Gerardo Jofré, director de empresas y ex presidente del directorio de Codelco (2010-2014): "Esto lo han provocado los movimientos de extrema izquierda"
El ex presidente del directorio de Codelco durante el primer gobierno de Piñera se desmarca del perdón que han hecho algunos líderes empresariales. "Después de estos sacudones se produce una batería de meas culpas tremenda", dice. Su diagnóstico es que "hay gente que tiene financiamiento que lo ponemos todos los que pagamos impuestos sin darnos cuenta, y que se dedican a implantar un modelo, ojalá lo más marxista posible y que arman estos boches".

Con seguridad, Gerardo Jofré sin querer arrogarse una vocería de nadie más que de él mismo, saca la voz por muchos empresarios que han sido contactados esta semana por Pulso para conocer su postura acerca del despertar social de la última semana, pero que no han querido dar declaraciones con su nombre.
Alejado del muro de los lamentos y de la palabra de moda, "perdón", el director de distintas empresas IPSA, ex presidente del directorio de Codelco del primer mandato de Piñera —de quien fue compañero en la Universidad Católica—, hace su propio análisis de los días más agitados del país en las últimas décadas.
¿Cómo analiza toda esta explosión de demandas sociales?
Hay un problema de diagnóstico. El diagnóstico implícito detrás de estas soluciones vía una agenda social es que esto se debe al descontento. El problema es que el descontento es una cuestión muy resbalosa, porque es muy difícil que alguien esté contento en el sentido que no quiera ganar más que lo que gana, porque todos querríamos ganar más, es un impulso fundamental del ser humano.
Hay que entender por qué es el descontento, si Chile es el país que tiene el mejor nivel de desarrollo humano de América Latina, los mejores índices sociales, la pobreza ha bajado de más de un 20% a 8,9% desde 2006 hasta ahora, la desigualdad —que es de alto nivel— también se ha reducido y, además, tenemos el mejor ingreso per cápita. ¿Por qué este país que está progresando está cada vez más descontento? Hay que entender bien por qué emerge así…
¿Por qué surgieron las manifestaciones?
Hay evidencia más que suficiente y abrumadora de que esto lo han provocado los movimientos de extrema izquierda, no sólo de aquí, si no que de varios países de América Latina, que se juntaron en Caracas y acordaron un plan al respecto. Yo creo que nunca soñaron el resultado que iban a tener, que fue espectacular.
¿Dice que esto surgió por el Foro de Sao Paulo?
No tengo duda que esto nació por ellos. Es igual a lo que pasó en Ecuador, son las mismas manifestaciones. Hay evidencia muy fuerte, como declaraciones del mismo Maduro, Diosdado Cabello o una entrevista a María Corina Machado que también indica que está completamente segura de esto. Carlos Peña habla de una pulsión generacional, pero esa pulsión no puede explotar sola, tiene que haber un detonante. Ese detonante fue la promoción de estos movimientos de forma programada, planificada y hecha en la versión de Caracas del Foro de Sao Paulo.
Después de los anuncios del Presidente el martes en la noche, cambió la percepción de esto. Quedó la idea que el descontento en sí mismo fue capaz de explotar de la forma cómo se dio. Con eso, la discusión se tornó hacia si es suficiente o no la agenda social anunciada.
¿Cómo evalúa el rol de la oposición luego del anuncio de la agenda social del gobierno?
Hubo bastante pequeñez de algunos líderes políticos de la izquierda moderada, que dijeron que no es suficiente. Hicieron la crítica, a pesar que estaban sentados en la misma mesa. No fueron capaces de reconocer que hubo un consenso de buena voluntad.
¿Qué es lo positivo de los anuncios del presidente?
Esto algún grado de descompresión tendrá. La agenda está bien orientada hacia temas de carencias reales, como mejorar las pensiones, los ingresos y mejorar el acceso a la salud y los remedios.
¿Cómo analiza el financiamiento que requerirá esta agenda de soluciones?
Ahí viene el problema. Era la crónica de una muerte anunciada que iba a subir el impuesto del global complementario al 40% para los más ricos, lo que es una mala noticia, porque por los impuestos altos la gente está invirtiendo poco. Durante el gobierno de Bachelet el país se pegó un frenazo salvaje y no ha podido salir de eso.
El actual gobierno de Piñera quizás mandó mal el mensaje, porque dijo que iba a producir crecimiento y empleos, todo perfecto; pero para eso iba a necesitar hacer cambios tributarios, laborales y no ha podido cumplir la promesa. Y ahora, más encima, estamos hablando de subir los impuestos, cuando en realidad debería bajarlos.
Lo positivo es que la mayor parte del financiamiento de la agenda social sería con reasignaciones de gastos públicos. Ojalá esta reasignación de gastos sirva para levantar la discusión de que hay gastos públicos que no crean valor, y que incluso lo destruyen, y que eso pueda cambiar.
¿Qué gasto público destruye valor?
Por ejemplo, hemos subido el nivel de empleos públicos, que son alrededor de un millón de personas. Muchos de ellos son inamovibles y sus familias empiezan a votar por los que prometen más Estado. Pero además, hay tantos organismos que lo único que hacen son embarradas. ¿De dónde se financian las acciones extremistas? Ese financiamiento sale de las platas que le llegan a la izquierda por distintas vías. Esas platas no vienen de ninguna parte distinta de organismos internacionales, países como Venezuela, gobiernos y ONG. Pero nosotros mismos como chilenos damos platas que se van canalizando por estos gastos públicos espurios que no debiesen existir y que van a parar muchas veces a estos organismos extremistas.
