Cerca del 40% de la inversión extranjera directa (IED) del mundo, es decir, unos US$15 bilones corresponde a capital fantasma diseñado para minimizar las facturas de impuestos de las empresas multinacionales, de acuerdo a un estudio realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Universidad de Copenhague..
Dichas inversiones, que equivalen al PIB combinado de China y Alemania, han crecido alrededor de 10 puntos porcentuales en la última década, a pesar de los intentos mundiales destinados a frenar la evasión fiscal.
El capital generalmente pasa a través de depósitos corporativos vacíos que no tienen actividad comercial real.
"La IED es comúnmente un motor importante para una verdadera integración económica internacional, estimula el crecimiento y la creación de empleo y aumenta la productividad", según el informe.
No obstante, el capital fantasma es ingeniería financiera y fiscal que difumina las estadísticas tradicionales de la IED y dificulta la comprensión de la genuina integración económica.
Según la información, casi la mitad del capital fantasma del mundo se encuentra en Luxemburgo y los Países Bajos, y solo 10 economías poseen más del 85% de dichas inversiones.
"Luxemburgo, un país con 600.000 habitantes, alberga tanta IED como Estados Unidos y mucho más que China", se lee en el informe.
"Una IED de esta magnitud apenas refleja las inversiones físicas en la minúscula economía de Luxemburgo", cuyos US$4 billones en IED llegan a US$6,6 millones por persona.
Como era de esperar, añade el estudio, la exposición de una economía a la IED fantasma aumenta con la tasa de impuestos corporativos.