Sube la temperatura y con ello la intensificación de la sequía y las medidas adoptadas por las autoridades para hacer frente a esta problemática que afecta a gran parte del país. Este jueves la Dirección General de Aguas (DGA) resolvió cerrar las compuertas en la primera sección de la cuenca del Río Aconcagua con el objetivo de asegurar el abastecimiento de agua potable para las comunas de Valparaíso. Una decisión que ha generado molestia entre los productores nacionales de fruta, quienes acusan a la DGA de desconocer “los acuerdos previamente tomados entre autoridades y regantes”, y advierten un “impacto social irreparable”.
Según lo informado por el organismo estatal, el último reporte Hidrometría Embalse Los Aromos “indicó que la cantidad de agua almacenada era menor a la proyectada”. De manera que, a partir de “las facultades que le da el artículo 314 del Código de Aguas”, la DGA procedió a la redistribución de este insumo. La intervención del Río Aconcagua busca juntar un caudal de al menos de 5,5 metros cúbicos por segundo.
Un escenario que, según la Federacion Gremial Nacional de Productores de Fruta (Fedefruta) y considerando “la extensa sequía que afecta desde hace casi 13 años al país”, parece “simplemente imposible”. O así al menos lo aseguraron en un comunicado, a través del cual rechazaron la medida adoptada por la DGA DGA y acusaron a esta última de “olvidar el esfuerzo hecho por los regantes de toda la cuenca para hacer lo más eficiente posible el uso del agua durante la mega sequía”.
A juicio de Jorge Valenzuela, presidente del gremio, esta medida “no surtirá efectos ya que ‘técnicamente no está estudiada’. Y “solo logrará que ‘el Aconcagua se seque, sacrificando una zona productiva con todos los efectos sociales y económicos que aquello significa”, según señaló.
“Cerrar las compuertas esperando que suba el caudal por un deshielo que la sequía ya se encargó de frustrar, no solo hará que no se reserve agua para la población (del Gran Valparaíso). También, generará un impacto social irreparable en zonas de Aconcagua donde el 85% de los fruticultores es pequeño y mediano”, sostuvo.
Y agregó que “los problemas de abastecimiento de agua potable en las zonas rurales de la Región de Valparaíso son algo que se vive día a día y de forma dramática, y para ello debemos dejar de pensar en camiones aljibes y plantear políticas, estrategias, inversión y ejecución concreta”.
Por último, Valenzuela con el vicepresidente de la Primera Sección del río Aconcagua, Fernando Iacobelli, solicitaron a la ministra de Agricultura María Emilia Undurraga, que interviniera ante la DGA para corregir esta medida “que no logrará un mayor abastecimiento de agua y que condenará a la pobreza a zonas ya postergadas por el Estado”, según dijeron.
Con el que conforman el Gran Valparaíso, que se han visto afectada por , la DGA intervino la cuenca del río Aconcagua.
”Esta sequía no puede poner en riesgo el agua potable para los grandes centros urbanos”, afirmó Valenzuela. “Pero la medida de la DGA está muy lejos técnicamente de asegurar el agua potable para el Gran Valparaíso, como era la idea.
Críticas desde la SNA
Quien también se mostró contraria a la intervención del Río Aconcagua es la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), que expresó a través de un comunicado que esta medida resulta “apresurada ya que perjudica gravemente a los agricultores de la zona”. Y propusieron llevar a cabo este tipo de decisiones de “manera paulatina, con diálogo técnico entre las partes, y considerando todos los aspectos”, según señalaron.
Por su parte, el presidente del gremio, Cristián Allendes Marín, comunicó que “los agricultores siempre estaremos disponibles para sacrificar cultivos en pos de abastecer el consumo humano en las comunidades en las que estamos insertos”.
Sin embargo, sostuvo que “el Estado y las sanitarias deben hacer oportunamente las inversiones necesarias, ya que la sequía es un tema de seguridad nacional”.
E instó a las autoridades a “considerar los puntos de vista de las distintas juntas de vigilancia del río Aconcagua, que tienen experiencia en el manejo del agua, de modo que con una adecuada colaboración público-privada pueda sobrellevarse esta delicada situación”.