La popularidad del dólar en las operaciones de los bancos a nivel internacional podría ser un problema, si es que se excluye a EEUU del cálculo.

En un contexto en que existen US$7 billones (millones de millones) de créditos bancarios en dólares a nivel global, el desequilibrio en el acceso de la banca fuera de EEUU a la moneda estadounidense para cumplir con las demandas de sus clientes podría provocar un dolor de cabeza si los mercados se ponen turbulentos, según indicó el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Dado que las compañías de Europa, Japón y otras latitudes "no pueden recurrir con facilidad a los dólares depositados en sus subsidiarias en Estados Unidos para financiar el crédito en dólares fuera del país", indicó la entidad internacional en su blog, se ven obligadas a utilizar fuentes "menos estables para apuntalar los balances internacionales en dólares".

Esto a través de depósitos interbancarios, efectos de comercio y swaps, por ejemplo.

Esto, recalca el FMI, se convierte en un riesgo, dado que esas fuentes de financiamiento se pueden acabar rápidamente, "en momentos de tensión en los mercados financieros".

Si bien los reguladores del mercado a nivel internacional han puesto requisitos a los bancos para resguardarse, como mejorar sus coeficientes de cobertura de liquidez, estas exigencias se aplican a los balances consolidados internacionales de la industria.

Si es que se saca a las filiales estadounidenses de las compañías, "ese coeficiente se ubica significativamente por debajo del coeficiente de liquidez consolidado", advierte el Fondo.

Todo esto se da en un contexto, además, en el que distintas señalan a que el financiamiento en dólares se va a ir encareciendo, como el alza de las tasas de interés en EEUU, una nueva ley tributaria en el país norteamericano que incentivaría la repatriación de capitales y la normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal.

Además, comenta el FMI, "otro motivo de inquietud es que algunos bancos pueden depender demasiado de mercados de swaps de monedas potencialmente frágiles". En Japón, por ejemplo, más del 30% de las necesidades de financiamiento en dólares proviene de swaps, lo que los deja en una posición frágil, aunque se trate de deuda a largo plazo. "Los bancos podrían tener dificultades para acceder a este tipo de financiamiento en momentos de tensión", indicó la entidad internacional.