Empresas de ferrocarriles estadounidenses y sindicatos que representan a más de 100.000 trabajadores llegaron a un acuerdo tentativo, informó el Gobierno, un avance que busca evitar una interrupción laboral que podría agregar tensiones en la cadena de suministro de la mayor economía del mundo.

Tras 20 horas seguidas de conversaciones, las empresas y los negociadores sindicales alcanzaron un acuerdo preliminar que equilibra las necesidades de los trabajadores, las empresas y la economía, según un comunicado del Departamento de Trabajo emitido a primera hora del jueves.

Fue un “acuerdo muy reñido y mutuamente beneficioso”, señala el comunicado enviado por correo electrónico. “Nuestro sistema ferroviario es parte integral de nuestra cadena de suministro, y una interrupción habría tenido un impacto catastrófico en las industrias, los viajeros y las familias de todo el país”.

El acuerdo extiende el llamado período de reflexión, durante el cual las dos partes han estado negociando, hasta que los miembros del sindicato puedan ratificarlo, dijo un funcionario de la Administración.

Además de la interrupción del transporte de carga clave, desde maíz hasta automóviles, la posibilidad de una huelga puso al presidente Joe Biden en un aprieto político: presionar explícitamente para llegar a un acuerdo y arriesgarse a socavar sus promesas de campaña a favor de los sindicatos, o ponerse del lado de los trabajadores durante una huelga y correr el riesgo de ser culpado por dañar una economía acosada por una inflación desenfrenada y los problemas de la cadena de suministro.

Biden intervino a última hora de la noche del miércoles, mientras se desarrollaban las negociaciones, subrayando durante una llamada con los negociadores la importancia de evitar el daño a las familias, los agricultores y las empresas, dijo un funcionario de la Casa Blanca.

“Estos trabajadores ferroviarios obtendrán mejores salarios, mejores condiciones de trabajo y tranquilidad en torno a sus costos de atención médica: todo ganado con esfuerzo”, dijo Biden en un comunicado.

La resolución tentativa se anunció un día antes de que se cumpliera el plazo del viernes, que podría haber llevado a los trabajadores ferroviarios a abandonar el trabajo o a que se les impida el ingreso a las empresas, congelando una infraestructura crítica que transporta alrededor del 40% de toda la carga de larga distancia en EE.UU. y amenazando con una nueva ola de caos en la cadena de suministro.

Sigue en Pulso