Finanzas con impacto: por qué los bonos verdes y sostenibles ganan terreno

Bonos sustentables
Bonos verdes en alza

En un escenario global donde se ha incrementado la preocupación por el cambio climático y los derechos sociales, varias empresas chilenas han decidido seguir el camino de la emisión de bonos verdes. Así, instituciones tanto públicas como privadas están apostando por el desarrollo de proyectos sostenibles que reconfiguran los focos tradicionales de las inversiones en el mercado financiero.


La colocación de emisiones de bonos sostenibles y bonos verdes por parte de empresas nacionales, así como la actualización de marcos de bonos vinculados a la sostenibilidad por parte del gobierno, evidencian un impulso en proyectos sostenibles a gran escala para el mercado financiero. Uno de los grandes hitos de 2024 fue la exitosa colocación de la segunda emisión de un bono sostenible (US$ 155 millones) por parte de Aguas Andinas en la Bolsa de Santiago.

Con esta colocación, la empresa sanitaria, además de ser la primera en emitir un bono de este tipo, reforzó su compromiso con la inversión en proyectos medioambientales. “Chile enfrenta importantes desafíos en materia de infraestructura hídrica y estamos comprometidos con seguir invirtiendo en soluciones resilientes, sostenibles y de largo plazo que ayuden a potenciar aún más la resiliencia y adaptación de la ciudad”, asegura Miquel Sans, CFO de Aguas Andinas.

Marcela Bravo, gerenta general de Acción Empresas, comenta que Aguas Andinas, pionera en bonos verdes y sociales, ha dado un paso más con este bono sostenible. “Los fondos recaudados se destinarán a proyectos que promuevan la sostenibilidad ambiental y social, y que aborden los desafíos de escasez hídrica en un contexto de cambio climático, alineados con los principios de responsabilidad corporativa ESG (ambiental, social y de gobernanza)”.

Pero Aguas Andinas no ha explorado estos nuevos rumbos en solitario, hay otras grandes empresas chilenas que han decidido sumarse a la tendencia. En octubre de 2024, Metro de Santiago emitió la colocación de un bono verde, convirtiéndose así en la primera compañía estatal y una de las pocas en emitir este tipo de bonos en el país, que considera US$183 millones en el mercado suizo, “un mercado bastante sofisticado”, que se compromete con este tipo de proyectos, señala Guillermo Muñoz, presidente de Metro de Santiago.

“Hoy los inversionistas están buscando proyectos que demuestren ser una contribución en la reducción de gases de efecto invernadero. Entonces, cuando se les ponen enfrente proyectos que no son tan verdes, versus otros que sí tienen una contribución significativa al medioambiente, están optando principalmente por estos segundos”, explica Muñoz.

Y también en octubre del año pasado, y por un monto de US$163 millones, Empresas Copec realizó su primera emisión de bonos verdes, cantidad destinada a proyectos de mitigación y/o adaptación al cambio climático y la protección del medioambiente, detallan desde la empresa.

En esta línea, Marcela Bravo indica que la creciente relevancia de bonos sostenibles es indiscutible, no solo en Chile, sino también en el mercado de renta fija regional. “En 2024, a nivel regional, los bonos sostenibles representaban casi un 11% de todos los bonos corporativos en circulación en Latinoamérica durante el primer trimestre, un 27% de todas las nuevas emisiones del primer semestre, y casi un 70% tanto de los bonos sostenibles como de las nuevas emisiones al primer semestre son bonos verdes. A su vez, los bonos sostenibles emitidos por empresas chilenas representan un 17% del total de bonos sostenibles en circulación en Latinoamérica”.

Sustentabilidad
Los bonos verdes se destinan a financiar proyectos con sustentabilidad ambiental.

¿Qué son?

Según el Foro Económico Mundial, el bono verde se diferencia de uno común y corriente puesto que “el dinero recaudado de los inversores se utiliza exclusivamente para financiar proyectos que tienen un impacto ambiental positivo, como la energía renovable y los edificios ecológicos”. Del mismo modo, la Asociación Internacional de Mercado de Capitales (ICMA), define este tipo de deuda como instrumentos cuyos recursos financian proyectos de mitigación y/o adaptación al cambio climático y protección del medioambiente. Mientras que los bonos sostenibles, alineados con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los define como la combinación del financiamiento de proyectos sociales y verdes.

Así como lo ha hecho el sector privado, el gobierno también ha puesto especial interés en esta materia, incentivando a las empresas a desarrollarse en este nuevo mercado. En el marco de la COP16 de Biodiversidad, realizada en Cali, Colombia, el Ministerio de Medio Ambiente presentó una iniciativa que está trabajando el Ministerio de Hacienda, que actualiza el Marco de Bonos Vinculados a la Sostenibilidad, Bonos SLB, al incluir indicadores clave de desempeño asociados a la protección de la biodiversidad. Este modelo, pionero a nivel mundial según explican desde el Ministerio de Hacienda, permite a los emisores -como los inversionistas-, demostrar su compromiso con objetivos nacionales de sostenibilidad, vinculando el costo de financiamiento al cumplimiento de indicadores clave de desempeño (KPI).

Este documento, plantea el Ministerio de Hacienda, se vinculará a objetivos tales como expandir las áreas protegidas y garantizar la gestión efectiva de las mismas, en línea con los compromisos del país bajo el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal. “El cumplimiento de la meta -que es un asunto país- se apoyará en la reciente creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP). Una vez que el nuevo Marco SLB sea publicado, Chile estaría preparado para emitir un Bono Vinculado a la Sostenibilidad basado en este objetivo, reafirmando el compromiso de Chile con la conservación y el desarrollo sostenible”, sostiene la secretaría de Estado, que dirige las finanzas del país.

Rumbo a un futuro más verde

Desde el Ministerio de Hacienda aseguran que en los últimos años ha habido un creciente interés por parte del sector privado en la emisión de bonos ESG, reflejando un compromiso cada vez mayor con la sostenibilidad y el financiamiento socialmente responsable. “Esto es importante, debido a que la transición hacia una economía sostenible requiere de un esfuerzo a nivel nacional, por lo que buscamos seguir aportando al desarrollo de este mercado en factores como el aumento en la demanda de activos sostenibles, regulaciones más exigentes en materia medioambiental y social, y la necesidad de diferenciarse en el mercado han impulsado esta tendencia”, comentan.

Bravo espera para 2025 que a nivel global los bonos verdes mantengan el liderazgo en términos de asignación de emisiones. Sin embargo, sostiene, “nuevos productos podrían ganar interés como los bonos azules (relacionados con proyectos marinos, oceánicos u otros relacionados con el agua) y los SLLB (bonos de financiamiento de préstamos vinculados a la sostenibilidad). Ello también podría ser observado en el mercado chileno”.

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