Siguiendo la tendencia global, las perspectivas económicas de Chile han observado una mejora para este año. Así lo revela el informe de Perspectivas Económicas Globales publicado este martes por el FMI, donde se mejora la previsión para el país desde una baja del PIB de 7,3% a una de 6%, lo que repercute en una estimación algo más acotada del repunte del próximo año, desde 5% a 4,5%.
Sin profundizar en las razones que sustenta el panorama algo más optimista para nuestro país, el FMI sí precisa que su proyección refleja en buena medida sus expectativas relativas al precio del cobre. Al respecto, consigna que “los precios del cobre aumentaron 14,4% en medio de un creciente optimismo sobre la recuperación económica de China, la caída de los inventarios y las interrupciones del suministro en países productores clave (Chile y Perú)”.
De esta manera, nuestro país sería el tercero menos afectado en la región, tomando la caída del 2020 y el repunte de 2021. Además, la previsión para este año, se acerca a la que maneja el Ministerio de Hacienda, donde actualmente se apunta a una contracción de 5,5%. En ese marco, si bien el titular de dicha cartera, Ignacio Briones, destaca la nueva lectura que ofrece el organismo multilateral, que además queda perfectamente alineado con la estimación del Banco Mundial, se toma la noticia con cautela.
“Vivimos tiempos difíciles. El desafío es enorme a nivel mundial y también a nivel de nuestro país”, señala y agrega que la prioridad del gobierno “es recuperar nuestra economía, recuperar nuestro empleo, nuestros trabajos (...) Esperamos encontrarnos en este objetivo de levantar nuestra economía y sobre todo recuperar el trabajo perdido”.
Sueño roto
Sin embargo, la base de datos actualizada del FMI reveló otro gran reto económico para el país; el del PIB per cápita. La posibilidad de que Chile fuera el primer país de América Latina que sobrepasara los US$30.000 en 2022, como el mismo organismo lo anticipaba años atrás, así como el sueño de alcanzar el nivel europeo, lucen cada vez más lejanos.
Según el Fondo, Chile alcanzó un máximo de US$25.057 el año pasado (medido a poder de paridad de compra a dólares corrientes), nivel que recién podría recuperar en 2022. Para 2020 prevé que se llegará a US$23.455, lo que implica una caída de US$1.602 en relación al año pasado y, además, es su menor nivel desde 2016.
Para el economista Joseph Ramos, el cálculo no es sorpresivo dado el golpe económico que estamos recibiendo en el año del coronavirus. “Con una caída de 5,5% del PIB en 2020 y una población que sigue creciendo, la caída del PIB per cápita podría ser del orden del 7%”, señala.
De esta manera, destaca que “casi todos los países de la región están afectados de forma similar, así que si hay algún consuelo es que seguimos delante de todos, menos Panamá”. En efecto el país centroamericano lograría retener el liderazgo que ostenta desde 2013 hasta al menos la primera mitad de esta década, con una ventaja de PIB per cápita sobre Chile que crecería desde los US$6.579 de este año hasta US$9.184 en 2025, año en el que ellos alcanzarían los US$37.843.
El afán de alcanzar en el mediano plazo a cualquier otro país de Europa también está quedando obsoleto. Portugal, del país que se miró en algún momento, cuenta hoy con un indicador de US$36.240, mientras que en 2025 llegaría a los US$43.923, nivel con el que dejará atrás a sus vecinos de Eslovaquia, Letonia y Grecia, los países que cierran la tabla del Viejo Continente, pero igualmente le sacan vetaja a nuestro país (revisar infografía).
Desafíos futuros
Recuperar terreno en esta arena luce bastante complejo para Chile. “En la medida que la economía no recupere una tasa de crecimiento del orden del 4% promedio anual, es bien difícil que podamos tener un salto significativo en materia de ingreso per cápita”, sostiene Patricio Rojas, director de Rojas y Asociados, quien agrega que “si el PIB tendencial anda en torno al 1,5% y 2%, mientras que la población chilena crece a una tasa similar, el crecimiento del PIB se lo come el crecimiento de la población, por lo tanto, el PIB per cápita prácticamente no crece”.
De todas maneras, Ramos plantea que este es solo uno de los indicadores que Chile debe mirar cuando se trata de desarrollo. “Si alguien me preguntará por un sólo indicador de bienestar yo daría el PIB per cápita, pero eso es como pedir un indicador sobre el estado de salud y me dice se tiene fiebre o no, hay otras mediciones más en juego”. De esta manera recalca que otra buena medida es la esperanza de vida, que “felizmente ha estado creciendo y con fuerza. Hoy, de hecho, es más alta que la de Estados Unidos, país que tiene un PIB per cápita dos veces y media más grande que el de Chile”.