Ha visto pasar más de una decena de presidentes de Estados Unidos, dos guerras mundiales y la llegada al poder de Donald Trump, entre otros hitos. Sin embargo, tras 125 años de historia, la cadena minorista Sears está al borde de desaparecer.
Ayer, el gigante del retail se declaró en bancarrota ante el Tribunal de Quiebras del Distrito Sur de Nueva York, tras varios años de pérdidas y cierres de tiendas, lo que fue generado, en gran parte, por la fuerte irrupción del comercio electrónico, simbolizado en Amazon.
A través de un comunicado, la cadena estadounidense informó que implementará una serie de acciones para obtener una línea de liquidez de US$300 millones, además de continuar racionalizando el negocio y "crecer razonablemente a largo plazo".
Dicho plan incluye el cierre de 188 tiendas no rentables entre noviembre y diciembre de este año, por lo que pasará a tener cerca de 700 establecimientos, muy por debajo de los cerca de 3.500 que registró en su momento de mayor apogeo.
La empresa tomó esta acción luego de no poder conseguir US$134 millones para hacer frente al vencimiento de su deuda, que, en total, bordea los US$11.000 millones.
La noticia fue mal recibida por el mercado, pues la acción de Sears se hundió 23,83% en Wall Street, cerrando en US$0,31. En lo que va de octubre, los títulos han experimentado una caída de casi 68%, mientras que en lo que va del año han retrocedido más de 90%, reflejando la compleja situación que vive.
Las expectativas
En el comunicado, el holding también explicó que ha recibido compromisos por parte de sus acreedores de que recibirá US$ 300 millones en préstamos primarios y está negociando una financiación subordinada de otros US$ 300 millones.
En ese sentido, esperan que la financiación mejore su posición financiera de inmediato y respalde sus operaciones durante el proceso de reestructuración.
"En los últimos años, hemos trabajado arduamente para transformar nuestro negocio y desbloquear el valor de nuestros activos", dijo Edward S. Lampert, presidente de Sears Holdings, quien añadió que "si bien hemos avanzado, el plan aún tiene que entregar los resultados que hemos deseado, y atender las necesidades inmediatas de liquidez de la firma".
Reflejo de la industria
Para muchos expertos, la situación de la cadena representa la crisis que afecta al retail tradicional por la arremetida que ha tenido el comercio electrónico en los últimos años. Incluso, algunos lo han denominado como el apocalipsis del retail.
De hecho, varias empresas del sector ya se han acogido a la quiebra tras enfrentar graves problemas financieros. Tal es el caso de Toys'R'Us, la minorista de juguetes más grande de EEUU, que tras declararse en bancarrota en 2017, a los seis meses se vio obligada a liquidar sus activos después de que sus acreedores perdieron la confianza en su plan de recuperación.
En una línea similar, firmas como Macy's y JC Penny se han visto obligadas a cerrar una gran cantidad de puntos de ventas y despedir a trabajadores.
En Chile, por su parte, las grandes compañías del sector han anunciado planes para hacerle frente a la llegada de Amazon, entre otros actores del comercio electrónico de nivel global.
En el caso de Falabella, compró Linio, uno de los principales operadores de marketplace de la región, por US$138 millones. A su vez, el dueño de Cencosud, Horst Paullman, anunció en las últimas semanas que potenciarán su área de comercio digital.