Durante mayo hemos visto una relevante volatilidad en el mercado cambiario, aunque hay que mencionar que se trata de un mes "particular" donde es habitual observar un efecto estacional estadísticamente significativo de apreciación del dólar contra varias paridades.
En el caso particular del peso, si consideramos los últimos 20 años, en 17 ocasiones se ha visto una depreciación mensual de esta moneda, con un efecto estacional promedio de 1,78%. Lo propio ocurre en el EUR y MXN, donde se observan depreciaciones promedio de 1,54% y 1,25%. Sin embargo, ¿esto se trata del ajuste típico?
Nuestra opinión es que, si bien es prematuro afirmar un punto de inflexión en la situación fiscal y de cuenta corriente en EEUU, ya es posible observar un incremento relevante en las tasas reales en dólares de corto plazo respecto del resto del mundo. Por ejemplo a 2Y la tasa real de un bono americano excede en 230 puntos base a la tasa ofrecida por su equivalente alemán (y equivalente a la tasa de un instrumento chileno en UF). Lo anterior, además de imponer un desafío al mercado accionario en términos de rendimiento alternativo, genera un atractivo relevante a los inversionistas para sustituir inversiones denominadas en otras monedas por instrumentos designados en dólares, aumentando de esta manera, la probabilidad de que una mayor proporción del ahorro privado necesario para financiar la deuda soberana de EEUU provenga del exterior.
Si bien este diferencial en términos nominales ya había venido en alza producto de la normalización de la tasa de fondos federales, el incremento en las compensaciones inflacionarias habían sido de mayor magnitud poniendo presión a la baja en las tasas reales, situación que se revirtió durante marzo de 2018 hasta hoy, donde la tasa real americana de 2Y tuvo un alza de 50 puntos base.
Finalmente, si bien persistirá la volatilidad de corto plazo y que pensamos que el CLP debiera tener mejor desempeño respecto de sus pares regionales, estimamos que en el mediano plazo debiéramos comenzar a ver un fortalecimiento gradual del dólar producto del incremento del diferencial de tasas reales, fortaleza relativa económica de EEUU en comparación al resto del mundo y señales más dovish de los principales bancos centrales del mundo en contraste con la Reserva Federal.