¿Quiere decir que con dineros del erario se financia, a través de ciertos organismos públicos, a grupos extremistas?
Sí, a gente de extrema izquierda que está bien apitutada.
¿Habla de alguna institución en particular o que esto se hace a través de personas de grupos extremos que trabajan en organismos públicos y que lo hacen de forma individual con parte de sus sueldos?
Hablo de los gastos institucionales, no de aportes de sus sueldos. Tanto por gente que trabaja en esas reparticiones pero haciendo políticas de extrema izquierda, como también por organismos u ONG que reciben platas del gobierno. Un ejemplo claro es la plata que le dejó al Museo de la Memoria la presidenta Bachelet un día antes de terminar su mandato. Los giles que pagamos esto somos los contribuyentes. Por lo tanto, creo que la prioridad número uno es meterle análisis a racionalizar el gasto público, aunque estoy consciente que eso pasará por dificultades políticas.
¿Cree que se debiera modificar el sistema de pensiones de las fuerzas armadas y de orden público, de manera que no haya grandes diferencias con las personas civiles?
A las fuerzas armadas y a los Carabineros los tienen súper debilitados y lo hemos visto en estos días. En toda América Latina han salido leyes que les han amarrado las manos, y en Chile también. En países más desarrollados uno ve que están empoderadas las fuerzas de orden.
El Estado tiene como rol fundamental la ayuda de la gente más débil y que ha tenido menos suerte en la vida, de manera que ellos puedan subirse al desarrollo. Pero también tiene que poner orden y ejercer legítimamente la fuerza para tales efectos. Entonces las fuerzas armadas y la policía no pueden estar debilitadas, sin embargo, hoy se les carga la mano en todo. Ha habido 15 muertos en estos días y los que armaron este movimiento sabían que iban a haber muertos y eso era la gracia del asunto para ellos, porque con muertos se arma un baile que es muy funcional a estos levantamientos.
¿Cómo valoraría cambiar el régimen de pensiones de las fuerzas armadas?
Habiendo debilitado las fuerzas armadas como lo han hecho, es muy posible que a alguien se le ocurra poner esto en discusión. No me gustaría que se analice eso en un momento tan caliente como este, si no que con frialdad y objetividad. Los uniformados ganan un sueldo que no es mucho.
Sí, pero a muchos les dan casas y tienen pensiones onerosas…
Pero no a todos. Es un tema que hay que mirarlo y analizarlo, pero me cargaría que fuera en este momento.
¿Le parece que se podría poner en el tapete vender una parte de Codelco para financiar parte de los problemas sociales?
Desde el punto de vista económico ese camino sería muy positivo, de manera que la empresa podría mejorar su gobernanza teniendo una parte minoritaria privada. Pero este tema hoy es impensable, más bien creo que nunca se podrá realizar.
¿La agenda social necesitaría que el país se endeude más?
Eso no procedería, porque estos gastos son corrientes. La deuda adicional tendría que ser para nuevos proyectos de inversión. Más bien creo que hay que hacer una racionalización del presupuesto fiscal para financiar esto.
¿Hace falta un cambio de gabinete?
Creo que va a haber un ajuste, es típico en estos casos. Es parte del rito.
¿Le parece una buena señal lo anunciado por Luksic de pagarle sobre $500 mil a sus empleados?
Luksic dijo que tiene pocos casos que ganen menos de $500 mil, así que le saldrá barato hacer eso, pero es una muy buena solución para ese tipo de empresas. Pero para una Pyme no le pidan eso. Casi todas las empresas grandes pagan sobre ese umbral, es muy raro encontrar una que no lo haga.
Después de este fenómeno social, ¿cambiará el enfoque del actual modelo económico en Chile?
Chile no tiene un apellido de su modelo basado en el norteamericano, europeo o asiático. El apellido de la economía chilena es muy claro: economía social de mercado. Eso no cambiará. Inglaterra está anunciando una economía de bajos impuestos y altos salarios, yo creo que hacia allá tenemos que ir nosotros.
El Nobel de Economía 2019, Abhijit Banerjee, plantea lo contrario, que la fórmula es subir los impuestos…
Para sacarse premios nóbeles hay muchas maneras, pero mira… Europa, que tiene impuestos altísimos, está estancada e Inglaterra se está arrancando de esa cuestión porque va mal. Ellos no están creciendo y están en serios riesgos de recesión. Hay que eliminar los gastos superfluos y los que hacen daños. El Estado tiene que concentrarse en lo que es bueno, o si no será como el pato, que nada mal, camina mal y vuela mal. Hace de todo, pero nada bien.
Distintos empresarios dijeron que hay que escuchar estas demandas sociales, ¿usted haría un mea culpa desde el sector empresarial por lo hecho en estos últimos años?
Después de estos sacudones se produce una batería de meas culpas tremenda. Es como los terremotos, donde todos empiezan a decir 'Virgen Santísima, he pecado, perdón, perdón'. Pero el terremoto no viene porque han pecado, si no por las placas tectónicas. Acá el diagnóstico es que hay gente que tiene financiamiento que lo ponemos todos los que pagamos impuestos sin darnos cuenta, y que se dedican a implantar un modelo, ojalá lo más marxista posible y que arman estos boches. Si uno después sale golpeándose el pecho y reclamándole a la virgen, está bien, capaz que les sirva de algo. Pero el problema no está ahí.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
3.
¿Vas a seguir leyendo a medias?
Todo el contenido, sin restriccionesNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE