Era un tema que estaba en el programa de gobierno, pero que poco se hablaba y sólo se mantenía presente cada vez que la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) lo relevaba en las negociaciones de salario mínimo y en cada 1 de mayo. Por lo mismo, en el sector privado asumían que ya no sería parte de la agenda legislativa.
Sin embargo, el 28 de mayo los ministerios del Trabajo y de Hacienda firmaron un acuerdo con la CUT, entre otras materias, para enviar un proyecto de ley de negociación ramal. Días después, el Presidente Gabriel Boric lo anunció en su cuenta pública. “Me comprometo (...) con el mundo sindical a iniciar un proceso de diálogo tripartito entre autoridades, trabajadores y empresarios, que culmine a fines de este año con la presentación al Congreso de un proyecto de ley de negociación colectiva multinivel”, dijo.
Pero antes de comenzar su discusión legislativa, el camino de este proyecto ya se anticipa complejo, algo que asumen en el mismo gobierno. El plan para impulsarlo ya está definido: en los primeros 15 días de julio se formará la mesa tripartita donde participará la Central Unitaria de Trabajadores (CUT); la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y el gobierno. La instancia tiene el propósito de llegar con una propuesta consensuada y que sirva de base para la elaboración del proyecto de ley.
De hecho, un primer apronte de este encuentro tripartito se dio en Ginebra, en el marco de la 112ª Conferencia Internacional del Trabajo realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En ese encuentro participó la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, el presidente de la CPC, Ricardo Mewes, y el de la CUT, David Acuña.
Mewes llamó al gobierno a no “trabajar en una agenda laboral que puede ser objeto de uso político, dividiendo los intereses de las partes (ya que eso) solo postergaría el logro de los temas pendientes que urge abordar y que son clave para que el país logre dar un salto en la creación de nuevos empleos formales y de calidad”.
Acuña, en tanto, afirmó que, “en los 16 países con mayor productividad laboral en la Ocde existe negociación colectiva ramal. Necesitamos formalizar espacios de acuerdo que entreguen garantías mínimas los trabajadores. Vamos a seguir luchando para que se cumpla esta demanda histórica de la Central. ¡No hay que temerle a la negociación ramal!”.
Con ese marco, el gobierno alista la discusión. Y de manera preliminar, lo que se analiza en el Ejecutivo es plantear en la mesa de trabajo que la negociación ramal, o multinivel, como la han denominado, busque fijar pisos por sector productivo en materias como seguridad laboral, salud y jornada laboral, entre otras temáticas. Por lo mismo, descartan que se incluya la negociación sobre salarios, lo que quedará en el marco de la negociación colectiva habitual entre empresa y sindicatos. Esto, porque la idea no es debilitar la negociación colectiva tradicional, sino que, todo lo contrario, fortalecerla, apuntan. Tampoco se suprimirá la negociación de salario mínimo, como ley general. La idea es que la negociación ramal sea un complemento de la colectiva. Así funciona precisamente uno de los modelos que mira Chile, el español, en el que la negociación de salarios queda en el marco de la relación empresa sindicato, ya que eso le da una mayor flexibilidad a las empresas y su realidad económica.
En ese contexto, en el Ejecutivo mencionan que la idea es que su implementación será gradual y que hay sectores más preparados para una negociación colectiva ramal, que tienen con sindicatos más consolidados y representativos y con empleadores están bien organizados. Entre esos sectores están la minería, el comercio y los bancos.
Otro conocedor de estas tratativas menciona que la experiencia de las negociaciones colectivas ramales en otros países apuntan a fijar un piso mínimo por sector productivo, según la realidad económica que cada uno de ellos tenga y desde ahí comenzar a elevar los estándares con nuevas negociaciones de cada empresa en particular. Un punto a analizar en el debate es cómo no afectar a las micro, pequeñas y medianas empresas de un mismo sector productivo.
También lo que ha transmitido con anterioridad la ministra Jara es que se buscará explorar que la negociación tenga un efecto erga omnes, es decir, que cubra a todos los trabajadores y trabajadoras. Por ello lo que se debe determinar es quién negociará en nombre de todos. Algunos países, como España, lo resuelven a través de la organización más representativa, pero existen distintos modelos. Todos esos factores se deben resolver en el marco de la discusión.
