"Jaque mate". Así le dijo Mauricio Peña, exgerente de Inversiones de la exadministradora general de fondos Aurus, a Rafael Garay, ingeniero comercial que fue condenado por cometer 29 estafas por más de $1.000 millones.

Ambos compartieron algunos días en el anexo penitenciario Capitán Yáber de Santiago, donde alcanzaron a jugar ajedrez y conversar sobre economía. Pero no fue más que algo anecdótico. No lograron entablar un mayor vínculo, porque Peña salió de la cárcel al poco tiempo que Garay ingresó.

Pero pronto Peña recibió su propio jaque mate. El 29 de marzo de 2017, el 4° Juzgado de Garantía de Santiago declaró al economista y ex ejecutivo de Aurus culpable de delitos reiterados de apropiación indebida, falsificación y uso malicioso de instrumento privado falso, estafa e infracción del artículo 59 A de la Ley del Mercado de Valores.

Lo anterior le significó al exgerente de Aurus una condena de presidio menor en su grado máximo -cinco años- que, luego de un juicio abreviado donde reconoció los delitos, finalmente se cristalizó en una pena sustitutiva de libertad vigilada intensiva por el mismo lapso, una multa de casi $1 millón y la imposibilidad de poder ejercer cargos en instituciones reguladas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF, ex SVS).

El régimen de libertad vigilada intensiva implica que tiene que firmar periódicamente ante la autoridad y reunirse con un oficial para chequear que está cumpliendo su condena.

A tres años de la explosión del denominado "Caso Aurus", en el que los fondos Insignia y Global que eran manejados por Peña sufrieron un perjuicio patrimonial de US$ 35 millones -de los cuales US$ 20 millones significaron pérdidas para los aportantes que tuvieron que ser devueltos por los socios de la empresa-, el protagonista de esta historia, el mismo que indicó en el juicio que jugó en los casinos para intentar recuperar el dinero de los fondos que perdió por malas inversiones, dio un giro en su vida.

Hoy, con 46 años, el egresado de administración de empresas de la Bichop's University de Canadá disfruta ver crecer a su hijo de tres años, que nació en medio de todo este caso. "Él nunca perteneció realmente a ese mundo de ostentación que normalmente se da en la industria financiera. Nunca perteneció a un círculo de gente de la PUC u otra universidad local, porque estudió su pregrado y magíster en el extranjero. Siempre se movió en bicicleta y tenía un Toyota Yaris. Cuando Aurus se fue a La Dehesa, se compró un Audi A3 usado. Con todo esto que pasó, Mauricio se ha acercado aún más a sus raíces", comenta un cercano al otrora apostador de casinos.

El día a día de Peña se divide en cuidar a su hijo y en salir todos los días en bicicleta desde su departamento que arrienda junto a su esposa -que es psicóloga laboral- en el barrio Vaticano de Las Condes hacia el centro de Santiago y también hacia otras comunas con desarrollos inmobiliarios emergentes.

El profesional es un trabajador completamente independiente, que gasta la mayor parte de su tiempo como asesor inmobiliario y otro resto en asesorías financieras o backoffice a pequeños empresarios mineros, a los que les lleva su administración y finanzas de manera externa.

Le llama a sus asesorías inmobiliarias Renta Simple y aspira a competirle en el futuro a otras plataformas del rubro, como Capitalizarme. Su trabajo consiste en analizar proyectos inmobiliarios en zonas emergentes y luego mapea, de acuerdo al rango de inversión que tenga un cliente que quiera comprar alguna vivienda, cuál es el departamento que le ofrece mayor plusvalía y margen por precios de arrendamiento promedio en determinadas zonas.

A diferencia de otras startups del rubro, Peña le destaca a sus clientes que él es ciento por ciento independiente y que no tiene acuerdos con determinadas inmobiliarias. Su forma de ganar dinero es cobrando una comisión del 1% sobre el valor del departamento comprado por sus clientes, que son en su mayoría cercanos, amigos y referidos.

