La agencia calificadora de riesgos Fitch Ratings anunció este jueves que decidió que mantiene la nota crediticia de Chile en A- y también su perspectiva “estable”, y destaca las señales de moderación política en el país.
La entidad señaló que el ranking de Chile se basa “en un balance soberano relativamente sólido, con un ratio de deuda pública/PIB muy inferior a la de sus pares, sólidos indicadores de gobernanza y un historial de políticas macroeconómicas creíbles, centradas en un régimen de objetivos de inflación y un tipo de cambio flexible”. Estas fortalezas, sin embargo, se ven contrarrestados “por un ingreso per cápita que, según las previsiones, seguirá siendo baja en comparación con sus homólogos, una elevada dependencia de las materias primas y un deterioro de los indicadores de apalancamiento externo y liquidez.”
Asimismo, Fitch aseguró que “el proceso constitucional en curso crea incertidumbre”. En ese sentido, puntualizó que “con la nueva carta constitucional de Chile fuertemente rechazada en el referéndum de septiembre y los índices de aprobación por debajo del 30%, el Presidente Boric ha dado señales de moderación, lo que podría ayudarle a alcanzar un consenso con la oposición en el Congreso para avanzar en su programa de reformas. Ha remodelado su gabinete para ampliar la coalición de gobierno e incluir a altos cargos de partidos de centro-izquierda más moderados y ha reiterado su promesa de redoblar los esfuerzos para redactar una nueva carta magna”.
La agencia se suma de esta forma a S&P, que también mantuvo su clasificación para Chile en octubre pasado. Mientras, Moody’s decidió bajarla en septiembre por considerar que el país enfrenta un “debilitamiento económico y fiscal”.
Tras conocerse la decisión de Fitch, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, señaló este jueves que “la mantención de la clasificación de Chile es un reconocimiento al compromiso de este Gobierno, señalado desde que asumimos, en torno a cuidar la salud de las finanzas públicas. En este año, no sólo se redujo el gasto fiscal, sino que el Presupuesto para el próximo año resguarda estrictamente la regla de balance fiscal en línea con nuestro compromiso de que la deuda no supere el 45% del PIB. Estos ajustes fiscales se realizaron en conjunto con el diseño de políticas públicas que han apoyado a la ciudadanía en un contexto inflacionario adverso, dando cuenta de nuestro interés en mantener ayudas sociales con las cuentas en orden. Esto debiese constituir una fuerte señal de confianza para la comunidad de inversionistas”.
En el documento publicado este jueves por la agencia, explican que “se encomendó al Congreso la tarea de establecer el proceso más apto para elaborar un texto que sea visto como legítimo por la mayoría de los chilenos. Fitch espera que el proceso finalice este año, con un texto final presentado para su aprobación mediante un plebiscito a principios de 2024. Creemos que el texto será más moderado (influenciado por las demandas de una oposición más fuerte en el Congreso), lo que debería aliviar algunas preocupaciones sobre un cambio radical en el modelo económico de Chile. Sin embargo, también es probable que consagre un mayor papel del Estado en la economía y conduzca a un mayor gasto fiscal, centrándose en las demandas clave de mejores servicios públicos. Hasta que esté listo el borrador de la carta, esperamos que la incertidumbre siga siendo elevada”.
Reforma de pensiones y tributaria
La agencia no solo ve señales de moderación en el tema constitucional. También lo ve así en la tramitación que están teniendo las reformas de pensiones y tributarias. “La agenda de reformas se modera en medio de una oposición más fuerte”, sostiene.
“El gobierno moderó su reforma tributaria (que se espera ayude a pagar la reforma de las pensiones) y podría diluir su proyecto de ley de pensiones en medio de una oposición más fuerte. El proyecto de ley tributario pretende generar unos ingresos del 3,6% del PIB, frente al 4,1% anterior, para 2026. La mayor parte de la reforma (3,0%) avanza lentamente en la Cámara Baja del Congreso, ya que propone amplios cambios en el régimen tributario. Sigue sin estar claro si las medidas contra la evasión fiscal pueden generar el 50% del total previsto. El proyecto de ley sobre el royalty minero (0,6% del PIB) ha pasado al Senado y podría aprobarse a principios de 2023. En opinión de Fitch, existen riesgos de que Chile implemente programas de mayor gasto pero que los ingresos tributarios tengan un desempeño inferior. El proyecto de ley de pensiones propone grandes cambios estructurales, modificando los pilares de capitalización y solidaridad, al tiempo que establece un nuevo pilar de seguridad social”, puntualiza.
Escenario Fiscal y del PIB
Fitch proyecta un superávit fiscal del gobierno general de 1,7% del PIB en 2022, desde un déficit de 7,5% en 2021, “debido a la reversión de las medidas de apoyo a la pandemia y la caída de la inversión pública, lo que significa una reducción del gasto en torno al 20%”. Además, dice que los ingresos se ven respaldados por mayores ingresos fiscales procedentes del impuesto a la renta y el IVA “(impulsados por la inflación) y concesiones (vinculadas a proyectos de litio) a pesar de los menores ingresos de la empresa estatal de minería del cobre, Codelco”.
En la misma línea, la agencia plantea que en 2023 debería terminar con un déficit fiscal de 3% del PIB, y que “es probable que se produzcan nuevos gastos sociales en un contexto de débil crecimiento y elevada inflación”.
Respecto de la deuda pública, Fitch prevé que aumente hasta el 38,3% del PIB a finales de 2022 desde el 36,3% en 2021 (por debajo de la mediana del grupo de países en clasificación A, del 59,9%) debido a la prefinanciación del presupuesto de 2023 y al endeudamiento realizado para reponer los fondos de estabilización del Estado. “Sin embargo, los intereses/ingresos han superado la mediana ‘A’ actual (3,7% frente a 3,2%). Fitch prevé que la deuda siga una senda moderadamente ascendente, aumentando a lo largo de su periodo de previsión hasta el 39,6% del PIB en 2024. Los tipos de interés más altos tardarán en repercutir en los costes por intereses (el vencimiento medio de la deuda pública es de 11,7 años). Creemos que la adopción propuesta por Chile de un ancla de deuda, cuyo objetivo es situar la deuda pública por debajo del umbral del 45% del PIB, contribuiría a apoyar la sostenibilidad fiscal a medio plazo”, indica.
Para el PIB, Fitch espera que 2022 cierre con un alza de 2,3%, mientras anticipa una contracción de 0,8% en 2023, cifra que es menos pronunciada que la anticipada por el Banco Central en su Informe de Política Monetaria de diciembre, de un rango entre -0,75% y -1,75%.