"La proyección de crecimiento de Chile se revisa a la baja, luego de un desempeño más débil de lo esperado a principios de año". Con esas escuetas palabras justifica hoy el Fondo Monetario Internacional la quinta rebaja consecutiva que hace de las proyecciones de crecimiento de Chile.
Alineándose con precisión a la estimación actual del mercado, en su último World Economic Outlook el FMI anticipa una expansión económica de 2,5% para este año y de 3% para el próximo. Al abandonar sus previsiones anteriores de 3,2% y 3,5%, respectivamente, también toma distancia de la proyección del gobierno que espera un alza del PIB de 3,3% para el 2020. Mientras que para 2024, la expansión sería de 3,2%.
De cumplirse los pronósticos, Chile presentaría una expansión más lenta que la del resto del mundo. Esto, porque el reporte prevé un avance mundial de 3% en 2019 (3,2% proyección anterior) y 3,4% para el próximo (3,5% proyección anterior) mientras que para 2024, el mundo avanzará 3,6% en 2024.
En el reporte de 208 páginas, el Fondo también advirtió que desde febrero a agosto del presente ejercicio los precios del cobre "disminuyeron 9,4% debido a la incertidumbre del comercio mundial a pesar de los recientes recortes de producción en la República del Congo, una disputa laboral en Chuquicamata (Chile) y el aumento de los costos de extracción en la mina Grasberg de Indonesia".
Desaceleración sincronizada
Gita Gopinath, economista jefe del FMI, repitió el análisis de la nueva directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y aseguró que "la economía mundial se encuentra en una desaceleración sincronizada".
A la hora de buscar responsables Gopinath apunta a una "consecuencia del aumento de las barreras comerciales; elevada incertidumbre en torno al comercio y la geopolítica; factores idiosincrásicos que causan tensión macroeconómica en varias economías de mercados emergentes; y factores estructurales, como el bajo crecimiento de la productividad y el envejecimiento demográfico en las economías avanzadas".
En este marco, el FMI pronostica una fuerte ralentización de China, desde el 6,6% de 2018 a 6,1% este año y 5,8% el próximo. En tanto, en Estados Unidos el crecimiento caerá bajo el umbral de 3%, la meta autoimpuesta por Donald Trump, para marcar avances de 2,5% y 2,3% este y el año que viene, respectivamente.