Fitch Ratings rebajó la perspectiva de la calificación crediticia de Perú de estable a negativa, debido a que la constante agitación política socava la implementación de políticas monetarias, amenazando la inversión y la estabilidad fiscal.

La compañía afirmó la calificación de Perú en BBB, dos escaños por encima del nivel basura y a la par con Filipinas e Indonesia.

Una gobernanza más débil en el país sudamericano es un riesgo para la inversión y el crecimiento económico, según un comunicado dado a conocer el jueves. Si se mantiene durante los próximos dos años, podría socavar la trayectoria macroeconómica y fiscal de la nación.

“La alta rotación del gabinete y dos intentos fallidos de destitución han prolongado el caos político”, escribió en el comunicado el analista de Fitch Kelli Bissett-Tom. “Una serie de investigaciones de corrupción que involucran directamente al presidente o personas cercanas a él, así como la frecuente rotación de cargos ministeriales, han socavado la eficacia del Gobierno”.

El drama político está teniendo un impacto en la economía. “Ha disminuido la inversión privada, se ha materializado un pasivo fiscal y, como resultado, se ha desacelerado la implementación de políticas monetarias”, indicó Fitch.

S&P Global Ratings califica a Perú con BBB, también dos escaños por encima del nivel basura, mientras que Moody’s Investors Service lo posiciona un nivel más arriba, en Baa1. Ambos tienen una perspectiva estable para la nación.

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