La Reserva Federal estadounidense mantuvo ayer sin variación la tasa de política monetaria y siguió prometiendo paciencia, mientras lucha contra las corrientes en conflicto en la economía del país.
El banco central, que ha sido criticado por el presidente Donald Trump por no hacer más para potenciar la economía, tomó nota de un crecimiento más activo y reconoció el debilitamiento de la inflación.
El comité de la entidad reiteró lo expresado en su reunión anterior y explicó que "será paciente mientras determina qué ajustes futuros al rango objetivo de la tasa de fondos federales pueden ser apropiados", según un comunicado.
La autoridad monetaria no dio una señal clara acerca del camino que tomará en su próxima reunión. La decisión unánime dejó el rango objetivo de la tasa de referencia de fondos federales entre 2,25% y 2,5%.
Además de evaluar los acontecimientos económicos, los funcionarios de la Reserva Federal han soportado críticas constantes por parte de Trump por aumentos de tasas pasados. El presidente Jerome Powell y sus colegas han dicho en varias ocasiones que ignorarán la presión y decidirán según lo que mejor se adapte a las perspectivas a largo plazo de la economía más grande del mundo.
Los funcionarios entregaron una evaluación algo más optimista de la economía y sostuvieron que "la actividad económica aumentó a un ritmo sólido", mientras que "el mercado laboral sigue siendo fuerte".
El mercado
Las acciones estadounidenses cayeron junto a los bonos del Tesoro, mientras que el dólar subió cuando la Reserva Federal rechazó las expectativas del mercado de que su próximo movimiento fuera un recorte de tasas. El índice S&P 500 detuvo un repunte de tres días, después de que Powell dijera que el banco central no se inclina por ajustar ni suavizar la política, señalando que las débiles lecturas de inflación pueden ser "transitorias". Las acciones habían subido durante la mayor parte de la sesión después de que el pronóstico de ventas de Apple Inc. impulsara las acciones de la tecnología.
La decisión de la Fed y los comentarios subsiguientes de Powell provocaron una modesta revalorización de los activos desde el dólar hasta los bonos del Tesoro y las acciones. El rendimiento a 10 años subió a 2,5% y las tasas a dos años se volvieron positivas, mientras que el dólar borró una profunda pérdida para fortalecerse frente a sus principales pares.