FMI aplica a Chile el mayor recorte en cálculo de crecimiento entre países de América Latina y estima que la expansión estará bajo el 1%
Esta revisión es en gran medida responsable del recorte que sufrió América Latina en su conjunto, en relación a las previsiones entregadas por el Fondo en octubre pasado.
Aunque suele ofrecer previsiones por encima de las que entrega el gobierno y el mercado, el FMI esta vez decidió asumir las dificultades por las que atraviesa Chile, aplicando un fuerte recorte de 2,1 puntos porcentuales a la proyección de crecimiento para 2020. De esta manera se pasa de una previsión de 3% a 0,9 %, lo que califica como el crecimiento más débil de las principales economías de la región, después de Argentina y Venezuela.
"Las perspectivas están sujetas a la incertidumbre provocada por las tensiones sociales y las respuestas de política económica ante las demandas sociales", señala Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI y autor del informe que también recorta la previsión nacional de 2019, de 2,5% a 1%.
De esta forma Chile, que este año crecería 1% según el gobierno y 1,2% según el mercado, figura como el principal responsable del recorte sufrido por América Latina, que en 2020 se expandiría 1,6%, en lugar del 1,8% proyectado en el World Economic Outlook de octubre.
Aunque el FMI también revisó a la baja las estimaciones para Colombia, México y Perú, las diferencias en el caso de nuestros vecinos no fueron superiores a 0,4 puntos porcentuales.
"Si bien las causas de las tensiones sociales varían de un país a otro, estas en general reflejan una insatisfacción con ciertos aspectos de los sistemas económicos y políticos", sostiene Wener. Ante estos desafíos, el economista mexicano destaca que "una prioridad clave hacia adelante es la de reactivar el crecimiento y hacerlo más inclusivo, manteniendo la estabilidad macroeconómica", agregando que "fomentar la competencia será importante para evitar las prácticas monopolísticas que pueden perjudicar a los pobres de forma desproporcionada".
En el caso particular de Chile, asegura que "tras un marcado descenso a finales de 2019, la actividad económica debería recuperarse gradualmente, respaldada por una importante expansión fiscal y una política monetaria más laxa". Sin embargo, esto no evita que se recorten incluso las previsiones para el próximo año, desde 3,2% a 2,7%.
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