Señales de tranquilidad entregó ayer el ministro de Hacienda Felipe Larraín luego que el FMI rebajara su proyección de crecimiento mundial para 2019 (desde 3,7 a 3,5%) y 2020 (desde 3,7 a 3,6%), que en particular para la región tampoco es auspiciosa: recortó la estimación de crecimiento de Latam desde 2,2 a 2%.
A esto se suma el resultado para el cuarto trimestre de la economía china que registró una crecimiento de 6,4%, lo que llevó al resultado anual a un cierre de 6,6%, su menor expansión económica en 28 años.
En ese contexto, y pese al entorno más turbulento, el jefe de las finanzas públicas ratificó la proyección del Ejecutivo de 3,8% para el PIB de 2019.
"Estamos tranquilos, a pesar de que tenemos un entorno externo exigente, complejo, nosotros tenemos la posibilidad de cumplir con nuestras proyecciones de crecimiento en el rango de lo que plantea el Banco Central (3,25-4,25%), en el rango que ha planteado la proyección oficial del gobierno del presidente Piñera, que está en torno al 3,8%".
Agregó en todo caso que "estamos siguiendo con mucha atención lo que está ocurriendo con los mercados internacionales y seguimos con mucha atención que pueda resolverse el problema de guerra comercial que ocurre entre las dos principales economías del mundo y esperamos que se resuelva en forma dialogada y ojalá lo antes posible".
Por lo mismo, señaló que "nosotros tenemos que esperar lo mejor, pero prepararnos también por si las circunstancias son más complejas de lo que avizoramos", concluyó Larraín.
Cabe señalar que la principal exportación chilena hacia China, el cobre, retrocedió ayer luego de cuatro alzas consecutivas, marcado por las malas noticias del gigante asiático.
El metal rojo se ubicó en US$2,69 por libra, una caída de 1,17% en relación al cierre del viernes pasado.