Este viernes 22 de mayo ya no será el “Día D” para la negociación de la deuda argentina. “Hay una alta probabilidad de que sea extendido el plazo de negociación de la deuda, es solo una simple resolución”, señaló ayer por la noche el ministro de hacienda, Martín Guzmán.
Catalogándola como una “fecha anecdótica”, la administración de Alberto Fernández intenta bajar la tensión en el mercado, que sigue atento al pago que US$503 millones que el país tendría que abonar dentro de dos días, de modo que pueda evitar el default.
“Estamos en un proceso que valoramos, en la perspectiva que vemos en lograr un acuerdo sustentable y por lo tanto existen alta probabilidades de que sea extendida la fecha y para ello solo debemos hacer una enmienda”, argumentó el jefe de las finanzas transandinas.
En el marco de una videoconferencia de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina, Guzmán comentó que “algunos bonitas y otros no” aceptaron la propuesta del gobierno, mientras que desde la contraparte se presentaron a la Casa Rosada otras cuatro alternativas, cada una de las cuales “tendrá su respectiva respuesta”.
Las tratativas giran en tornos a la deuda de US$66.300 millones que emitió el vecino país en el extranjero, la cual pesa con especial fuerza en las arcas gubernamentales, las que en estos momentos tienen como prioridad ofrecer una respuesta a la emergencia por coronavirus.
En ese marco, si bien Guzmán comprometió flexibilidad de parte del gobierno, solicitó a los acreedores buscar opciones que le permitan al país “ponerse de pie” y aunque mostró un cauto optimismo, las dificultades propias de la negociación llevarían a una extensión importante del plazo.
De acuerdo a lo consignado por el diario local El Cronista, el gobierno argentino se habría “autoimpuesto” el 30 de junio como la nueva fecha límite para cerrar un pacto con los dueños de su deuda.