Ricardo Ffrench-Davis decidió dejar de hacer clases este año. Si bien sigue ligado a la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, su foco ahora está centrado en escribir documentos de análisis coyuntural y dar charlas en universidades. Esta semana estuvo envuelto en una polémica en twitter al comparar el crecimiento del período de Michelle Bachelet con el de Sebastián Piñera: "Bachelet entregó el gobierno en plena recuperación" fue una de sus frases que encendió el debate.
En su análisis usted señala que Bachelet entregó su gobierno a Piñera con una economía en plena recuperación y que ahora la economía nuevamente se está desacelerando, ¿en qué se basa?
-Se criticó el segundo gobierno de Bachelet por promedio de 1,8%, pero entregó una economía en plena recuperación, creciendo 4,6% anual en su bimestre final. Además, Bachelet II recibió en 2014, de Piñera I, una economía en 2,7%.
Pero hay algunos economistas que critican la forma en que llega a ese cálculo.
-Son datos indesmentibles que proveen información valiosa: tenemos una economía malamente sensible a los vientos externos, que afectan no solo lo que sucede afuera, sino también a las tres cuartas partes del PIB que se producen y usan dentro de Chile. Los datos reflejan una falla severa en la macroeconomía: buena para inflación baja, pero negativa para el crecimiento alto, pues la inestabilidad evidentemente es contra las pymes, contra la inversión productiva y contra la calidad del empleo.
¿Es correcta la forma de comparar el crecimiento de ambos períodos?
-Naturalmente que hay que comparar los promedios, como es habitual. Pero, también cómo evoluciona (estable o con inestabilidad o pendiente) y examinar si es recuperación del uso de capacidad, o si es crecimiento del PIB potencial. Solo este es el que permite crecimiento sostenible. Desde 1999 tenemos muchas recuperaciones y muchos frenos, con un crecimiento sostenible muy inferior al de 1990-98.
Pero el año pasado la economía terminó con una expansión de 4%.
-Hay que analizar cómo evolucionó ese crecimiento de 4%. Este tiene dos mitades. Una segunda mitad débil, claramente en desaceleración. Al verlo se entiende mejor la realidad y futuro próximo. Chile no tiene una macroeconomía estabilizadora. Y eso provoca un mal ambiente para los inversionistas productivos. El gobierno de Piñera II sufrió una fuerte desaceleración económica, a 1,6% este último trimestre.
¿El bajo crecimiento del primer trimestre refleja que Chile sigue dependiendo de los vaivenes externos?
-Claro que así es, pues se nos ha olvidado saber convivir sanamente con la globalización, manejando con políticas contracíclicas la transmisión al interior de la economía nacional de la enorme volatilidad de los flujos financieros internacionales y de los precios de exportaciones.
El dólar está sobre $700, ¿debería tomar alguna medida el Banco Central?
-El Fisco debiera complementar el buen avance de su política desde 2001 de balance neutro o acíclico, agregándole un fuerte componente fiscal contracíclico como se hizo exitosamente en 1999. El BC debiera ir más allá de sus metas de inflación hacia un manejo contracíclico de la cuenta de capitales y del tipo de cambio. Renunciar a hacerlo nos llevó a esta montaña rusa de la macro real, tan regresiva contra las pymes y tan depresiva contra la inversión productiva y la innovación. Estos retrocesos respecto a los 90 no son pura casualidad, ni mala suerte, o culpa del otro gobierno.
¿El gobierno ha señalado que la reforma tributaria es la principal política para impulsar el crecimiento estructural?
-La reforma tributaria es una mezcla muy heterogénea. Contiene algunos buenos ingredientes pro pymes, muy mejorados con el empuje de la oposición. En contraste, lo que el gobierno llama "el corazón de su proyecto", la reintegración, es un gran incentivo a la distribución de utilidades con destino mayoritario para los grandes ingresos de chilenos y de la inversión extranjera. Esto no incentiva el crecimiento ni la inversión. Es burdo que se diga que es pro inversión. La integración es un retroceso. Se podría avanzar en la desintegración reduciendo la tasa del 27% o bien mantener el sistema semiintegrado para ingresos altos e integrar solo para ingresos bajos y medios.
¿Cuáles son las perspectivas que tiene para los próximos años?
-Las cosas dependen de lo que se haga. Si el gobierno sigue haciendo lo mismo, y desinformando a la gente, vamos a tener malos tiempos, pues siempre hay ciclos y podemos seguir en este vaivén en el que hemos estado en los últimos años.