interés en un rango entre 5,25% y 5,5%, pero estimó que será necesaria una política monetaria más restrictiva en 2024. Así, solo esperan una baja de medio punto porcentual el próximo año, frente al punto completo que indicaban en junio.

Hacia 2025, el organismo prevé que las tasas estén 50 puntos por encima de lo proyectado con anterioridad.

Por otro lado, las autoridades de la Fed proyectan que la economía estadounidense se expanda 2,1% este año, cifra que se ubica por encima de la estimación previa. Señalaron que la actividad económica está creciendo a un ritmo sólido. En cuanto a la inflación, indicaron que sigue elevada, y que están altamente atentos a los riesgos inflacionarios.

“La inflación sigue siendo alta”, sostuvo la Reserva Federal en un comunicado.

Tras la reunión de dos días, el presidente de la entidad, Jerome Powell, dio una rueda de prensa donde dijo que la inflación se ha moderado en algo, pero que llevar la inflación a la meta de 2% tomará tiempo.

“Podemos proseguir con cautela, nuestras decisiones se basarán en la evaluación de los datos y riesgos. Estamos fuertemente comprometidos en llevar la inflación al 2%”, manifestó Powell.

Y luego agregó que “mantendremos las tasas en niveles restrictivos hasta que estemos confiados en que la inflación se reduce hacia el 2%. La mayoría de las autoridades de la Fed cree que es más probable que sea apropiada otra alza de tasas”.

Afirmó, en todo caso, que las nuevas previsiones que apuntan a que la política monetaria se mantendrá más alta durante un periodo más prolongado no son una promesa de acción.

“No me gustaría atribuirle que eso es realmente un plan, sino que reflejan la opinión de las autoridades de que la economía se comportará mejor de lo que esperaban hace unos meses”, sostuvo, y enfatizó que los funcionarios procederán “reunión por reunión” y que están preparados para volver a elevar las tasas si es necesario.

Uno de los efectos de los dichos de la Fed se sentirá en el tipo de cambio. Así lo prevé Sergio Lehmann, economista jefe de BCI. Al respecto, indica que “en función de la trayectoria que ve para su tasa de política, prevemos que la convergencia del tipo de cambio a su equilibrio sería algo más lenta. En consecuencia, revisamos nuestra proyección a diciembre a $845″. Es decir, un nivel mayor, considerando que la proyección previa era de $830.

En la jornada, el dólar cayó $0,55 respecto al cierre del viernes pasado en la Bolsa Electrónica de Chile (Bec) y llegó a un valor de $882,7 la unidad. Con ello, la divisa anotó dos jornadas consecutivas a la baja y acumula una caída de $5,75.

Sin embargo, en las primeras operaciones del día, la divisa llegó subir hasta un máximo de $887,90. Mientras que, por la parte baja, el dólar alcanzó a marcar un mínimo de $880,3 y luego moderó su baja.

En tanto, Klaus Kaempfe, director de Portfolio Solutions en Credicorp Capital, considera que el mensaje de la Fed implica que las tasas de mediano plazo deberían tender a subir, y “por parte de las acciones, creo que acá la clave es diferenciar compañías con o sin caja, pues se pone un poco más cuesta arriba para compañías muy endeudadas”. Para el caso del IPSA, la clave será dilucidar, dice el experto, si “hay mayor o menor apetito por riesgo de parte de los inversionistas, pues si la renta variable cae afuera, eso se replicará en Chile. Eso es difícil de prever”.

Por su parte, Cristián Araya, gerente de estrategia de Sartor, comenta que “las acciones en Chile están frenadas más bien por China y un peso depreciado, que quita atractivo local. No obstante, en estos niveles del tipo de cambio (cerca de los $890-$900), el atractivo para el inversionista extranjero puede ser interesante, lo cual podría abrir algún punto de entrada de corta duración, lo que a su vez podría coincidir con un nivel algo castigado respecto del máximo, y de múltiplos aún baratos”.

La Bolsa de Santiago cerró con una baja de 1,16% en la sesión -cayendo otra vez por debajo de los 6.000 puntos, hasta los 5.932,83-, en línea con lo registrado por los principales mercados del mundo. De hecho, el Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq cerraron con descensos de 0,22%, 0,94% y 1,53%, respectivamente.