En un mes que ha sido definitivamente clave para las startup chilenas, llega otra noticia para el ecosistema emprendedor. La plataforma de gestión de RRHH Talana informó el cierre de su ronda de inversión y la adquisición de un porcentaje mayoritario por parte de la administradora de fondos alternativos, Endurance, a través de un fondo de inversión público creado específicamente para esta inversión, en el cual participan inversionistas locales e internacionales y un grupo de inversionistas liderados por Altis Principal Investments.
Hasta el momento, la información sobre el monto de la adquisición y la participación exacta, así como la valorización con la que quedaría Talana, no se han dado a conocer.
Talana, fundada por Pablo de la Barra y José Antonio Akel en 2016, digitaliza los procesos de RRHH de más de 300 mil colaboradores en Chile y Perú. Por ejemplo, ofrece soluciones de digitalización de procesos de RRHH que consideran gestión de personas, remuneraciones, control de asistencia, firma digital, comunicaciones, desarrollo organizacional, entre otras. Además, cuenta con una app para la comunicación interna, que les permite a los colaboradores descargar, firmar y revisar sus documentos en línea, directo desde su celular.
“Esta importante inyección de capital nos permitirá llevar a Talana a un siguiente nivel, en el cual proyectamos acelerar nuestra expansión regional”, comentó Pablo de la Barra, fundador de Talana. Por su parte, José Antonio Akel, fundador de la empresa, agrega: “Nuestro rápido crecimiento ha sido producto de hacer bien las cosas. Han sido nuestros mismos clientes quienes nos han recomendado a otras empresas y ayudado a crecer como lo hemos hecho”.
Por su parte, Antonio Zegers, socio de Endurance, señala: “La inversión en Talana es parte de nuestra estrategia de ofrecer a nuestros clientes opciones atractivas de inversión en compañías con alto potencial de crecimiento, y que ha despertado muchísimo interés por parte de nuestra base de inversionistas. Dado el escenario político económico actual, vemos en la transformación digital de las empresas una oportunidad sumamente atingente, donde los principales beneficiados son los trabajadores que pueden relacionarse con su empresa de mejor manera, marcar asistencia, pedir vacaciones y descargar sus liquidaciones desde la palma de su mano”.
La historia de Talana
Esta startup nació el 2016, producto de una inquietud de Pablo De la Barra, quien, en ese entonces, se desempeñaba como gerente regional senior de Operaciones de Payroll. La compañía en que trabajaba no veía muy factible la idea, pero sí lo hizo el marido de una de las mejores amigas de la esposa de Pablo, José Antonio Akel. Él tenía una empresa de software a medida y al darse cuenta que había una oportunidad de negocio, ambos socios dejaron sus trabajos para crear Talana. “Veíamos una necesidad de mercado con una herramienta muy buena para resolverla”, explica Pablo, como una de las razones para lanzarse al mundo de las startups.
Con más canas de las que tienen habitualmente los emprendedores y con mensualidades de colegio por pagar, Pablo y José Antonio comenzaron en 2016 a trabajar en una oficina prestada que ocupaba la mitad de una de las salas de reuniones que tienen actualmente. Allí se trazaron las primeras líneas de lo que hoy es la aplicación que permite a las gerencias de RRHH digitalizar sus procesos y mejorar la comunicación con sus colaboradores.
El servicio fue pensado primero para empresas pequeñas. Pero, tras lograr su primer cliente a finales del año en que habían comenzado su aventura, los buenos resultados llegaron en el corto plazo. En 2017, la aplicación salió al mercado y cerró ese año con una facturación de US$300 mil.
El nombre de la empresa se debe a que José Antonio se encontraba de viaje por Italia cuando estaban trabajando en el proyecto y llegó a la ciudad de Talana. No existía ningún dominio en internet con el título de la localidad de Cerdeña en Chile. Les gustó como sonó y decidieron designar así a su startup.
Pero pese al éxito actual de la empresa, al principio, el círculo más cercano de Pablo y José Antonio no estaba muy convencido de que dejaran sus puestos habituales por emprender. Con algo de temor, sus esposas y los dos inversionistas ángeles (Juan de Dios Fernández y Francisco Gutiérrez) que aportaron con US$100 mil para el capital inicial, fueron los que les dieron el espaldarazo al servicio que hoy permite descargar liquidaciones, certificados de antigüedad y renta. Además de solicitar y aprobar vacaciones, entre otras características. Corfo también aportó con fondos cercanos a los $80 millones.