Un importante espaldarazo dio ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la gestión económica de la actual administración en el denominado Capítulo IV que revisa anualmente a la economía chilena y que analizó el escenario macroeconómico, el fiscal, el financiero. Incluso valoró la reforma tributaria que actualmente se discute en el Congreso.
En su informe, el organismo multilateral elevó la proyección de crecimiento doméstico para 2018 desde 3,8% a 4%, la tercera corrección al alza del año por parte de la entidad (desde 3% a 3,4% en abril; a 3,8% en julio y ahora). De esta manera, el FMI se alinea con las expectativas internas del mercado, pero ubicándose en el piso del rango de 4%-4,5% que proyectó el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre.
No obstante, una mirada más cauta entregó para el crecimiento de los años siguientes, ya que para 2019 prevé una expansión de 3,4%, mientras que para 2020 lo sitúa en 3,2% y en 3% para 2021. De concretarse esta previsión, el crecimiento promedio durante el gobierno de Sebastián Piñera sería de 3,4%.
Según el FMI "la recuperación económica de Chile está firmemente en camino: mientras que el entorno externo presenta riesgos a la baja, la agenda de reformas internas ofrece riesgos alcistas para las perspectivas" que le permitirían crecer más de lograrse una "implementación rápida de la agenda de reformas estructurales y un repunte de la inversión más fuerte de lo esperado".
La entidad destaca una sólida confianza empresarial y del consumidor, el repunte de los sectores mineros y no mineros, una inflación controlada y una exposición acotada a la volatilidad de los mercados emergentes amortiguada por el tipo de cambio flexible que sería finalmente el principal riesgo para el entorno doméstico.
Nuevo apoyo a reforma tributaria
Tal como valoró favorablemente la reforma tributaria de 2014, en esta ocasión el organismo también tuvo un positivo análisis de los cambios tributarios de esta administración, pese a que van en la dirección contraria a la reforma impulsada por Michelle Bachelet.
En el texto, el FMI valoró varias medidas, "como el retorno a un sistema impositivo único y totalmente integrado, la depreciación acelerada y un reembolso más rápido del IVA, deberían impulsar la inversión y el crecimiento en general" y agregó que "celebra el compromiso de las autoridades de que la reforma se financie por completo", recomendando medidas adicionales como ampliar la base impositiva mediante una reducción de los regímenes fiscales especiales, una extensión de la cobertura del IVA y el ajuste de los impuestos indirectos.
Reacciones
El primero en reaccionar fue el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien señaló que "el primer semestre de 2018 es el mejor desempeño económico para Chile en 6 años, y considera el Fondo que esta recuperación está apoyada por la solidez de la confianza de consumidores y empresarial. No es solo un tema del ciclo de la minería, ya que hemos tenido un despegue de los sectores no mineros, lo que hacen que la recuperación sea generalizada".
El titular de Hacienda también destacó la evaluación del FMI de la reforma tributaria. "Los organismos externos, que no están en la discusión política local, están señalando que la Modernización Tributaria tiene un marcado énfasis pro crecimiento y pro inversión", resaltó.
Entre los expertos, en tanto, no hubo sorpresas respecto del aumento de la proyección de crecimiento.
Sobre el apoyo a la reforma tributaria, Gabriel Cestau, economista de Santander planteó que la posición del FMI "es balanceada: señala que varias de las medidas contribuirán a acelerar el crecimiento y enfatiza la importancia de que el resultado final sea neutral desde un punto de vista fiscal".
Por su parte, Sergio Lehmann, de BCI coincidió con la lectura de que la reforma es pro inversión. "Nuestro análisis apunta que el proyecto lleva a un crecimiento de la inversión de 3% en el corto plazo y cercano a 4% en el largo plazo".
FMI ve inicio de alza en la TPM
En materia de inflación, el FMI está alineado con el Banco Central y prevé "que la inflación general alcance la meta del 3% a principios de 2019". En ese contexto, para el organismo "se acerca la necesidad de comenzar a normalizar las tasas de política monetaria", ciclo a que a juicio de la entidad "debería comenzar una vez que la evidencia de una convergencia persistente de la inflación hacia el objetivo sea respaldada por un amplio conjunto de indicadores".
Esto porque la inflación subyacente moderada, la holgura restante en el mercado laboral, el débil crecimiento de las ganancias y la evolución de los riesgos internos y externos son claves para determinar el inicio y el ritmo de alza de la TPM.