La actual y profunda crisis que vive el país no ha sido impedimento para que Colbún siga con sus planes de crecimiento. El gerente general de la generadora eléctrica, Thomas Keller, sincera que el foco de los últimos meses, sin duda, ha estado en la salud de sus trabajadores y en asegurar la continuidad operacional de la compañía. “Pero eso, no nos ha impedido continuar avanzando en los ejes estratégicos de nuestra agenda”, señala Keller.
La empresa ha estado enfocada desde hace un tiempo en cuatro ejes: inversión en proyectos renovables, crecimiento en el negocio de los clientes libres, inversión en transmisión y digitalización. Este último se aceleró con la llegada del Covid-19, lo que Keller calificó como muy oportuno.
¿Cuáles son los planes de inversión?
-Uno de los ejes principales es avanzar en la implementación de nuestros proyectos renovables. Tenemos buenas noticias, porque el directorio de Colbún aprobó el inicio de la construcción de dos nuevas plantas solares fotovoltaicas, que suman 240 MW. Una se llama Diego de Almagro que es de 230 MW y otra se llama Machicura y que es por 10 MW. Esperamos iniciar la construcción de estos proyectos cuando las condiciones sanitarias lo permitan y siempre priorizando la salud de las personas. Estos proyectos suman una inversión de US$160 millones y durante la construcción pensamos llegar a un peak del orden de 500 personas. Esto además es una buena noticia para la coyuntura actual.
En las últimas semanas se proyectó una menor demanda eléctrica, tanto para este año como hacia 2030. ¿Eso no es un desincentivo para desarrollar nuevos proyectos?
-Sin perjuicio de que los planes se irán ajustando en función de lo que sea la coyuntura y específicamente de cómo vaya evolucionando la demanda eléctrica en particular. Pero, estos dos proyectos y también el de Horizonte (que está en tramitación ambiental y es de 607 MW) se apalancan en contratos que ya existen, son independientes de la evolución de la demanda.
Somos optimistas en ese contexto, porque seguimos pensando que la electricidad es la gran palanca para una economía más resiliente al cambio climático.
La demanda eléctrica ha tenido una caída en estos meses. ¿Cómo ha repercutido en su empresa?
-La repercusión ha sido en la caída de la demanda, por lo tanto una menor venta a los clientes libres. Eso no es gratis y tiene implicancias.
La demanda ha sido algo menor que el año pasado y todos esperábamos que hubiera una demanda un poco mejor. Eso no se ha dado y especialmente en junio y primeros días de julio se ha visto un retroceso un poco más marcado en la demanda. Eso, obviamente que afecta nuestras ventas.
En el caso de Colbún lo hemos sorteado bastante bien, tanto desde el punto de vista sanitario como en los resultados financieros. Estos últimos se han caracterizado siempre por tener un manejo financiero bien prudente. Por lo tanto, estamos en un proceso en el cual tenemos las condiciones de enfrentar estos meses, que son un poco más complicados y que seguramente seguirán siéndolo por algún tiempo. Pero la compañía está bien preparada para ello.
¿Qué puede aportar el sector eléctrico para una recuperación económica?
-Hoy sin dudas que la prioridad es controlar la pandemia, pero también es el momento de empezar a dibujar y diseñar el futuro, de pensar cómo vamos a reactivar nuestro país. Uno de los motores más importantes para la reactivar la economía son las inversiones.
¿Cuál es el rol de Colbún ahí?
-Claramente, la decisión del directorio de Colbún de iniciar dos proyectos es positivo, porque apunta precisamente a eso; a contribuir a la reactivación vía la inversión. Sin perjuicio de los ajustes que vamos a tener que hacer en función de la coyuntura, mantenemos nuestra hoja de ruta de los proyectos renovables.
Ojalá que las inversiones en el país y en el sector energía, en la medida que las condiciones de oferta y demanda lo ameriten, sean una contribución a la reactivación y en contexto estamos muy contentos en Colbún de estar dentro de esa iniciativa.
Hemos estado presentes para asegurar el suministro eléctrico. Es una contribución mínima a sentar las bases para que se pueda reactivar la economía.
¿Cuál ha sido el rol del mundo empresarial en la crisis? ¿Han estado a la altura?
-En este período hay sectores y empresas que, obviamente, están muy dañadas, pero también hemos visto una respuesta bien contundente de muchas empresas. En la reacción del mundo empresarial hay dos elementos importantes. No solo hay un tema de aporte monetario, sino que también de la capacidad del sector privado en infraestructura, en profesionales y logística. Eso se ha puesto en disposición para trabajar colaborativamente enfrentando la crisis. Lo segundo, es que se ha demostrado y Colbún es un buen ejemplo también, que hay un profundo conocimiento de las realidades locales y territoriales. Eso ha permitido reaccionar de manera rápida para llegar a varios rincones del país y cubriendo las necesidades específicas de cada localidad.
Las empresas definitivamente han estado a la altura de la crisis. Sin ninguna duda.
Entonces, ¿hay necesidad de acelerar la inversión durante la recuperación?
-En nivel macro, por supuesto que el impulsar la inversión es una de las grandes palancas para reactivar la economía. Como hoy hemos visto una gran voluntad política para consensuar medidas de apoyo a las personas que lo están pasando mal, también espero que haya una gran voluntad política y creatividad para impulsar una reactivación bien potente. Iniciativas como acortar los plazos y simplificar los procesos de tramitación de proyectos son medidas que apuntan en esa dirección. Ojalá veamos más de esas iniciativas, porque el país lo necesita.
“El mercado no valoriza suficientemente bien nuestro negocio de transmisión”
¿Hay planes de crecer en transmisión?
-Este es un eje importante para la compañía, que aporta más del 10% de nuestro Ebitda y donde vemos que hay oportunidades a raíz de las crecientes necesidades de infraestructura. Pensamos que el mercado no valoriza suficientemente bien nuestro negocio de transmisión y por eso es que en los últimos años nos hemos esforzado en darle visibilidad y seguimos trabajando para que se valorice este negocio correctamente.
¿Qué les parece que aún no se ingrese el proyecto de flexibilidad al Congreso? ¿No habría un retraso para el camino que busca el país en materia de renovables y en flexibilidad?
-Sí, todos sabemos que abordar el tema de la flexibilidad es una iniciativa importante, pero el gobierno es el que define cuáles son las prioridades en materia legislativa. Hemos visto que el tramitar las leyes en el Congreso hoy no es un proceso fácil y menos en la coyuntura actual, donde las prioridades por buenas razones son distintas, enfocadas en hacerse cargo de la crisis. Es de esperar que esa iniciativa tenga algún atraso y que parece razonable, dado el contexto. Ojalá que no se pierda de vista y que en algún momento sí haya que hacerse cargo de la necesidad de atacar el tema de la flexibilidad.
Respecto al proyecto sobre servicios básicos recién vetado, ¿cuál es su postura?
-No conozco el contenido del veto, así que no me atrevo a pronunciarme al respecto. Lo que me parece importante es que las familias chilenas más vulnerables tengan un alivio en relación a este servicio durante la emergencia.
Respecto a la disputa con las transmisoras por pago de peajes, ¿cómo ve eso?
-El sector eléctrico en los segmentos de transmisión y distribución son regulados, hay una normativa bien precisa y que mantiene un adecuado equilibrio y que cuida un elemento clave en el sistema: la cadena de pagos. En este caso, la norma es súper clara y existe un mandato de la propia autoridad para que se paguen estos peajes y, por lo tanto, lo que estamos pidiendo como Colbún es solo que se cumpla lo estipulado.