Aunque encontró algunas dificultades para conseguir el visto bueno de la Cámara, ante la negativa de diputados del Frente Amplio y la ex Nueva Mayoría, el TPP-11 parecía transitar por aguas más calmas en el Senado, donde ya había conseguido el visto bueno de las comisiones de Relaciones Exteriores y de Constitución, esta última el jueves 17 de octubre, justo un día antes del estallido social en Chile.
A casi un mes de dicho punto de inflexión el proyecto, que en su paso por el Congreso figuró con suma urgencia desde el 15 de enero de este año, hoy perdió ese estatus. "Se le quitó la urgencia porque hoy el foco está en la Agenda Social. Esto también va en concordancia con la suspensión de las cumbres APEC y COP25", señalaron fuentes de Cancillería.
Esta decisión cuenta con respaldo entre los senadores. "Debemos priorizar la situación interna del país. Paz social para avanzar en orden público. Tenemos que dar señales concretas a la ciudadanía y generar tablas en el Congreso para discutir los temas prioritarios", señaló el senador José Manuel Ossandón, miembro de la comisión de Relaciones Exteriores (RREE) que aprobó la iniciativa en forma unánime el 6 de agosto.
Su visión es compartida por Iván Moreira, miembro de la misma comisión, quien destaca que "hoy el Congreso está privilegiando los proyectos de ley que, en forma directa o indirectamente, tratan de superar la crisis que está viviendo el país".
El lunes 28 de octubre la iniciativa estuvo a punto de votarse en el pleno del Senado, el último paso que le faltaba para convertirse en ley, pero tras perder la urgencia, específicamente el martes 5 de noviembre, su futuro se vuelve incierto.
Críticas al tratado
De hecho, dos días después de eso, en un encuentro entre parlamentarios y dirigentes sociales, senadores de oposición comentaban el poco ánimo que había para dejar avanzar al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífica (CPTPP), su nombre oficial, el cual es rechazado en varias de las consignas que se han levantado en las protestas.
"He obtenido el consenso de otros miembros (de oposición) de la Comisión de RREE que el TPP no se apruebe, ni se ponga ni siquiera en discusión, puesto que primero hay que escuchar a la gente, ver los cambios estructurales y a futuro, si otro Senado lo estima, se discutirá, pero eso ya está desahuciado de muerte natural porque cambiaron las circunstancias", indicó el senador Alejandro Guillier, consultado por una de las asistentes al encuentro del 7 de noviembre.
En ese marco, el ex candidato presidencial y también miembro de la Comisión de RREE, reconoció que cometió un error. "Precisamente lo que nos ha dejado claro la protesta de estos días es que la gente se aburrió de los arreglos a media, de lograr una cosita, y lo que quiere es una discusión de fondo", precisó.
En esa misma instancia, la senadora Ximena Rincón destacaba que "el TPP podía tener varias virtudes, pero tenía cosas que no nos gustaban, como por ejemplo la defensa de las grandes corporaciones, que al final ahogaban u oprimían a los más sencillos".
Consecuencias
Aunque para su tramitación legal por país el TPP no establece un periodo perentorio, "no ratificarlo no es inocuo", explica Rodolfo Vilches, socio y director de Velasco, Rioseco & Asociados. Según detalla, en el caso que Chile lo ratificara dos años después de su entrada en vigor (el 30 de diciembre de 2018), será una comisión formada por los socios del acuerdo la que determine si este puede entrar en marcha en el país.
Pese a las complicaciones, Vilches, que fue negociador de la Direcon, respalda la decisión. "La actual crisis social y política demanda procesos de información y acercamiento a la ciudadanía, por tanto, y si bien el acuerdo trae múltiples beneficios, especialmente para la PYMEs, parece prudente y acertado no someterlo por ahora a ratificación". Su opinión la comparte Osvaldo Rosales, ex director de la Direcon, quien en palabras simples indica: "Discutir el TPP hoy, es tan importante como discutir si ha vida en Marte".