Una de las advertencias más certeras de recesión encendió las alarmas del mercado el viernes pasado. Por primera vez en más de una década, la curva del rendimiento de los bonos del Tesoro norteamericano a tres meses y diez años se invirtió, desatando una ola de ventas en activos de riesgo.

Ese movimiento significa que la deuda a corto plazo paga más intereses que la de largo plazo, fenómeno que ha precedido  las últimas siete recesiones globales.

Pese a esto, y mientras los inversionistas intentan recuperar su apetito por los activos de riesgo, Goldman Sachs puso paños fríos al nerviosismo.

"La inversión de la curva podría ser una señal de recesión menos poderosa que en el pasado, ya que los rendimientos a largo plazo en las regiones se han correlacionado más (...) Esperaríamos que el riesgo de recesión siga siendo algo bajo".

Para justificar su opinión, el banco de inversión norteamericano argumentó que, si bien el rendimiento de la deuda con vencimiento a 10 años cayó por debajo del  bono a tres meses, aún se mantiene sobre la deuda a dos años.

"La curva de rendimiento por lo general tiende a aplanarse a medida que la economía avanza su ciclo y la Fed aumenta las tasas para evitar un sobrecalentamiento. Por esta razón, el margen de 10 años a 2 años se invierte antes de la deuda a 10 años y 3 meses, ya que incorpora las expectativas de posteriores alzas en las tasas de interés", explicó Goldman.

Sin embargo, esto no sucedió la semana pasada, ya que se invirtió sólo la curva de los bonos a 10 años y tres meses, "lo cual es bastante inusual", indicó el reporte.

La dinámica ocurrida la semana pasada, explicó la entidad, responde a los efectos secundarios por el movimiento de las tasas de interés fuera de Estados Unidos.

En el exterior, según la institución, el denominado alivio cuantitativo o QE, por sus siglas en inglés (programa económico que busca entregar liquidez al mercado al generar moneda para ponerla en circulación), las señales de desaceleración y las expectativas de menor inflación, son los principales factores que explicarían la caída del rendimiento en los bonos a 10 años.

"En particular, los diferenciales de crédito, que generalmente reaccionan al riesgo de recesión temprano, no aumentaron sustancialmente la semana pasada", dice el banco.

¿Recesión?

Con este panorama, Goldman Sachs plantea que los activos riesgosos "en general" pueden tener un desempeño positivo mientras que la curva de las tasas se aplana. Sin embargo, puntualiza en que los rendimientos de esta clase de activos tenderían a ser más bajos.

"Esto es consistente con nuestro caso base de rendimientos menores, pero positivos de aquí en adelante, dada la falta de crecimiento en los beneficios y un telón de fondo macro menos favorable", se lee en el reporte.

En conclusión, Goldman estima que si bien el ciclo actual es diferente, dado al nivel ultra bajo en las tasas de interés "y, por lo tanto, es posible que los resultados históricos no se lleven a cabo directamente, esperaríamos que el riesgo de recesión siga siendo algo bajo, incluso en un entorno de menor rendimiento".

En esa línea, el reporte detalló que las recesiones pueden tomar tiempo para materializarse después de la inversión de la curva. Ello, basándose en el diferencial entre el rendimiento de la deuda a dos y 10 años.

"Por ejemplo, en los últimos 2 ciclos, una recesión comenzó más de 2 años después de la fecha de inversión de la curva (basada en la propagación de 10 a 2 años)", concluyó Goldman Sachs.