El gobierno está partiendo su último año con el pie en el acelerador para empujar la agenda legislativa, y a principios de esta semana presentó más de 80 urgencias para apurar la tramitación de distintas iniciativas.

Sin duda la que más sorpresa produjo fue la discusión inmediata al proyecto que ratifica el TTP-11 que estaba durmiendo en el Senado desde octubre de 2019, coincidente con el brote del estallido social. Como este acuerdo con otras 10 economías transpacíficas ya fue revisado y aprobado por todas las comisiones que debían analizarlo -Relaciones Exteriores, Constitución y Hacienda-, corresponde que sea puesto en tabla para la sesión de la próxima semana, lo cual anticipa un duro debate en la sala y probablemente una división opositora.

Por lo pronto, el senador Guido Girardi (PPD) ya adelantó su voto en contra: “Considero una contradicción y un error. La gran mayoría de la sociedad se opone al TTP-11, y es incongruente que el Presidente Piñera no haya querido firmar el acuerdo de Escazú justamente aduciendo la posibilidad de litigios de otros países contra Chile y esté dispuesto a firmar el TPP-11 que sí pone en cuestión la soberanía de Chile. Por lo menos yo me opongo”.

En estos días las conversaciones se han intensificado en ambos sentidos, para que la oposición actúe en conjunto y lo rechace, y desde el gobierno para comprometer los votos que ya ha conversado privadamente considerando que este tratado fue negociado por la anterior administración de Bachelet.

Pero no sólo el TTP-11 asombró, sino que también las urgencias a otras iniciativas que habían permanecido sin movimiento alguno. Es el caso de la renovación de la urgencia simple al proyecto que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas que no ha avanzado en la Cámara de Diputados desde agosto de 2019, cuando llegó para su revisión tras la aprobación del Senado. Lo mismo ocurre con el articulado que establece un fondo solidario para financiar salas cunas que permanece en la Comisión de Educación del Senado desde octubre de 2019.