Desde la CUT indican que la negociación puede ser a través de federaciones o confederaciones más representativas de cada sector, e incluso mencionan que se puede sumar al sindicato más representativo de un sector productivo en particular para que pueda ser parte de esa negociación.
Eric Campos, secretario general de la CUT, dice que “no buscamos renunciar a la negociación por empresas y sindicatos, sino que recuperar la práctica que había en Chile hasta 1973, que es la posibilidad de que las federaciones y las confederaciones puedan negociar con quienes son los titulares por parte del empresariado. No solo para discutir salarios, sino que productividad, capacitación, digitalización, también temas de seguridad laboral, salud y otros”.
El objetivo que busca el gobierno es que este proyecto modernice las relaciones laborales y sea “una fuente de resolución de conflictos y de anticipación de escenarios entre trabajadores y empleadores, sin que todo tenga que pasar por cambios legales”.
Por lo mismo, esperan que el sector privado considere los beneficios que esto puede traer para las relaciones laborales y solución de conflictos. Otra definición que ha entregado la ministra Jara es que avanzar “dará mucha más adaptabilidad al mundo del trabajo, contribuye a la productividad, a la conciliación del trabajo y la vida personal y familiar”.
Desde el sector privado, Ricardo Mewes, presidente de la CPC, no cree que sea una buena opción: “La negociación colectiva ramal es una mala política pública, porque hace más rígida la relación entre los trabajadores y sus empresas, yendo justamente en el sentido contrario de lo que necesita hoy el mercado laboral para mejorar la empleabilidad, la productividad y la formalidad”.
En ese sentido, añadió que “el mundo del trabajo y de la empresa es totalmente heterogéneo, pero la negociación ramal centraliza la toma de decisiones en unas pocas personas y al final nos llevará a mayores niveles de conflictividad, en un país que tiene una tradición de negociación por empresa”.
Para Mewes, “al desconocer las realidades diversas de los distintos tipos y tamaños de empresas, la negociación ramal impondría a las pymes exigencias que seguramente no podrán cumplir, llevándolas incluso a la necesidad de cerrar, con efectos en mayor desempleo e informalidad”.
Multinivel o ramal
En medio de este debate, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, hizo un matiz, al optar por el concepto de negociación multinivel. “El concepto de ramal es bastante rígido, en el sentido que evoca ramas de actividad, en sectores que pueden tener miles de empresas y cientos de trabajadores es preferible trabajar con un concepto más amplio y más flexible (…) pensar en revivir un tipo de negociación que había en Chile hace 50 años creo que no tiene mucho sentido”, dijo a Diario Financiero.
Pero para la CUT y varios exdirectores del Trabajo, ambos conceptos son lo mismo. “Es algo semántico. No vemos diferencias en términos de lo que nosotros buscamos, que es que haya una negociación por ramas de actividad económica”, expresa Campos.
Mauricio Peñaloza, exdirector del Trabajo, sostiene que “lo que se busca es sacar la negociación colectiva del ámbito de la empresa, tal como funciona hoy y situarlo en otro nivel más extenso”. Y por ello, añade que “más allá del concepto que se use, si es ramal, multinivel, por sector, por industria, el objetivo que la negociación ya no sea en el nivel de la empresa, lo que es negativo para nuestra situación laboral”.
El exdirector del Trabajo, Marcelo Albornoz, añade que “se trata de lo mismo: ramal, multinivel o sectorial. Creo que el nombre multinivel obedece más bien a un término más actual, pero es lo mismo”. Para Albornoz, “uno de los principales objetivos de la negociación ramal es fijar pisos mínimos y generar un marco general de beneficios y condiciones de trabajo para todo un sector según sus características”.
Lilia Jerez, socia en GNP Canales Abogados Laborales y exdirectora del Trabajo, explica que “desde un punto de vista teórico son distintos, pero cuando se presentó en el programa de Boric se habló de multinivel”. Para la abogada, “la negociación ramal engloba a empresas de un mismo sector productivo, pero multinivel podría ser más amplia que un solo sector productivo o económico, por lo que puede ser más trasversal y eso es algo que se tiene que definir”.