"Con cualquier persona que se relaciona en el ámbito laboral, Mauricio lo primero que hace es contarle su historia en el Caso Aurus", afirma un cliente de él. Para el ex portfolio manager es clave ser transparente desde el inicio. Su meta es crear una plataforma web para agilizar las asesorías inmobiliarias y poder crecer con más personal. Sin embargo, por ahora tiene los pies en la tierra. "Está preocupado de generar plata, por eso aún ni siquiera tiene bienes a su nombre", destaca un cercano.

Según información de Dicom actualizada al 12 de septiembre de este año, Peña tendría una renta presunta de $1.057.527 y tiene 10 documentos impagos, mayoritariamente con el banco Bci por $30 millones, deudas que se arrastran justamente desde diciembre de 2016 y abril de 2017, periodo en el que estaba en la cárcel. Pero hay una carga monetaria casi 10 veces más grande que la bancaria que ronda a este ex funcionario del Alternative Asset Center, Banco Central, Moneda Asset Management y Aurus, que lo inquieta día a día.

Batalla judicial continúa

De un talante de permanente preocupación en las audiencias de su juicio, el ejecutivo pasó a esbozar alivio luego de la sentencia que lo alejaría de la cárcel, lugar donde lo pasó mal por cuatro meses.

Quienes lo vieron en el anexo, comentan que su colchón estaba atestado de insectos y que le frustraba no poder estar acompañando a su esposa, quien estaba cerca de tener a su primer hijo. Pese a esto, Peña se obligaba a ver el vaso medio lleno y trabajaba su mente leyendo uno o dos libros diarios -sus temáticas favoritas son la historia, novelas y economía- y se despejaba jugando de defensa al fútbol, su deporte favorito junto al rugby.

Sin embargo, una vez terminada la arista penal, el regulador financiero inició un proceso administrativo en su contra, que concluyó en una resolución sancionatoria el 27 de abril del año pasado, en la cual se identificaron ocho infracciones reglamentarias relativas a deficiencias en la valorización de los activos de los fondos Aurus Insignia y Global, además de transferencia de dinero de uno de esos fondos en beneficio de personas relacionadas a Peña. Por todo esto, la CMF le propinó una multa de 10.000 UF, lo que equivale a unos $276 millones actuales.

Ante la imposibilidad de pagar tal cifra, Peña y su defensa legal acudieron a la Corte de Apelaciones, donde esgrimieron el principio "non bis in ídem", es decir, que no se le apliquen multas por hechos de los que ya fue juzgado y castigado penalmente. El 8 de noviembre el tribunal de alzada rechazó su reclamo.

Pese a lo anterior, el caso ha seguido avanzando judicialmente.

Hace unos cuatro meses la defensa de Peña, liderada por el estudio Chaves Awad Contreras & Schürmann, acudió a la Corte Suprema para hacerle ver sus argumentos para que la infracción que le quiere propinar la CMF al economista no sea cursada. Una vez ingresado el recurso en el órgano de última instancia, la defensa de Peña también recurrió al Tribunal Constitucional (TC). Al ser acogido a trámite, el proceso en la Suprema se suspendió, a la espera de la sentencia del TC.

Hace 12 días fueron los alegatos en el TC, donde expuso la defensa del ex Aurus y también el Consejo de Defensa del Estado (CDE), en representación de la CMF. Los abogados de Peña indican que los cargos de la CMF no son más que una especificación o conductas preparatorias de los mismos cargos penales, principalmente la apropiación indebida y por el artículo 59-a de la Ley del Mercado de Valores, es decir, proporcionar maliciosamente antecedentes falsos al regulador.

A modo de jurisprudencia, el Caso La Polar tuvo un derrotero similar al de Peña. La defensa de Julián Moreno -exgerente de productos financieros de la retailer-, también comandada por el estudio Chaves Awad Contreras & Schürmann, acudió al TC por las multas que el regulador le quería propinar al ex ejecutivo. Esa vez el tribunal falló a favor de la entonces SVS por un voto de diferencia, pero Peña espera ansioso a que en dos o tres meses más el TC pueda darle una sentencia a su favor, que le permita cerrar el capítulo más difícil de su vida.