“Serias preocupaciones con respecto a la capacidad y disposición del emisor para pagar su deuda”, planteó la agencia Fitch sobre la generadora de carbón nacional Guacolda. En función de aquello, este miércoles informó de una rebaja en su calificación desde “B” a “CCC+”, nota que de acuerdo a la definición de la misma firma implica que el riesgo de “incumplimiento es una posibilidad real”.
A partir de una evaluación con una mirada hasta 2025, Fitch explicó que la rebaja “refleja una poco clara estrategia comercial y plan de refinanciamiento de sus accionistas, Capital Advisors”. Junto con esto, destacó “la posición contractual más débil del emisor durante el horizonte calificado, lo que resulta en un mayor apalancamiento y exposición a ventas al contado”.
Fitch responsabiliza de parte importante de las debilidades de Guacolda a Capital Advisors, señalando que desde que tomó el control “el accionista ha guardado silencio con respecto a su política financiera y su intención para Guacolda Energía, y existen controles limitados que impiden que el accionista extraiga efectivo de Guacolda”.
Entorno regulatorio en contra
La situación se complica más aún para Guacolda debido “al entorno regulatorio chileno incierto, que puede prohibir la capacidad de las centrales eléctricas de carbón para generar electricidad que se venderá en el mercado spot”, se lee en el informe donde se comunicó la rebaja de la calificación.
Según proyectó Fitch, “el emisor corre el riesgo de ser eliminado por la expansión de las energías renovables a la red chilena”. En todo caso, indicó, si Guacolda consiguiera continuar operando más allá de 2025, “tiene un costo operativo competitivo de USD30 / MWh, lo que puede ser un buen augurio para el crédito”.
Además, considerando que “Chile apunta a descarbonizar completamente su matriz energética para 2040″, la agencia de calificación estadounidense “no anticipa el desmantelamiento de Guacolda antes de ese plazo”.
Problemático apalancamiento y posición contractual
Pero aún en ese contexto, la agencia planteó que “el aumento del apalancamiento es insostenible”, estimando que aumentará de 3,0x en 2020 a 5,4x en 2021. Según detalló, dicho incremento obedece “a un menor EBITDA explicado por menores volúmenes contratados y más ventas al contado durante el horizonte calificado”, especificando que el EBITDA de Guacolda promediará US$ 94 millones entre 2021 y 2023 y disminuirá a un promedio de US$ 76 millones entre 2024 y 2025, de acuerdo a sus proyecciones.
“El caso de calificación de Fitch asume que no hay deuda adicional más allá del pagaré senior no garantizado de la compañía por US$ 500 millones con vencimiento en 2025. No se esperan dividendos hasta 2025 y afectará negativamente la calificación”. Además, destacó que “dado que Guacolda es una planta de carbón en Chile, Fitch espera que la compañía no acceda fácilmente a financiamiento para refinanciar su vínculo”.
Por otra parte, la agencia advirtió que “Guacolda tiene una posición contractual en declive, que tiene un crédito negativo”. Precisó al respecto que “la posición contractual de la compañía disminuirá en un 50% en 2021 en comparación con 2020, seguida de una disminución de 21% en la posición contractual a fines de 2022″.