Los ataques del fin de semana a la principal refinería de petróleo de Arabia Saudita ya provocaron que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presione nuevamente a la Reserva Federal para que reduzca las tasas.
La Fed debería anunciar una "gran caída de la tasa de interés, de los estímulos" en su reunión de esta semana, que finaliza el miércoles, dijo Trump en Twitter el lunes.
Sin embargo, precedentes históricos sugieren que es probable que la Fed mantenga su plan de reducir en un cuarto de punto porcentual las tasas de interés y no dé un paso más allá.
La Fed ha respondido a otras crisis en el pasado, entre ellas los ataques terroristas de septiembre de 2001 y el colapso del mercado durante el "Viernes Negro" en la década de 1980. Pero en ese entonces actuó para abordar los problemas de los mercados financieros, que corrían el riesgo de crear inconvenientes más amplios.
Las crisis pueden hacer que los bancos y otras firmas financieras desconfíen de los préstamos, por ejemplo, y que el efectivo esté menos disponible en toda la economía. En los meses posteriores a los ataques de 2001, la Fed bajó las tasas 1,75 puntos porcentuales y tomó medidas para asegurar que los prestamistas tuvieran liquidez.
El impacto total de los ataques contra Riad no está del todo claro. Dependerá de la rapidez con que la instalación saudí reanude la producción total y de si el bombardeo provoca un conflicto más amplio en la región.
La reacción del mercado, sin embargo, ha sido tenue hasta ahora.
Los índices bursátiles bajaron levemente el lunes, mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos también cayeron de forma débil, mientras que el dólar subió frente a una canasta de monedas.
Ante este escenario, los inversores no cambiaron significativamente sus apuestas de que la Fed recortará las tasas esta semana solo en un cuarto de punto porcentual.