Aunque trabajaba en el equipo de Growth (Crecimiento) en Uber para América Latina, desde niño el ingeniero comercial Benjamín Avayú (25) tenía su lado emprendedor. Pero también desde muy temprana edad iba mucho a las notarías. Como sus padres estaban separados, cada vez que viajaba al extranjero necesitaba un permiso notarial. Ahí empezó a dar vueltas algo en su cabeza. “Tiene que haber una forma de simplificar este sistema tan incómodo”, pensaba mientras esperaba su turno.
Por su parte, el ingeniero informático Arturo Mantinetti (26) se desempeñaba como senior software engineer en Mercado Libre. Un día se dio cuenta que necesitaba hacer un trámite presencial en el banco, pero estaba con demasiado trabajo como para ir a la sucursal. Le pidió a su polola que fuera en su representación. Para hacerlo, necesitaba un poder notarial. “Al final, ambos trámites me quitaban el mismo tiempo”, recuerda Mantinetti. Ambos jóvenes aún no se conocían.
A principios de 2021 y aún con la pandemia bastante presente, Avayú decidió que era el momento de hacer algo, considerando que estaba aumentando la digitalización y muchas personas aún no se atrevían a ir físicamente a realizar trámites por miedo a contagiarse. Tenía más o menos claro el modelo, pero necesitaba la cabeza tech. Ingresó a LinkedIn para buscar perfiles y le llamó la atención el de Mantinetti. “Contaba con todos los conocimientos que necesitaba, pero con ese cargo pensé que andaba por los 40 años y que sus expectativas eran diferentes a lo que esperaba. De todas formas le escribí y ahí me di cuenta que solo tenía casi la misma edad mía y... también quería emprender”, cuenta Avayú.
A Mantinetti le gustó la idea y empezaron a tirar líneas. “Algo pasó que hicimos como una conexión espiritual. Fue extraño, pero éramos la pareja perfecta para resolver el problema: digitalizar los trámites notariales”, señala el ingeniero comercial. Su socio agrega: “A nosotros nos gusta pensar en resolver el problema, pero no porque este exista y lo entendamos significa que encontraremos la solución adecuada. Especialmente en un contexto controversial y polémico como la digitalización de las notarías”.
El primer paso entonces fue hablar con diversas empresas para ver qué es lo que necesitaban y, paralelamente, crear un MVP (Producto Viable Mínimo, por sus siglas en inglés). Corría mediados de 2021.
Cómo funciona la tecnología de Firmex es bastante simple de explicar. Un usuario entra a un portal de autoatención y solicita la validación de un documento (notarial o de otro tipo), mediante firma electrónica avanzada. Según los fundadores de esta startup, cuando es un trámite notarial, en un día hábil está el archivo disponible y cuando es otro tipo de trámite, en solo un segundo. Detrás de esto hay una infraestructura informática que es la base del modelo de negocio.
Pero esa es una línea de clientes que incluye al segmento de las pymes, principalmente corredores de propiedades, estudios jurídicos y corredores de seguros. También tienen otro público objetivo que son grandes compañías, donde los trámites son más recurrentes. En este caso, el sistema se conecta directamente con los ERP (softwares de administración) de las empresas para validar los documentos a través de una API (interfaz de programación de aplicaciones). “Todo se realiza de forma automática y virtual”, complementa Mantinetti.
Actualmente, poseen 8 clientes con la API y 12 clientes en el portal de autoatención, con cerca de 200 trámites semanales. El modelo de negocio es un cobro por cada documento, pero siempre, igual o menos de lo que costaría en una notaría. ¿Cómo se logra esto? Simple, “al realizar un convenio con un notario, les damos volumen y así establecimos un precio diferente al trámite presencial”, explica Avayú.
Ahora bien, no ha sido fácil convencer al mundo de los notarios, como confiesa el mismo fundador de esta empresa: “Culturalmente, les cuesta mucho el cambio, pero al final todo tiene que ver con la comunicación. O sea, mostrarles que no somos sus rivales o una amenaza, sino sus partners tecnológicos. Les ayudamos a ser más eficientes. Les generamos más demanda”, explica Benjamín Avayú
Actualmente, declaran trabajar con tres notarías y están avanzando para abarcar nuevas jurisdicciones. “Hay algunas más innovadoras que otras. Si bien creemos que en 20 años todas las notarías serán digitales, claramente no es la realidad actual”, señala Arturo Mantinetti. Al día de hoy, Firmex es capaz de abarcar todos los documentos notariales, a excepción de escrituras públicas o ciertos documentos que por obligación se requiere de una firma tradicional y presencial.
Si bien al inicio partieron con cerca de $ 5 millones de su propio bolsillo, al poco tiempo levantaron una inversión de US$ 200 mil, gracias a un grupo de inversionistas locales, además de US$ 15 mil de parte de Start-Up Chile. Y como si fuera poco, quedaron finalistas en una de las recientes selecciones que hace la aceleradora Y Combinator y ya los invitaron a participar desde los gremios chilenos de las proptech y de las insurtech (empresas tecnológicas ligadas a la industria de las propiedades y seguros, respectivamente)
Para noviembre de este año esperan llegar a 120 clientes y proyectan una facturación de medio millón de dólares para 2022. Y ya piensan en el extranjero: “No es tan complejo entrar a otro país, ya que las legislaciones no son tan distintas y el modelo de negocio es el mismo, pero se requiere de una adaptación. Como sea, ya estamos en conversaciones con notarios de Perú, Colombia y Argentina”, señala Avayú.