Una de las tareas más relevantes de los gobiernos es administrar los recursos producto de la recaudación tributaria y proveer a la población de bienes y servicios públicos, que en el caso del gasto social, apunta a colaborar con las necesidades de los más vulnerables.
Y ese es precisamente el contenido que aborda la OCDE, que en su último reporte muestra que el gasto social público entre los países del grupo representa aproximadamente el 20% del PIB en 2018.
De este listado, los tres países con mayor gasto social, son Francia (31,2%), Bélgica (28,9%) y Finlandia (28,7), mientras que con los menores niveles de gasto destinado al área social se encuentra Corea (11,1%); Chile (10,9%) y México (7,5%).
Este nivel como porcentaje del PIB para nuestro país se ha mantenido relativamente estable desde 1990, según la OCDE.
En términos desagregados, ese gasto social para Chile se destina un 4,2% a salud y 2,8% a pensiones, mientras el margen está en subsidios al trabajo y otros servicios sociales, también por debajo del promedio OCDE para ambas categorías (salud 5,7% y pensiones 8%).